Obras
Primeros pasos para transformar el Guadalmedina, la eterna cicatriz que parte Málaga en dos
Junta y Ayuntamiento firman este viernes un protocolo para remodelar la imagen del río a su paso por la capital, aunque el ejecutivo autonómico ya inició ayer los trabajos de desbroce en el tramo norte del cauce

Los propósitos de Año Nuevo parecen haber llegado también a las administraciones y Málaga echa a andar en este 2022 con buenas noticias para dos de los proyectos que han marcado su historia reciente. Uno en marcha y otro pendiente de arrancar. Si ... el pasado lunes la Junta de Andalucía mostró su voluntad de adelantar la llegada del metro al centro histórico antes de la Feria de agosto, hoy es el río Guadalmedina el que empieza a ver despejado su futuro.
El Gobierno autonómico y el Ayuntamiento firman hoy un protocolo para la remodelación del cauce del río; hasta hoy una cicatriz que parte en dos la ciudad, lastra la imagen del lateral oeste de la almendra del centro y hervidero de vandalismo a la vista, no sólo de los malagueños, sino también de los cientos de miles de turistas que visitan al año la capital.
El convenio en el hoy estampan su firma la consejera de Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, y el alcalde, Francisco de la Torre, es el primer capítulo de un ambicioso, pero sobre todo complejo, proyecto con el que las administraciones saldan una de las grandes asignaturas pendientes con la capital de la Costa del Sol.
La empresa pública Tragsa ya está inmersa -antes incluso de la firma del protocolo- en los primeros trabajos, que estarán divididos en dos fases y corren a cargo de la Junta con un presupuesto de siete millones de euros . Maquinaria y operarios se afanaban ayer en el tramo que discurre junto al estadio de La Rosaleda para comenzar con las tareas de desbroce , que se llevarán a cabo desde el puente de Armiñan hasta las inmediaciones de la presa del Limonero.
El objetivo es eliminar la vegetación invasora y facilitar así tanto la evacuación de agua desde la presa, donde se almacenan también las aportaciones de los arroyos tributarios que aportan al lecho. Esta es, precisamente, otra de las actuaciones que se van a acometer en esta primera etapa de la nueva vida del Guadalmedina: la reducción de los aportes en estos arroyos para garantizar que los trabajos que se ejecuten sobre el cauce perduren.
En este reparto de esfuerzos entre la administración local y regional, el Consistorio asumirá las actuaciones sobre el tramo más urbano , desde la citada pasarela de Armiñan hasta la desembocadura en el mar. Aunque en este punto, los resultados sobre el terreno tardarán en llegar.
El Ayuntamiento debe aprobar un plan especial para el Guadalmedina dentro del Plan General de Ordenación Urbanística, que ha estado precedido por un estudio hidrológico sobre el comportamiento del río, con modelos en 3D que analizan la velocidad del agua o las posibles pendientes para frenarla, así como una evaluación ambiental.

Aunque se trabaje «a tiempo completo», como aseguran fuentes municipales consultadas por este periódico, la lentitud está garantizada por los trámites de un proyecto de tal magnitud, para el que se estima, al término, una inversión superior a los 250 millones de euros y un plazo de ejecución de 20 años.
El Gobierno andaluz quiere pisar sobre seguro y contar garantías de que la intervención definitiva que se haga en el cauce es viable. Sobre todo, teniendo en cuenta la idiosincrasia del propio río que, a pesar de no llevar agua de manera sostenida, es un cauce vivo.
El proyecto
Diez puentes cruzan hoy el Guadalmedina en zona más próxima al centro, de los que tres son pasarelas. El proyecto que hay sobre la mesa prevé no solo la conexión de ambos márgenes sino la ejecución de importantes mejoras como el soterramiento del tráfico en ambos laterales, que permitirá que los barrios aledaños ganen espacios peatonales.
Se contempla ampliar el número de pasarelas peatonales y crear en varios puntos las denominadas plazas-puente , con zonas de esparcimiento y miradores sobre el cauce. Estas estructuras permitirían poner fin a la desconexión actual entre los barrios de la Trinidad y La Goleta.
Además, está prevista la unión la plaza de Camas, situada en la almendra del centro histórico, con el entorno de la Parroquia de Santo Domingo. Precisamente a esta altura del río y a ambos márgenes se sitúan varios hoteles , por lo que es paso casi obligado para los turistas y malagueños que quieran acceder al centro a pie.
En este sentido, la integración del Guadalmedina permitiría, por tanto, no solo mejorar la conectividad, sino que también sería un revulsivo para la imagen de la zona , que acoge atractivos turísticos, negocios, iglesias y, próximamente, el nuevo hotel diseñado por el arquitecto Rafael Moneo, que ya esta en fase de construcción.
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