María Jesús Montero, la doctora sevillana que prefirió la política a la medicina
La vicepresidenta del Gobierno, sucesora de Calviño, nunca llegó a ejercer la carrera que estudió, y lleva veinte años ocupando cargos en los gobiernos de la Junta y de España
Sánchez nombra a Carlos Cuerpo ministro de Economía y promociona a María Jesús Montero a vicepresidenta primera

La designación de Nadie Calviño como nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha obligado a Pedro Sánchez a acometer al menos una mínima reforma en su Gobierno para cubrir la salida de su vicepresidenta. Así, la actual vicepresidenta cuarta, María Jesús Montero, ... asume las funciones que venía desempeñando Calviño, lo que supone un reforzamiento del peso político de esta dirigente sevillana, médica de profesión.
Pocos pacientes habrán tenido ocasión de ver a María Jesús Montero con una bata blanca. Esta sevillana de Triana, residente en los conocidos como 'Pisos verdes', se licenció en Medicina en la Universidad de Sevilla pero nunca llegó a ejercer, porque siempre le atrajo la política y la gestión pública.
Estudió en el colegio público José María Izquierdo, en Triana, donde su madre, Concha Cuadrado -doña Conchita-, era una referencia en el barrio, como demuestra el homenaje que se le tributó en 2012. Su padre, Manuel Montero, también fue maestro en este colegio público.
En su juventud militó en movimientos cristianos de base y tuvo relación con las Juventudes del PCE, pero pronto ingresaría en el PSOE. En 1986, con veinte años, fue elegida presidenta de la Comisión de Marginación del Consejo de la Juventud de Andalucía, estando al frente de este organismo hasta 1990. En 1995 fue nombrada subdirectora médica del Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla, uno de los tres grandes centros sanitarios de la capital andaluza. En 1988 se incorporó al Hospital Virgen del Rocío, el buque insignia de la sanidad andaluza, primero como subdirectora médica y posteriormente como subdirectora gerente.
El gran salto a la política se produjo en 2002, cuando se incorporó al Gobierno socialista de Manuel Chaves como viceconsejera de la Salud, a las órdenes del entonces consejero Francisco Vallejo. Dos años más tarde pasaría a sentarse en el consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía al sustituir a Vallejo al frente de la Consejería.
Montero fue ganando peso en el partido y en el Gobierno. En 2008 fue elegida diputada en el Parlamento de Andalucía, y en septiembre de 2013 cambió de cartera, ya que Chaves la designó consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía, donde estuvo cinco años. Al frente de este departamento elaboró y aprobó cinco presupuestos sin tener mayoría absoluta en el Parlamento, tres con el apoyo de Ciudadanos, ganándose fama de buena negociadora.
Pocos recuerdan que en 2016 formaba parte del Comité de Garantías del PSOE que expulsó de la dirección del PSOE a Pedro Sánchez. El hoy presidente no le guardó rencor, porque en junio de 2018, tras el triunfo de la moción de censura contra Rajoy, no dudó en nombrarla ministra de Hacienda. Para entonces, Montero ya había marcado distancias con la entonces presidenta de la Junta, Susana Díaz, quien perdería el poder tras las elecciones de diciembre de ese año.
Es fan de Sting y entre sus aficiones resalta que le gusta leer, ir al cine, y pasear con sus hijas y con sus amigos. Afirma que le gusta el deporte, y ha declarado ser del Barça, aunque en su familia haya sevillistas y béticos. «Me hice del Barça por el baloncesto, que es mi deporte preferido», justifica.
Le gusta la moda, aunque sigue su propio estilo. «Me compro ropa en Hoss y en Missey, también en Zara. Voy combinando», señaló en una entrevista. Respecto al día más feliz de su vida, no duda en responder que fueron los días que nacieron sus dos hijas, hijas del que fuera su marido, el sindicalista de CC.OO. Rafael Ibáñez, de quien se separó hace años.
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