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MÚSICA

Maná cuenta sus historias de amor en Marbella

La banda mexicana repasó todos sus grandes éxitos en Starlite ante unas 3.000 personas que coparon la Cantera de Nagüeles

Maná en Starlite Marbella ABC

J.J. Madueño

La «energía positiva» de Maná es un rock con solera. Aquella banda que comenzó llamándose «Sombrero Verde», pasó a transformarse, a finales de los 80, en los inicios del mito que tomó la Cantera de Nagüeles en la noche del miércoles con un repaso a toda su discografía. Arrancó en «Manda una señal» , sin previo aviso y con el público agitando los brazos. El auditorio en esta ocasión era de sangre caliente, como lo es la mexicana o la andaluza. Banderas de México y la luna como testigo, que vio levantarse al público en «Oye mi amor» .

«Aquí empezamos el desmadre», aseguró Fher Olvera, histórico vocalista del grupo, antes de que sonara «Corazón Espinado» , que compusiera Carlos Santana, que ya la tocó el año pasado en Starlite, y que volvió a hacer bailar a un público que recordaba aquella grabación conjunta de 1999. Siguió «Déjame entrar» y un vídeo sobre la importancia de preservar el planeta, que concluyó antes de «Cuando los ángeles lloran» en memoria del brasileño Chico Méndez y su lucha por la defensa de la Amazonia.

Tras una súplica al cielo, el respeto se volvió pieza instrumental hasta que llegó «Bendita tu luz» , que Maná grabara con Juan Luis Guerra y «Vivir sin aire» . «Mariposa traicionera» fue para esas mujeres que «se mueven como las palmeras». «Y nos ponen los cuernos», añadió Fher Olvera. Era el momento de esos «Labios compartidos» que llevaron a la tradición de las rancheras con «El rey» , que escribiera José Alfredo Jiménez y que la banda versionara en 1994.

Fue el turno de otro de los históricos. Alex González, batería de la banda desde los comienzos, tomó la palabra para dedicar «Me vale» a su hija Rafaela, que esa noche cumplía 18 años. Fue cuando el público adivinó que las chicas encendidas en pasión hacia los músicos, desde la fila 12 de la platea de Starlite, eran las hijas y familiares de los integrantes de la banda. Acabó con un solo de batería que levantó al público y que dio paso a «Me siento solo» de 1990.

En acústico. Solos Fher Olvera y Sergio Vellín arrancaron un repaso «exprés» a algunos de sus mejores temas. «Te lloré todo un río» y «Como dueles en los labios» dieron paso al tributo a Juan Gabriel, ese compositor «de los campos rurales» que tocó el cielo de la música con canciones como «Se me olvidó otra vez» , escrita en 1974 y versionada por Maná o Julio Iglesias. La repitió con la cantante española Belén Arjona, que también cantó un trocito de «Eres mi religión» .

Era la hora de cerrar y el grupo se acercó al «Muelle de San Blas» para quedarse «Clavado en un bar» , desde el que se presentaron todos los miembros de la banda para concluir. Pero zapatearon, rugieron y pidieron más los asistentes al patio de butacas de la Cantera de Nagüeles, que se iluminaba al son de Maná y no podía abandonarse sin «Rayando el sol» . Solo con el brillo de la luna como testigo, las luces apagadas, la voz emanaba desde un escenario en penumbra, el dedo índice señalaba a aquella espía furtiva en el cielo y miles de móviles se convertían en los focos de un tema que cerraba «llegando al corazón» antes de que lo hiciera el sol.

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