Corrupción
UGT Andalucía multiplicó sus sedes al calor de las ayudas de la formación
Un libro editado por su fundación Fudepa en 2012 reveló que en quince años amplió su capital inmobiliario hasta los 21.210 metros cuadrados

En el año 2011, en plena crisis, el sindicato llegó a atesorar un patrimonio inmobiliario valorado en 19,57 millones de euros , según el informe pericial aportado al juicio para tumbar el ERE presentado por la UGT-A, que terminaría avalando el Tribunal ... Supremo.
En el libro «Quince años de Trabajo Sindical 1998-2013», que editó su fundación Fudepa, la federación presumía de su músculo inmobiliario. Entre 1998 y 2012 lo multiplicó por nueve: pasó de 2.526 metros cuadrados a 21.210 . Las posesiones crecieron al calor de las ayudas autonómicas.
«Para hacernos una idea del volumen incorporado, UGT Andalucía ostenta, como propietaria en la actualidad, casi la mitad de lo que ocupa a título de cesionario de Patrimonio Sindical Acumulado (PSA) en toda nuestra comunidad autónoma. Los metros cedidos del PSA, a pesar de que pudieran considerarse estancados (los bienes del extinto sindicato vertical eran los que eran), se han incrementado, fundamentalmente fruto de permutas que han mejorado sustancialmente la calidad de las instalaciones», señala el citado estudio.
Las transacciones inmobiliarias crecieron entre 2009 y 2013 «para cubrir necesidades de formación en nuevas áreas », reconoce el sindicato. La central ugetista acometió importantes obras de infraestructuras en centros de formación en Málaga (ubicado en la calle Mare Baja en un solar de 2.779 metros cuadrados que se edificó en dos fases). En 2011 inauguró en Huelva el referido centro Félix Lunar, en una parcela cedida por el Ayuntamiento. Sus aulas y talleres, con 1.193 metros cuadrados, se destinaron a sectores emergentes como las energías renovables o la innovación tecnológica. En 2008, el sindicato impulsó los centros de formación de Los Morales y Fuentes de Andalucía (Sevilla), Algeciras (Cádiz), Granada y Alcalá La Real (Jaén).
Cuando el dinero público dejó de fluir hacia sus arcas y llegaron las vacas flacas, la dirección regional traspasó a la UGT confederal la casa de tres plantas que albergó su sede en Sevilla, una operación se cerró por un importe de 5,5 millones de euros. Para ahorrar gastos, la federación se mudó al edificio de la avenida Blas Infante en la capital hispalense, que pertenece al Patrimonio Sindical Acumulado, cuyo uso le cedió el Estado.
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