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ANOREXIA

«Es muy duro que tu hija te pida que la dejen morir; te destroza la vida»

Las dos primeras unidades públicas para tratar trastornos de la conducta alimentaria abren en septiembre

Aleixandra, la joven granadina que sufre anorexia cuando tenía 13 años ABC

Alberto Navarro

Aleixandra es una joven granadina de 21 años que padece anorexia . Tras ocho años entre hospitales, dietas que controlen su peso y tratamientos que la estabilicen, «ha perdido la esperanza». «¿Por qué no puedo reír o llorar?», pregunta a Patricia, su madre. En más de una ocasión «ha pedido que la dejen morir y es muy duro escuchar palabras así de tu hija. Te destrozan la vida ».

Coincidió con el cambio del colegio al instituto cuando el resto de niños empezaron a insultar y a mofarse de Aleixandra. Su madre recuerda cómo en tan poco tiempo «pasó de ser una niña feliz y alegre a estar encerrada todo el día en su habitación, dejando y escondiendo la comida». Su desesperación fue tal que propuso a su madre «comer más sano y hacer deporte juntas». En un principio, a su progenitora le pareció buena idea. El problema vino cuando su obsesión fue a más y bajó mucho su peso. «Se sentía tan bien que creyó que ese era el camino para compensar lo mal que lo pasaba en el instituto».

Ante las sospechas de su madre, acudieron al pediatra donde le confirmaron las sospechas: padecía un trastorno alimenticio, anorexia. Enseguida empezaron a tratarla en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil (USMIJ) hasta que al cumplir su mayoría de edad la ingresaron en distintos ámbitos de la medicina, áreas que no eran especializadas en su trastorno y que no le servían de nada. «Estuvo en un estado muy crítico en el que incluso con sonda nasogástrica no lograba ganar peso», explica Patricia.

Cuando la situación crítica de Aleixandra requería un ingreso hospitalario «los médicos nos hacían peregrinar por distintas plantas hospitalarias: endocrinología, medicina interna, cardiología, infecciosos, psiquiatría... Simplemente se limitaban a ponerle una dieta y a decirle que tenía que ser ella misma, que si ella no quería, ellos no podían hacer nada».

Siempre con el reloj en contra , su madre decidió ingresarla en un centro privado en dos ocasiones. El problema es que «lo único para lo que me sirvió fue para tirar el dinero» porque, según explica Patricia, «no le ayudó en nada a mi hija».

Actualmente, Aleixandra se encuentra en un estado en el que «tan solo pesa 32 kilos, nunca ha tenido la menstruación, no tolera la ingesta de comidas ni bebidas y sus huesos son lo más parecido a los de un anciano». Se encuentra en un centro público especializado en trastornos alimenticios en Ciudad Real, a 260 kilómetros de su casa. Sin podérselo permitir, Patricia lamenta que para poder ir a verla tiene que pagar un hotel y costearse el transporte hasta el centro. «Y todo, porque en Andalucía no hay ningún centro público especializado», reclama.

Harta de ver cómo su hija se apagaba poco a poco, recogía firmas a través de la plataforma Change.org en señal de protesta para solicitar unidades especiales en todos los hospitales de Andalucía. «No hay ninguna unidad especializada en toda la comunidad autónoma», recrimina. Su familia entregó 315.000 firmas dirigidas al Gobierno andaluz en el Palacio de San Telmo. Tras todo el esfuerzo, Patricia ha conseguido que el Servicio Andaluz de Salud anuncie para septiembre la apertura de dos unidades especializadas de atención integral a trastronos de la conducta alimenticia.

Según la Consejería de Salud y Familias , «el objetivo es poner en marcha dos unidades específicas para trastornos de conductas alimentarias, una referente para Andalucía Occidental y otra para Andalucía Oriental». No obstante, las fuentes consultadas de la Consejería de Salud y Familias no pudieron concrentar en qué centros se instalarán ni las características de las mismas.

Sí aseguran que los centros dispondrán de un proceso asistencial integrado para la Atención Primaria y contempla medidas que van desde la promoción, educación para la salud y otras medidas preventivas, así como un diagnóstico precoz y seguimiento de los trastornos de la conducta alimentaria. La madre de Aleixandra asegura que se encuentran en un «momento avanzado y a la espera de que «me vayan informando de cómo va la creación de las unidades multidisciplinares». Tras varias reuniones, el Parlamento Andaluz ha aprobado por unanimidad una proposición no de ley del PP-A por la que pide a la Junta a poner en marcha dos Unidades Multidisciplinares Específicas para los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TAC).

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