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Puerto Banús recupera brillo y el lujo tras años de borrachera y turismo «low cost»

El icono del lujo marbellí vuelve a ser el punto de atraques más caro de toda Europa

Panorámica de Puerto Banús, en Marbella ABC

J. J. Madueño

Han sido años difíciles. Marbella veía peligrar su liderazgo en el sector del lujo. Hasta los índices anuales anunciaban una rebaja en los datos de facturación en este sector. Puerto Banús estaba inundado de turistas «low cost». Los comerciantes pedían medidas contra esos visitantes que orinaban en los escaparates, practicaban sexo en los jardines y sumían en el escándalo los acerados de uno de los mayores símbolos del lujo mundial. Se permitieron locales que no atraían un público selecto y encima se les promocionaba en las ferias turísticas internacionales. Bastaron sólo dos años para que todo oliera a podrido. «Quitarse eso cuesta mucho y será un trabajo de años», afirma Ángeles Muñoz, alcaldesa de Marbella, cada vez que es cuestionada por este asunto.

Pero desde hace dos años se trata de revertir. Las cosas están cambiando. Puerto Banús ha vuelto a ser este año el más caro de Europa. Así lo estimó el informe anual de «Engels & Völkers Yachting», la sección náutica de una de las principales inmobiliarias de viviendas de lujo que opera en los principales mercados del sector. Dicho documento afirmó que este enclave marbellí -fundado en 1970 por José Banús- tenía el coste más alto del amarre para embarcaciones de más de 55 metros de eslora de todo el Mediterráneo. El precio ponderado era 4.200 euros y lo situaba por encima de Ibiza Magna , que era hasta el momento la segunda marina en el escalafón.

Firmas de lujo

No es el único destello de recuperación que está teniendo el puerto. Las firmas boutique de lujo están regresando. La marcha de algunas de las señeras en los años oscuros se está recuperando. En 2019 se ha producido la reapertura de Hermès y una nueva inauguración de Dolce & Gabanna, que ya estaba en la primera línea de la marina. En 2020 será el turno de Fendi, que se sumará a las aperturas recientes de Loro Piana. Se está esperando la llegada de Versace y el arranque de Bash, en parte por la lucha contra los manteros, que vendía falsificaciones de estas firmas en su misma puerta.

A esto habría que sumar el refuerzo del área comercial en el que se ha creado un departamento enfocado en facilitar la llegada de marcas de lujo, simplificando la burocracia y apoyándoles en su implantación para mantener una de las mayores concentraciones de marcas de lujo de Europa. A esto se suman los acuerdos con la consultora líder en el sector inmobiliario Cushman & Wakefield para atraer nuevas compañías del sector del comercio de lujo y experiencias gastronómicas.

Esto se hace cuando hay una guerra abierta con algunos propietarios. Unos 25 inquilinos de locales tienen una batalla legal contra la concesionaria del puerto por lo que consideran un abuso por parte de los gestores. La gresca se inició cuando Puerto Banús decidió subir los precios de las terrazas hasta los 480 euros el metro cuadrado . Muchos demandaron y dejaron de pagar. Según confirman los propietarios de algunos de esos locales, la concesionaria ya ha mandado algunas de las órdenes de desahucio por estas deudas. «Puerto Banús disfruta de una gran relación comercial y de confianza con las marcas de lujo afincadas en el recinto, pero el nuevo rumbo y mejoras que estamos implementando no son compatibles con algunos negocios que existen», afirma Juan Nuñez-Insausti, consejero delegado de Puerto Banús .

Grandes marcas

Es una de las medidas puestas en marcha para mejorar el nivel de los locales. La idea primigenia era crear un Real Estate en el puerto para esos alquileres. Una oficina que se haga con los locales vacíos para poder ofrecerlos a esas grandes marcas y negociar su asentamiento en Puerto Banús.

En la misma línea de crear un servicio de conserjería para los yates, incluso los que fondearan fuera del puerto por motivos de aforo, para prestarles servicios similares a los que se pueden prestar a la habitación de un hotel en un enclave donde se ha mejorado el control de acceso para evitar problemas o las mejoras en el mobiliario urbano y la arquitectura del puerto.

Estas ideas tuvieron una antesala en el gobierno local. Tras la moción de censura, el PP sacó una ordenanza de decoro con fuertes sanciones para los que no cumplieran unas normas básicas de civismo. Esta ordenanza se pone en marcha este verano, ya que ha sido publicada oficialmente en fechas recientes. A su vez, la nueva gestión de puerto llevó a cabo un plan de seguridad, imponiendo verjas y redoblando efectivos para controlar a los visitantes, en contra muchas veces de algunos de los propietarios de locales, que veían frenado el trasiego hacia la primera línea de puerto.

«Es el emblema turístico de la ciudad y como tal hay que protegerlo, cuidarlo, mantenerlo limpio y que sea un lugar seguro», explicó José Eduardo Díaz, concejal de Comercio de Marbella, quien reseña las mejoras en seguridad, como la primera oficina de la Policía Nacional y Local para atender a extranjeros , el circuito de video vigilancia o el reparto de una hoja informativa en los hoteles con las normas cívicas y las sanciones por incumplirlas para entregarlas a cada turista.

«Así numerosas marcas de lujo de altísimo nivel han llegado o ampliado su presencia en el puerto y también han disminuido sustancialmente las incidencias con el aumento de la seguridad. Por eso sin duda ha mejorado en la imagen de Puerto Banús», remarca el consejero delegado de Puerto Banús, Núñez-Insausti.

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