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ENTREVISTA

Juan Bueno: «Necesitamos profesores arropados por la sociedad para ser un arma de cambio»

Asesor de Formación del Centro de Profesorado Marbella-Coín y exdirector del colegio Andalucía de Fuengirola, estuvo este pasado lunes en la entrega de los premios Princesa de Girona en Fuengirola

Juan Bueno interviene en un foro de la Fundación Princesa de Girona ABC

J.J. Madueño

Juan Bueno es asesor de Formación del Centro de Profesorado Marbella-Coín en Málaga y exdirector durante 14 años del colegio Andalucía de Fuengirola. Bueno recibió este pasado lunes el premio Princesa de Girona a la «Escuela Emprendedora» , dentro de unas jornadas de encuentro entre 700 docentes, para abundar sobre cómo hay que educar al talento emprendedor desde las aulas ocupadas por las generaciones que en un futuro cambiarán el mundo.

¿Por qué se premia el emprendimiento en la escuela?

Debería de ser una constante en la escuela. No podemos condenar a nuestros alumnos a tener ideas poco avanzadas. Está unido a la visión de futuro, al cambio y la mejora, basado en solidas competencias educativas y profesionales, como la capacidad de comunicación. Lo que desarrolla el talento emprendedor tiene que ver con la creatividad y la capacidad de trabajar unos con otros y extraer ideas para mejorar las nuestras propias. Son tiempos de confusión, pero hay que seguir hablando con el ánimo de solucionar problemas que no deberían ser tan complejos.

¿Qué problemas?

Por ejemplo, la enorme bolsa de desempleo juvenil en España y Andalucía. Los jóvenes deben saber que pueden ganarse la vida buscando sus propias iniciativas. Y que sabemos que hay jóvenes abocados a una bolsa de desempleo. Luego también está el radicalismo y el sectarismo, que hay que vencerlos. Estamos asentados en posturas discrepantes y eso hay que eliminarlo con instrumentos como el debate escolar. Otro problema es el desencanto del profesorado, que no ven compensación a medio plazo. Tenemos que ver qué proyectos salen bien al cabo de unos años, porque nos reafirma en qué hemos puesto buenos mimbres.

¿Eso se hace en Andalucía?

En la Consejería de Educación está el programa «Inicia» que confluye con los programas de talento emprendedor, como los de la Fundación Princesa de Girona, que tratan de poner la fuerza y el foco sobre esa iniciativa y capacidades para los jóvenes. Hay más de 400 proyectos. Luego hay puesto en marcha un torneo de debate escolar, que era más propio de instituciones privadas o concertadas. Es una realidad lo que era algo raro dentro del sistema público andaluz. Pero hay que apostar más fuerte por la colaboración, creatividad, resistencia o perseverancia, a pesar de los errores, que hay que cometerlos, porque denota que hacemos cosas y aprendemos de nuestros errores.

¿Pero no son habituales centros emprendedores en Andalucía?

En el colegio Andalucía –premiado– no nos ha importado mirar con una visión de futuro. Nos fuimos a la gente que más sabía. Hay que sentarse y ver qué merece la pena, que es que los niños tengan una actitud crítica ante la vida, que no fructifica por trabas y miedos que aparecen en la escuela. El sistema a veces ayuda poco, cuando políticos y funcionaros trabajamos juntos vemos soluciones, pero si los políticos dictan sus normas, esta iniciativa queda desamparada… Hay que dar fuerza a la sociedad civil y al funcionariado, que trabajan en la misma línea, pase lo que pase con la política.

Andalucía es una de las líderes europeas en paro juvenil. ¿La solución está en la escuela?

Hay que educar a los alumnos de una forma solidaria. Hay que buscar una formación adecuada, donde se metan dentro de la empresa, pero también en sus pequeñas aventuras para sacar el futuro adelante. ¿Qué hacemos si hay tanto paro? Pues si también somos campeones en talento, tenemos que escarbar y sacar lo mejor de esa juventud.

¿Qué profesores se necesitarán?

Todo lo que es una educación basada en fuegos de artificio y entretenimiento hay que rechazarla, porque debe estar sólidamente asentada en cuestiones que van a la raíz y con profesionales formados en las mejores prácticas. Necesitamos profesores arropados por la sociedad civil para ser un arma de cambio, que eduquen ciudadanos que puedan garnarse la vida.

Debe ser complicado, cuando vemos que, en un juicio, la propia Junta de Andalucía dice que las agresiones son «un riesgo inherente a la educación». ¿Cómo rescatar a esos profesores?

Hay un protocolo exquisito y muy pautado contra las agresiones en la Consejería de Educación. Hay que ponerlo en conocimiento de la Delegación de Educación y seguir las pautas. Por su puesto, el profesor debe pedir el auxilio y la asesoría jurídica necesaria para que se le defienda. El atentado a un funcionario público es inadmisible. Debe haber un respaldo firme sin tacha ni duda. Hay que respaldar al profesorado. La educación no debe tener ese tipo de riesgos. Un riesgo inherente es la posibilidad de una voz absolutamente afónica, pero no puede ser que alguien te agreda. Eso intolerable.

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