LA MIEL 'ENDULZA' LA ANDALUCÍA VACÍA FIJANDO LA POBLACIÓN
Más de 5.000 explotaciones apícolas están instaladas en la comunidad autónoma, muchas de ellas en zonas rurales, donde son el sustento de familias y un recurso vital para la naturaleza por la polinización de las abejas
El programa de ayudas del sector apícola contará con 19 millones de euros anuales a partir de 2023

Le puedo asegurar en un 99 por ciento sin equivocarme, que cualquier miel que usted compre en Andalucía de apicultores no estará adulterada«. Así de tajante se muestra Fernando de Miguel, 29 años dedicado a las abejas y hoy presidente de la Asociación Malagueña ... de Apicultores. De Miguel afirma que los mieleros no tienen ni medios químicos para pervertir el producto ni además sería rentable por el alto precio que supone el azúcar.
Andalucía es la región con más apicultores de España. Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, existen 5.504 explotaciones, de las cuales 1.800 en números redondos serían profesionales y como afición o pasatiempo y otros motivos el resto. Para estar en la primera categoría hay que reunir al menos 150 colmenas. La pregunta es si se puede vivir de la miel con estas explotaciones tan pequeñas. Y la respuesta de los apicultores es que sí con condiciones: la primera las subvenciones, la segunda tener controladas las plagas de ácaros y la tercera que el tiempo acompañe. Si a esto se une la mano de obra de la familia, miel sobre hojuela, que diría el refrán popular.
Sin ayuda de las administraciones este sector hubiera desaparecido. Para que una explotación sea rentable y recibir una subvención de unos mil euros mensuales hay que tener alrededor de 500 colmenas para hacer una cosecha rentable entre mayo y agosto.
La trashumancia
El caso es que estas pequeñas y medianas empresas fijan población en la Andalucía vacía. El microclima favorece las explotaciones de colmenas en zonas rurales de Almería, Granada, Huelva y Málaga. En Sierra Nevada, la Comarca de Guadalhorce, Antequera la Sierra de Ronda o la Axarquía pueden verse miles de colmenas Layens (por el apellido de su inventor) que es el modelo más utilizado en el Mediterráneo y el sur de España. Son muy aptas para la trashumancia; más del 80 por ciento de ellas se trasladan por la noche, cuando las abejas han vuelto, en un radio de entre 40 y 400 kilómetros, en busca de zonas con nuevas floraciones.

Antonio Vázquez tiene su explotación en Álora, a medio camino entre Antequera y Málaga. Lleva viviendo de la miel 32 años y la defiende por su valor no sólo saludable sino como factor de preservación de la naturaleza por el papel polinizador de las abejas. «Este negocio como todos los relacionados con el campo es muy dependiente de las lluvias. Un mal año hidrológico, un exceso de calor, son determinantes para que baje la producción», señala.
Desde la organización agraria COAG apuntan una disminución de casi la mitad en toda España. «En Andalucía, la miel de azahar se ha mantenido en la provincia de Córdoba, pero en Málaga ha sido «mediocre», mientras que la de tomillo es desigual y la de castaño tiene serias pérdidas. En la del girasol, la campaña se puede calificar de buena en las zonas del Bajo Guadalquivir, pero bastante mala en el Alto Guadalquivir«, afirman desde la coordinadora agraria.
«La miel estándar es la multifloral o mil flores, pero nosotros estamos luchando para que se reconozcan otras variedades sometidas a un reglamento muy riguroso de calidad con la denominación de origen propia« defiende Fernando de Miguel. Estas variedades específica de Málaga, aparte de la primera, serían las de aguacate, romero, tomillo, eucalipto, castaño, bosque y azahar. »Llevamos haciendo desde 2001 análisis y estableciendo parámetros para que nos aprueben la DOP«, continúa este apicultor.
Los peligros a los que se enfrentan los productores de miel tienen nombres y apellidos. Para empezar la varroa destructor, un ácaro parasitario que ataca y se alimenta de las abejas y que ha hecho un daño terrible al sector. Luego los pesticidas que se emplean en la agricultura. No solamente atacan a las abejas, sino que ante la falta de otros insectos, aves como los abejarucos se ceban con ellas. «Este año, sin lluvias, sin charcas, sin libélulas, las abejas han sido el 'supermercado' de los abejarucos», señala Antonio Vázquez, que se jacta de comercializar él mismo su propia miel y no depender de intermediarios.
Muchas colmenas se instalan para autoabastecimiento. Con cinco 'baúles' es suficiente para tener una buena cosecha después de que las abejas pecoreen por el campo. El consumo medio en España está en los 800 gramos por persona y año.
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