Andalucía acaba con el abuso del lenguaje inclusivo en los colegios e institutos
Una nueva norma limita los desdobles como «los alumnos y las alumnas» o «los profesores y las profesoras». Educación quiere que libros y resto de comunicaciones basen su lenguaje en el rigor científico y valores universales

La Consejería de Educación pone límite al lenguaje inclusivo. Así se puede ver en las instrucciones del departamento que dirige Javier Imbroda donde se fijan los criterios para la selección de libros de textos para los estudiantes andaluces en todas las ... etapas preuniversitarias.
El texto establece que, para que un texto pueda usarse en clase, debe incluir el lenguaje inclusivo pero «usando términos genéricos que mantengan la neutralidad , evitando los desdoblamientos abusivos». Con esto, desde Educación se refieren a las expresiones como «los niños y las niñas», «los profesores y las profesoras» o « los judíos y las judías », voz esta última recogida en un libro usado en Andalucía para explicar Historia y que provocó un debate sobre los límites del lenguaje inclusivo. Así, desde ahora se apuesta por expresiones genéricas como «el alumnado» o «el profesorado».
Señalan desde el departamento del que es titular Imbroda que, desde ahora, los criterios para la selección de manuales -y también la guía para fijar las comunicaciones dentro de la Consejería de Educación y en los centros andaluces- buscarán poner el foco en el rigor científico y en la promoción de los valores universales. Eso no quiere decir, subrayan, que no haya un compromiso con la lucha por la igualdad . Al contrario. Defienden que la igualdad entre hombres y mujeres es un valor fundamental para la educación de los chicos andaluces pero hay otros valores igual de importantes.
Según señalan fuentes de Educación, se ha cometido en los últimos años un abuso en el uso de términos desdoblados para señalar la presencia de género masculino y femenino. Esto, añaden, ha complicado la lectura de algunos textos. Al duplicar algunos sustantivos para darlos en ambos géneros , se enrevesa de tal forma las lecturas que dificultad el aprendizaje de los niños, opinan.
Para la Consejería de Educación los criterios que hasta ahora estaban vigentes -aprobados por el PSOE cuando aún estaba al frente de la Junta en 2018- era ideológicas en exceso. Así, ahora se apuesta porque tanto los libros escolares en Andalucía como las comunicaciones dentro de la comunidad educativa transmitan valores universales, todos, no solo la igualdad, explican.
Instrucciones del PSOE
Porque, si se cogen las instrucciones que diseñó el PSOE para la selección de manuales en 2018, hay hasta once puntos a cumplir . Todos ellos tienen que ver con el sexismo, machismo, lenguaje inclusivo, diversidad, modelos de familia, discriminación de las mujeres, feminismo o visibilidad de todas las orientaciones sexuales.
Ahora, sin embargo, se simplifican las normas y esos once puntos pasan a ser solo siete , donde tan solo uno -el seis- pone como requisito el lenguaje inclusivo pero siempre anteponiendo los términos genéricos a los desdobles de género. ¿Qué dicen el resto de apartados? Pues que se buscará en los libros y la comunicación el fomento de los valores de la Constitución y del Estatuto de Autonomía , los derechos humanos, las libertades fundamentales, la igualdad, los hábitos de vida saludable, educación vial, salud laboral, interculturalidad, medio ambiente , la historia y cultura de Andalucía.
En resumen, entienden desde la Consejería de Educación que las nuevas normas son menos ideológicas y más coherentes. Además, defienden que el desdoblamiento abusivo de masculino y femenino no contribuye a que la lectura se convierta en algo estimulante y ágil, además de ir en contra del sentido común y las normas gramaticales.
Francia y Alemania
El camino que emprende Andalucía ya lo han recorrido Francia y Alemania. Así, el Gobierno galo anunció el pasado mes de mayo que el desdoble masculino-femenino es un «obstáculo» para la comprensión y el aprendizaje de los niños y no debe ser usado como alternativa para feminizar la lengua. De esta forma, el ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer , envió una circular en la que destacaba que el lenguaje inclusivo afecta a la lectura en voz alta y en la pronunciación. Blanquer tachó esta forma de expresión además de «compleja e inestable».
El rechazo del ministro de Educación francés lo comparte la Academia francesa de la Lengua, que muestra contraria al uso del lenguaje no sexista. Es una idea en la que coincide la Real Academia de la Lengua española (RAE), que se ha pronunciado sobre este tipo de lenguaje en los mismo términos. Además, la RAE añade que esta forma de expresarse altera el principio de economía del lenguaje. Es decir, si las lenguas tienden a decir más con menos palabras, la imposición del lenguaje inclusivo hace lo contrario.
En Alemania siguen la misma lógica. Así, la ministra de la Mujer, Christine Lambrecht envió una circular este año en la que pide a las instituciones que dejen de usar barras o arrobas para incluir a las mujeres. « Los caracteres espaciales no deben utilizarse» porque «no son comprensibles», señalaba la política . También está en esta postura el Gobierno regional bávaro, cuyo presidente, Markus Söder, pidió este mismo año un lenguaje «sensible pero en contra de la exageración».
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