Coronavirus Andalucía
Del cólera a la gripe, las otras epidemias que asolaron Andalucía antes del coronavirus
Los expertos señalan que para luchar contra los virus, la población tiene las mismas armas que hace siglos: higiene y distancia social para evitar contagios

Desde el inicio de la crisis del coronavirus en Granada han muerto 286 personas. Pero, para poner en contexto ese dato hay que mirar a esa misma provincia en el siglo XIX. Entonces, en medio de una intensa epidemia de cólera, se registraban ... 500 fallecidos por dicha enfermedad cada día. Medio millar de víctimas diarias. Uno detrás de otro, ese episodio dejó más de 6.000 muertos en Granada.
Antes de eso, una epidemia de peste en Sevilla, que se declaró en 1649, acabó con miles de personas. Tantas que la ciudad no recuperó su censo hasta el siglo XX, cientos de años después. En 1800 la fiebre amarilla asoló Andalucía occidental. Solo en Cádiz se cobró 7.387 víctimas, 5.810 de ellas hombres. Y la gran gripe de 1918 -mal llamada «española»- mató a más personas en Andalucía que la Guerra Civil.
Las pandemias son tan antiguas como el hombre y la del coronavirus es solo el último capítulo de una larga historia. La ausencia de registros oficiales sobre el número real de muertos o la falta de sistemas modernos de salud, que no aparecieron en España de forma rudimentaria hasta el siglo XVIII, han complicado el estudio de las epidemias y de su impacto real en la población.

Frente a quienes aseguran que de la pandemia de coronavirus la sociedad «saldrá más fuerte» o que esta crisis provocará grandes cambios, hay voces como la del catedrático de Historia de la Ciencia Esteban Rodríguez Ocaña que afirman que hacen falta muchas epidemias seguidas para provocar cambios reales en la sociedad. «Si acaso -indica-, puede que si hay rebrotes y la epidemia dura mucho, quede la costumbre del lavado de manos frecuente. Pero más allá de eso, no creo que haya grandes cambios».
Ni siquiera cree que esta crisis sanitaria tenga un impacto en la arquitectura, como sí ha ocurrido en otros momentos de la historia. « Se me ocurre que si afectase a cómo se construye se empezarían a poner los baños junto a la puerta de las viviendas para podernos lavar las manos al entrar y salir», señala el catedrático por la Universidad de Granada.
Según Rodríguez Ocaña, episodios del pasado que fueron recurrentes -la peste, la fiebre amarilla, la gripe...- sí provocaron en Andalucía cambios sustanciales. Ocurrieron sobre todo en el siglo XVIII, cuando los gobernantes se preocuparon de la salud pública. Fue entonces cuando se tiraron en algunas ciudades andaluzas las murallas, por ejemplo. Y se proyectó un urbanismo de avenidas amplias que permitían la iluminación y que las casas se airearan.
Evitar contagios
«La gente -explica Rodríguez Ocaña-, vio pronto que los primeros en caer cuando llegaba una pandemia eran los cuidadores. Entendieron de forma intuitiva que el contagio se producía por proximidad». ¿Solución? Aislarse. De hecho, la palabra cuarentena es una derivación del italiano del siglo XIV. «Entonces, en la República Veneta dejaban a los viajeros 40 días en un barco antes de dejarles tocar tierra para evitar contagios», señala Ocaña.
Las ciudades andaluzas adoptaron estos métodos también. Cuando la peste llegó a Córdoba en el siglo XVII, la primera medida que se toma es la de cerrar a cal y canto las poblaciones. No entraba ni salía nadie, cuentan los investigadores Rosa María García y Juan Antonio Egea.
Además, en Palma del Río se constituyeron «diputaciones de la peste», comités de crisis como el que hoy preside Fernando Simón y que se ocupaban de tomar las medidas necesarias para proteger a la población, según recogen García y Naranjo en «La epidemia de peste de 1676-1682 en Palma del Río». Las medidas que hoy se han tomado para evitar contagios de coronavirus en realidad no difieren mucho de las que ya se tomaban en Andalucía en el siglo XVIII contra la peste, coinciden los expertos. Distancia social, higiene... Incluso un pasaporte sanitario, algo que se pide ahora para garantizar que quienes viajan están libres de Covid-19, es tan antiguo como las pandemias medievales.
Explica el doctor Rodríguez Ocaña que los pasaportes actuales tienen su origen en la documentación sanitaria de hace siglos. Entonces se expedían documentos para comprobar de dónde venía cada viajero. Si tenía el sello de algún lugar azotado por la fiebre amarilla o el cólera, no se le permitía el paso . Con los siglos, este documento derivó en los pasaportes que hay que enseñar antes de cruzar cualquier frontera.
En el ámbito administrativo, las pandemias tienen mucho que ver también con la creación de los registros civiles, señalan los historiadores. Hasta su aparición en el siglo XVIII, eran las iglesias las que anotaban nacimientos y defunciones en su mayor parte . Y eso complicaba la gestión de la población. Y precisamente con esta pandemia se han mejorado y actualizado los sistemas de toma de datos. Las epidemias pasan y sus efectos, indican los expertos, cambian poco.
Higiene
Uno de los grandes cambios sobre cómo se han tratado las pandemias es cómo se gestiona «lo sucio», señalan tanto el doctor Rodríguez Ocaña como Jakob Brabtberg , decano de la escuela de arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca. La limpieza es el gran avance de la humanidad para acabar con las pandemias y el mejor arma contra virus y bacterias.
« Solemos pensar que los grandes cambios se deben a que tenemos hospitales . Ese no es el gran cambio. El gran cambio vino antes, cuando conseguimos tener agua limpia y manejar la sucia, así como mejores viviendas», indica Brabtberg.
Vaciar el orinal
«Hasta no hace tanto era normal en las ciudades andaluzas que la gente vaciase el orinal, con lo que hubiese dentro, por la ventana », explica Rodríguez Ocaña. Eso cambia con la llegada del sistema de alcantarillado, algo que en Andalucía costó casi un siglo. «Hay bandos de epidemias de cólera o peste en las que el cabildo prohibía que se tiraran aguas sucias por las calles, eso no es casual», subraya Rodríguez.
A tenor de la historia, esta crisis no va a cambiar Andalucía. Si acaso la hará más limpia, si es que la pandemia no remite. Señalan los expertos que para luchar contra el coronavirus hay las mismas armas que hace siglos: higiene y distancia. La buena noticia es que funcionan.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete