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Aceite de la Alhambra: oro líquido para un boquete millonario

El Patronato sufragaba la explotación del crudo y cedía las cosechas gratuitamente a un adjudicatario

La exdirectora del Patronato, Mar Villafranca, con el aceite

LEO RAMA

Han pasado casi dos años desde que la Junta de Andalucía encargó una auditoría de la Alhambra tras las detenciones de la anterior cúpula del Patronato gestor . El demoledor informe apunta en la misma dirección que lleva la investigación policial y judicial que surgió a raíz del caso de las audioguías, el primero de tantos servicios externalizados que están bajo sospecha: los procedimientos de contratación están plagados de irregularidades que han supuesto un boquete de aproximadamente 12 millones de euros.

El extenso documento de la Intervención General de la Junta ha detectado anomalías contractuales en más de 200 adjudicaciones firmadas desde 2005 hasta 2014 con las que el Patronato perdía dinero a mansalva. Una de las revelaciones más llamativas del informe de auditoría tiene que ver con el aceite de la Alhambra. Inexplicablemente y a cambio de casi nada, el Patronato concertó un contrato para explotar los 5.000 olivos repartidos por 52 hectáreas del entorno monumental.

La Alhambra sufragaba los costes de explotación de los terrenos y el adjudicatario únicamente se encargaba de vender el producto con el consiguiente beneficio. Sólo en la primera campaña se produjeron 21.000 litros de aceite con un precio de venta al público que rondaba los 12 euros el litro. No hace falta echar cuentas para hacerse una idea de los ingentes ingresos que generaba el oro líquido de la Alhambra.

El directivo infiltrado

Para empezar, los procedimientos de contratación están repletos de «graves irregularidades» y las condiciones benefician considerablemente al adjudicatario, E. P. C ., que ese mismo año había recibido ya otro contrato para el servicio de comercialización de la Alhambra. Según el informe, ejercía como auténtico director comercial del monumento, para lo que contaba con teléfono y correo corporativos, además de un despacho en la fortaleza.

La Alhambra le pagaba al año 16.000 euros por comercializar un aceite del que disponía libremente

La Alhambra le pagaba al año 16.000 euros por comercializar un aceite del que disponía libremente, pues el monumento además le cedía el producto. Según el informe, no hay constancia de qué hacía el contratista con dicho aceite ni de los ingresos que percibía por su venta. Desde luego, «en ningún caso acabaron en la tesorería del Patronato», aunque la anterior directiva sostenía entonces que ésta podía ser una vía de ingresos.

El siguiente expediente de contratación fue a parar a las mismas manos, aunque de manera menos evidente: la adjudicación mediante contrato menor la recibió la sociedad SIC Nomade SL, propiedad de E. P. C., Dicha empresa se impuso a otras que participaron en el concurso, las cuales, curiosamente, tenían relación con el susodicho. La duración del acuerdo, firmado en 2011, se extendía por seis años, algo que impide la legislación–el máximo es un año– en el caso de los contratos menores. Era José María Visedo, anterior jefe económico, también investigado, quien solía firmar los contratos y sus posteriores modificaciones.

Las condiciones cambiaron con este segundo contrato, pues el adjudicatario debía abonar un canon –sujeto a las ventas que tuviera a bien declarar, pues no había control alguno– al Patronato, mientras que el Patronato se hacía cargo de todo lo demás , inclusive la recogida y el transporte de la aceituna. Sostiene el auditor que el beneficiario se lleva la cosecha de forma «gratuita», así como el derecho a explotar las marcas «Alhambra» y «Dehesa del Generalife», ambas de titularidad pública, bajo las que se vendía el producto.

Ni siquiera pagaba el envasado

El adjudicatario ni siquiera se hizo cargo de los costes de envasado, que primeramente iba a asumir. De nuevo, el Patronato abonó esta carga mediante nuevos contratos menores que –¡sorpresa!– también recibió su empresa. El perjuicio económico es evidente. La Alhambra sólo percibió 9.076 euros por este negocio, en el que gastaba 27.000 euros anuales en concepto de recogida y transporte de la aceituna, además de 21.525 para embotellar un aceite que se llevaban crudo.

Entre los muchos contratos analizados, la auditoría también reseña la adjudicación de la explotación de las tiendas de la Alhambra. El acuerdo comercial se hizo de tal forma que la empresa Barcelona Laietana de Llibreteria SL podría deducir el canon que debía abonar al Patronato, pero hasta el punto de que la Alhambra acabó pagando costes de alquiler del local u obras por encima de lo permitido que superan los 400.000 euros . Incluso llegó a abonar una multa de 15.000 euros de Urbanismo.

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