¿Qué es lo que se conoce por dieta mediterránea?

«Modo de alimentarse basado en una idealización de algunos patrones dietéticos, determinación de frecuencia de los distintos grupos de alimentos, de los países mediterráneos, especialmente: España, Portugal, Francia, Italia, Grecia y Malta.» Así es como el doctor Felipe del Valle, experto en nutricionismo del Hospital Quirón de Sevilla define el concepto de dieta mediterránea. ¿Pero sabemos realmente cómo realizarla?

En cuanto a la alimentación, el experto aconseja basar nuestra alimentación en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescados o carnes magras y como bebida recomienda unicamente el agua. Las comidas precocinadas, ultraprocesadas, con alto contenido en azúcares, en grasas, bebidas alcohólicas, refrescos gaseosos, son algunos de los alimentos que debemos disminuir en gran medida o eliminar de nuestra catálogo alimenticio.

La dieta mediterránea, está considerada como una de las mejores opciones para llevar una vida saludable a nivel internacional. En un estudio realizado en 2012 en una muestra de 11.015 universitarios, se constató que las personas que seguían con regularidad una dieta mediterránea, obtuvieron mejor puntuación en la escala «Health-Related Quality of Life » (HRQOL); relacionada con la calidad de vida, que incluye variables de salud tanto físicas como mentales. Además el 16 de noviembre de 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad .

El doctor aconseja que lo principal es volver a nuestros hábitos tanto alimentarios como de rutina de ejercicio y actividad física habitual. En caso de que esa rutina no exista lo recomendado será crear una concreta para nuestro día a día. Para ello recomienda combinar el ejercicio aeróbico junto con entrenamientos de fuerza, para buscar no solo la quema de calorías sino el aumento de la masa muscular. Nos hará ser mas costosos energéticamente y manteniendo una misma ingesta calórica, tendrá mas efecto en la pérdida de peso y grasa.

Por último destacar un aspecto un tanto negativo y no es otro que el económico. Los resultados de tres estudios que se realizaron en 2010, 2013 y 2014 (no son datos que se puedan extrapolar a España, pero no parece que haya mucha diferencia) concluyen que los alimentos frescos son más caros que los procesados y ultraprocesados. La industrialización y el uso de materias primas de baja calidad son los motivos de un abaratamiento del producto final. Pero en ningún caso este motivo hace recomendable su uso. Por ello el médico insta al consumo de productos frescos, considerando que deberían aplicarse descuentos o subvenciones para la compra de estos productos.