Hazte premium Hazte premium

Francisco de la Torre, alcalde de Málaga

«El Gobierno sólo pensaba en pactar con Esquerra mientras el virus llegaba a las puertas de España»

El regidor malagueño acaba de reincorporarse al puesto tras superar en tiempo récord un hematoma cerebral

Última hora coronavirus Andalucía: sigue las últimas noticias del Covid-19 en Andalucía

De la Torre, en su llegada al Ayuntamiento el pasado lunes tras su baja médica Javier Ramírez

Fernando del Valle

Ha sido volver al despacho y despejar su futuro, incierto tras la «espantada» de un edil de Cs, su socio, que le hizo perder la mayoría. Cree tener garantizado su apoyo. Y falta le hará, pues hay tarea por delante. Preocupado por la dureza con que la crisis está golpeando a Málaga, Francisco de la Torre ( Málaga , 1942) se muestra especialmente duro con un Gobierno que cree estuvo más preocupado por la mesa de diálogo con Cataluña que en frenar la entrada del virus y del que le atemorizan sus recetas populistas para salir del marasmo.

Sabiendo cómo es usted, muchos nos sorprendimos de su disciplina para parar del todo. ¿Ha sido duro?

Me lo ha pedido el propio cuerpo. Sí he estado contestando mensajes por corteasí, pero notaba que cuando llevaba una hora necesitaba descanso. Gradualmente me he ido recuperando y ya estoy haciendo jornadas tan largas como antes.

Su vuelta al tajo se ha producido con la curva de contagios descendiendo, pero con la de la crispación política subiendo a marchas forzadas. ¿Cómo vislumbra el panorama?

Lo primero, yo nunca olvidaré las palabras ‘lealtad’ y ‘colaboración’. Pero dicho esto, sí que veo preocupado el ambiente de crispación que se está generando. Y creo que es el Gobierno quien tiene que preguntarse por qué ha ido perdiendo apoyo desde la primera declaración del estado de alarma.

No es el mejor escenario para afrontar la reactivación económica tras la crisis sanitaria...

En absoluto. La reactivación hay que afrontarla desde un espacio de encuentro en el que la colaboración institucional sea muy sólida, al igual que la colaboración de las administraciones con los agentes sociales. Yo ya lo dije en noviembre, tras las elecciones. Si se hubiera planteado entonces un gobierno distinto, de mucho mayor amplio espectro, las cosas hubieran salido mejor. Seguro. Desde el PSOE buscando al centro derecha, al PP y a Ciudadanos, para gozar de una base parlamentaria amplia que planteara otras soluciones a los problemas. Las cosas hubieran sido más fáciles.

Usted, ¿hubiera permitido las concentraciones del 8M?

Yo no hubiera estado alentándolas. Con los datos que teníamos en febrero, queda claro que no fue en absoluto prudente. Es muy chocante el cambio de actitud del 8 al 9 de marzo. ¿Cuántos contagios salieron de esa tarde noche? Seguro que muchos.

¿Cuál cree que ha sido el principal pecado del Gobierno de Sánchez?

Es evidente que el Gobierno dedicó mucho tiempo a la mesa de diálogo con Cataluña. Sólo pensaba en pactar con Esquerra para sacar adelante los presupuestos de 2020 y mientras, la amenaza del virus estaba llegando a las puertas de nuestro país. Otro fallo muy grande ha sido el de la falta de material sanitario; nos ha hecho perder mucha eficacia. Y creo sinceramente que se hubiera entendido que se reconocieran esos fallos.

¿Ha faltado humildad?

Creo que sí. En estos temas hace falta empatía; ponerse en la piel del otro. El Gobierno en el de la oposición, pero también al revés. Y que todo tenga un común denominador: que lo que se haga sea por el bien de los españoles y no como estrategia individual o partidaria.

¿Entendería que en la «nueva normalidad» lo primero sea volver al problema catalán? El nacionalismo ya amenaza con tumbar la legislatura si no se vuelve a la mesa...

Aquí hay un error de partida: basar la propia conformación del Gobierno en una mesa que persigue cumplir los objetivos de los partidos independentistas. Eso no es de recibo. Claro que hay que hablar y dialogar. Y buscar encajes constitucionales. Pero también la Generalitat tiene que intentar restañar la fractura social que ha generado. Ahora, si esto no se ha hecho antes, difícil veo que pase ahora. Me gustaría sentirme orgulloso de un gobierno que tuviera unos cimientos sólidos, pero no es así.

¿Qué sintió al conocer el pacto del PSOE y Podemos con Bildu para tumbar la reforma laboral entera?

Fue un mal acuerdo que no fortalece al Gobierno, que debería estar para reducir las incertidumbres en torno al freno a la inversión o a la creación de empleo.

¿Ha hecho algo bien el Ejecutivo?

Seguro que hay cosas. Trasladar una imagen positiva hacia el esfuerzo del personal sanitario, aunque no estuviera bien protegido. Hacer que la ciudadanía se identifique con el riesgo y colaborara para generar menos contagios ante un sistema de salud que estaba al límite en algunas comunidades. Y también su insistencia en trasladar ante Europa que España necesita una respuesta de solidaridad europea. Lo que pasa es que tendríamos que presentarnos ante Europa con los deberes hechos. El diálogo con las comunidades creo que se ha llevado bien aunque debería haber habido mayor transparencia.

El descontento crece en la calle. ¿Comparte las caceroladas?

El estado de alarma es compatible con la libre expresión de disconformidad. Hay que procurar hacerlo cumpliendo las normas y no creando ningún factor de riesgo para evitar nuevos contagios. E incomodando lo menos posible a una ciudad que ya tiene problemas suficientes. Pero si se producen en estos términos por supuesto que entiendo las protestas.

¿Cree que el mando único ha desnudado la inanidad en que ha quedado parte del Estado? ¿Qué lecciones hemos de sacar de esta experiencia?

Muchas. Una, la necesidad de dotar de más esfuerzo e inversión a la ciencia y la innovación. Segundo, no se puede funcionar con tanta falta de previsión en cuanto al material sanitario. Haya o no crisis, un país debe tener capacidad de respuesta. Por último, ha quedado patente lo fatalmente que se ha hecho la descentralización, demostrándose que el nivel local tendría que ser más potente de lo que es. La respuesta de los ayuntamientos en materia social sería mucho más potente si tuvieran las competencias que se han quedado las autonomías.

¿Teme que el superávit que no dejan invertir a los ayuntamientos se use para otras medidas como la renta mínima?

El Gobierno puede tener la tentación de utilizar nuestro superávit para lo mismo que lo ha venido usando en los últimos tiempos: equilibrar el déficit tan grande creado por el Estado y cumplir así con los objetivos comprometidos con Europa. Pero eso ahora no tendría sentido, porque toca dar una respuesta ágil y potente desde el punto de vista social en el plano local. Bruselas ha relajado además sus requisitos para poder hacer frente a las necesidades creadas por la crisis. Por eso pedimos superar el 20% de superávit que se nos ha permitido.

¿Está de acuerdo con la renta mínima?

Vivimos en un estado del bienestar y cualquier mecanismo de seguridad puede ser bueno. Pero la clave es que todo ha de plantearse en unos términos en los que la creación de empleo y la actividad económica puedan sostener esos mecanismos. Ése es el defecto que veo, que se plantee estructuralmente y frene el estímulo para la formación y el empleo. Mejor que una renta mínima sería enseñar y facilitar a las familias que puedan alcanzar una renta media o superior a la media. ¿Cómo? Ofreciendo estímulos a la formación para cualquier nivel de edad.

«Mejor que una renta mínima sería enseñar a las familias a conseguir una renta media o superior»

¿Le preocupan las políticas introducidas en el Gobierno por Unidas Podemos? ¿Es de los que piensan que para algunos «cuanto peor, mejor»?

Desde luego esas dinámicas no nos homologan bien con la Europa democrática de ciudadanos libres, responsables y que defiende los derechos humanos ni nos ayudan a tener una imagen de vanguardia.

Si fuera un ciudadano o un dirigente alemán, ¿aportaría dinero a España sin más?

Me lo pensaría mucho, sobre todo si no nos ven haciendo esfuerzos para que nosotros lleguemos a ser iguales o mejores que ellos.

Málaga ha quedado de nuevo rezagada en el desconfinamiento. ¿Ve razones políticas en la desescalada?

La facilidad con la que avanza el País Vasco, con datos sanitarios peores que los de Andalucía, da que pensar. Y da la impresión de que el acuerdo es ‘dame tus votos para sacar adelante el estado de alarma y yo te concedo esto’.

¿Es preocupante para Málaga tener que esperar una semana más?

Lo primero, responsabilidad;que los ciudadanos tengan en cuenta las normas y no haya vuelta atrás. Pero la necesidad de una reactivación económica urgente tendría que hacer sensible al Gobierno. La crisis está golpeando a Málaga más fuerte que a ninguna otra provincia. Ahi están el número de ERTE o el descenso del tráfico en el área metropolitana, más profundo aquí que en Sevilla, que cuenta con el colchón de su administración, enorme, fruto de un centralismo autonómico completamente innecesario.

Al responsable de haber convertido a Málaga en capital turística vinculada a la cultura, ¿qué le parece que un ministro malagueño hable del escaso valor añadido del turismo?

Fue un error y seguro que si pudiera rebobinar no diría esas palabras. El turismo cultural capaz de atraer congresos que hemos desarrollado aquí aporta un valor añadido magnífico. Que puede aumentar. Hay que conseguir una formación de gran calidad para que el empleo también lo tenga. Descalificar al turismo desmoraliza a muchos empresarios que están haciendo las cosas muy bien.

Este susto, ¿le ha hecho ya tomar una decisión determinante sobre su futuro político?

Estamos en 2020 y me voy a dedicar con todo el esfuerzo y energía a solucionar los temas de los que hemos hablado antes. No estoy planteándome ahora qué va a pasar en el año 23. Estoy en el presente, que es difícil pero apasionante.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación