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Sociedad

El 65% de las agresiones a personas LGTBI en Andalucía se quedan sin denunciar

La mayoría de las víctimas tienen menos de 30 años, pero sus atacantes son mayores

Los participantes en la manifestación del orgullo gay el año pasado en Sevilla J. M. Serrano

M. Moguer

«¡Maricones fuera, os vamos a echar a todos de aquí!». Fue lo que escucharon dos hombres, una pareja gay que pasaba unos días de descanso en Torremolinos el pasado enero antes de que un grupo de cuatro jóvenes les dieran una paliza en plena calle. Sólo por ser homosexuales. Uno de los agredidos, médico de profesión, aseguró entonces que no sabía si podría seguir ejerciendo debido a las secuelas físicas del ataque.

No es un caso aislado. Hace solo unas semanas, en Málaga capital, un joven estaba de fiesta con unos amigos en una zona de marcha. Primero llegó el insulto:«¡Maricón!»; luego, los golpes. Le abrieron la cabeza y luxaron un hombro tras atacarle en manada. Cuando la Policía dio con los cuatro agresores aún tenían los nudillos manchados de sangre de la víctima.

La historia se repitió el pasado diciembre en Granada. Una pareja de chicos caminaba por una calle principal de la ciudad tranquilamente el 25 de diciembre por la mañana hasta que tres jóvenes —uno de ellos de 16 años— les insultaron y pegaron sólo por ser gais .

Las agresiones al colectivo LGTBI siguen siendo una realidad en Andalucía. Lo confirman asociaciones como el Observatorio Andaluz contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia , que advierten, sin embargo, de que muchos de los episodios violentos que soportan gais, lesbianas o transexuales no llegan nunca a denunciarse.

Así, y cuando se acaban de celebrar los actos de Orgullo LGTBI+ en toda España (este año de manera virtual a causa del coronavirus), se acaba de publicar el último informe sobre la situación de dicho colectivo en Andalucía. En el mismo se destaca que sólo el 35 por ciento de las agresiones a miembros del colectivo LGTBI — lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, intersexuales y demás personas que se identifican dentro de este grupo— se denuncian. Eso quiere decir que la mayoría —el otro 65 por ciento—, queda impune. Nunca llega a oídos de la Policía, por lo que no se persiguen.

En el informe del Observatorio Andaluz, además, se indica que la mayoría de las víctimas de un ataque por su identidad u orientación sexual son personas de menos de 30 años. Sin embargo sus atacantes son mayores. Tienen de media hasta 50 años.

Según el documento del Observatorio, la víctima tipo de este de agresiones es un hombre gay. Los hombres son el 62 por ciento de las víctimas de este tipo de acciones frente a un 14 por ciento de mujeres. Según detalla el estudio, el colectivo transexual recibe el 21 por ciento de las agresiones. Y el colectivo que menos violencia ha sentido en el último año en Andalucía es el de los bisexuales, que representan sólo el 1 por ciento de las denuncias por agresión.

Quienes denuncian viven mayoritariamente en una ciudad —el 73 por ciento de las denuncias se producen en grandes núcleos urbanos de Andalucía—. Sin embargo, desde la plataforma de defensa de los derechos de la comunidad LGTB I no tienen claro si este dato es porque se producen más agresiones en el entorno urbano o porque en el rural las víctimas no denuncian cuando se les agrede, de modo que no aparecen en las estadísticas.

En todo caso, cuando se produce una agresión de este tipo, no suele ser aislada. Según el estudio, coinciden varios tipos a la vez: insultos a los que sigue una agresión física.

Por tipología , quienes se enfrentan a una agresión por pertenecer al colectivo LGTBI suelen soportar agresiones verbales en la mayoría de los casos. Los insultos y los desprecios públicos representan el 32 por ciento de las denuncias, seguido del discurso de odio y del acoso. La agresión física está en el cuarto lugar y en último, «el derecho de admisión», es decir, cuando se impide entrar a un local público a alguien solo porque es gay, lesbiana o transexual. Eso ocurre en el 4 por ciento de las denuncias presentadas en Andalucía el año pasado.

Aunque las asociaciones de defensa del colectivo LGTBI siguen reportando decenas de denuncias por agresiones cada año, las estadísticas muestran que los actos violentos físicos, las palizas, han bajado en Andalucía un diez por ciento en el último año con respecto al anterior. Sin embargo, lamentan desde el Observatorio, han aumentado un siete por ciento los discursos de odio.

Transexuales

También crece, señalan desde las asociaciones, los ataques a personas transexuales. Han pasado de ser un dos por ciento de las denuncias en 2018 al 10 por ciento en 2019.

Y, aunque la mayoría de los ataques contra estas personas siguen ocurriendo en la calle, los expertos alertan de un incremento alarmante de las situaciones violentas y de ataque en las redes sociales . Este tipo de agresiones han pasado de 9 al 29 por ciento de las que se han reportado en la comunidad en el último año.

En el año en que se cumplen 15 años de la aprobación del matrimonio igualitario , la realidad es que gays, lesbianas o transexuales siguen sufriendo agresiones por la calle o en las redes sociales solo por su orientación o identidad sexual, denuncian desde el Observatorio Andaluz contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia.

Aunque en este colectivo reconocen que Andalucía —y España— tienen una de las legislaciones «más progresistas en favor de los derechos LGTBI», denuncian que «no todo está hecho y queda mucho camino por avanzar hasta lograr la igualdad real y efectiva».

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