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SOCIEDAD

Julián Muñoz, libertad por caridad

El exalcalde de Marbella ha pedido un indulto y el tercer grado debido a la enfermedad fatal que sufre

Julián Muñoz / ABC

J.J. MADUEÑO

Demacrado, sin la pulcritud en la vestimenta que le había caracterizado, con barba de varios días y una carpeta serigrafiada con publicidad para llevar los documentos, Julián Muñoz pidió al juez que no le dejaran «morir en la cárcel». Se desataron las hipótesis. Podía ser la puesta en escena de una estrategia del exalcade de Marbella para librase de las penas que aún le quedan por cumplir. Alguna de las cuales aún no conoce, puesto que los juicios están por celebrar. Sin embargo, también podría ser que realmente estuviera enfermo y que hubiera planteado una petición de auxilio por caridad. Lo cierto que es que aquel «grito de socorro» venía precedida de una petición de indulto por «razones humanitarias», y desembocó en la solicitud de un permiso penitenciario y la reclamación de la concesión del tercer grado por «enfermedad incurable» .

El pasado viernes, la Audiencia de Málaga confirmaba el tercer grado para el exalcalde, mediante el rechazo de los argumentos de la Fiscalía. El fiscal de Málaga siempre se ha opuesto a la liberación por la cantidad de causas que tiene pendientes por su gestión al frente de Marbella en los últimos coletazos del «gilismo». La Audiencia malagueña dictó el acato del dictamen del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Andalucía –con sede en Málaga– por la que s e concedía el régimen de «semilibertad» a Muñoz «por enfermedad muy grave con padecimiento incurable» .

Meses después de aquella petición de auxilio en la sala del juzgado, Julián Muñoz, previo peritaje forense para conocer si realmente las dolencias por las que solicitaba el tercer grado eran reales, volverá a casa. En una nota en el auto, se expresaba el conocimiento de que la decisión era controvertida, pero aludió a «motivos humanitarios» . Las mismas razones, que en otro contexto más duro y con delitos de terrorismo sacaron de la cárcel a los etarras De Juana o Bolinaga. Ahora esos precedentes sirven para sacar a Muñoz de un presidio al que le llevó su actividad corrupta, mientras compartía amores con Isabel Pantoja.

Según las informaciones sobre la salud de Julián Muñoz, padece una «enfermedad grave, incurable e irreversible». El preso, cuya condena se llevaba a cabo en Alhaurín de la Torre, sufriría dos patologías que le han hecho llegar a pesar menos de 70 kilos en los últimos tiempos. Una pérdida de unos 30 kilos por la mala evolución de sus problemas y por la depresión en la que se sumió ante la negativa del tercer grado, que se produjo en un principio y sobre la que insiste la Fiscalía, pese a que ante la última sentencia no cabe recurso.

Según ha trascendido Muñoz sufre «una diabetes de tipo uno y varios problemas cardiovasculares» . La prisión podría haber agravado estas dolencias con el tiempo. De hecho, ha visitado con frecuencia a los servicios sanitarios y ha sufrido alguna hospitalización, como la que le llevó al Hospital Clínico Universitario de Málaga en el área de Observación de Urgencia por una insuficiencia cardíaca . Un lugar que visitaba con asiduidad para pruebas y seguimientos, ya que es el lugar de referencia para la prisión y donde también se recuperó de una angina de pecho .

Los problemas de salud le abrieron la puerta para una petición de indulto, que no se materializó. Tras pedir perdón a todos los vecinos de Marbella por sus fechorías al frente del Consistorio y sabiendo que el Consejo de Ministros había dado carpetazo a aquella solicitud, se dispuso a cumplir las más de 55 condenas que tenía en firme. Razón por la cual la petición de indulto la tuvo que hacer personalmente, ya que su abogado, Javier Saavedra, no aprobó nunca esa solicitud especial al Gobierno.

El mismo Javier Saavedra fue el que contabilizó que a Julián Muñoz le quedan pendientes «unos 80 juicios» , tras la petición del tercer grado en septiembre. Pero pese a las condenas y las causas abiertas que tiene por corrupción la Audiencia de Málaga ha decidido otorgarle la semilibertad en acción caritativa. Quizá al final haya pesado sobre las conciencias aquellas palabras que pronunciara en una de sus últimas apariciones, cuando aseguró: «No sé si podré aguantar el juicio».

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