Las 36 'dignidades' de la Junta de Andalucía

Según el decreto que regula los premios concedidos por la Junta de Andalucía, el reconocimiento más antiguo que hay en la comunidad es el de Hijo Predilecto, que data de 1983 . En casi 40 años lo han recibido Rafael Alberti, Jorge Guillén, Luis Rosales, Su Alteza Real Doña María de las Mercedes de Borbón, Felipe González, la duquesa de Alba, el arzobispo Carlos Amigo Vallejo , Alfonso Guerra, Antonio Burgos o Curro Romero entre otros.

Las Medallas de Andalucía, que se crearon en 1985, tuvieron como primer receptor a Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I. Detrás vinieron Rocío Jurado, Carmen Laffón, Paco de Lucía, Joaquín Sabina, el Recreativo de Huelva , Antonio Muñoz Molina o la Legión española.

Ser depositario de estos honores no tiene premio económico pero sí habilita a usar el título de Excelencia en el caso de los Hijos Predilectos y de Ilustrísimo en el caso de las Medallas así como a tener, en ambos casos, asientos preferentes en los actos públicos.

Pero la Junta da otros muchos premios, algunos de ellos con dotación económica. De hecho, según el listado público de la administración andaluza, el Gobierno andaluz gasta unos 170.000 euros anuales en premios . El más costoso es el Andalucía de Periodismo, que tiene presupuestados 50.000 euros anuales. Y el más económico de los que dan dinero, el de estudios de Blas Infante de investigación sobre la administración pública, que otorga un total de 3.000 euros en premios.

También los hay sin premio económico. Es el caso de los Premios del Turismo; el Andalucía de los Deportes o los Meridiana, que reconocen la labor por la igualdad de ciudadanos e instituciones. La Junta premia en muchos ámbitos. Reconoce la labor en Agricultura —Premios de Andalucía de Agricultura y Pesca—; a los jóvenes —Premios Andalucía Joven—; a la economía social —Premios Andalucía ES—; a las familias —Premios Familias Andaluzas—...

A estos reconocimientos dignidades se le suma uno especialmente curioso: el premio en metálico que la Junta da a quienes encuentran objetos arqueológicos . En este caso no hay una cantidad fija sino que la administración da una cantidad variable que una sentencia del TSJA tasa en la mitad del valor del objeto.