Decreto de sequía para el 80% de la cuenca del Guadalquivir en Andalucía
La declaración de la situación excepcional afecta a las provincias de Sevilla, Córdoba, Granada y Jaén
La escasez de agua no pone en riesgo el consumo humano, garantizado para dos años, pero sí el de la agricultura
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) declaró ayer la situación excepcional por sequía extraordinaria en el 80 por ciento de la cuenca. La medida, que afecta a las provincias de Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada, se toma para afrontar la «crítica y complicada situación» ... que atraviesa Andalucía ante la falta de precipitaciones este año y los anteriores, según explicó el presidente de dicho organismo, Joaquín Paéz.
Las zonas afectadas por este decreto de sequía son Guadiamar, Hoya de Guadix, Dañador, Sierra Boyera, Rumblar, Guadalentín, Guardal, Guadalmellato, Bembézar-Retortillo, «mientras que el subsistema es el de las Vegas Altas de Granada, Cubillas-Colomera», señalan desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Andalucía, detalló el presidente del CHG, encadena ya ocho años «difíciles» de falta de lluvias. Concretamente en la cuenca del Guadalquivir el año hidrológico que acaba de terminar —finaliza en septiembre y empiezan en octubre— se saldó con un 17 por ciento menos de precipitaciones que la media de los últimos 25 años. Además, hubo un 57 por ciento menos de aportaciones a los embalses y la cuenca solo acumula ahora mismo el 20 por ciento de su capacidad habitual. Según datos de la CHG, desde el año 2012 solo el año hidrológico 2017/2018 se mantuvo dentro de la media y gracias a una anomalía climática : en ese invierno llegaron a Andalucía los últimos coletazos de la tormenta tropical Emma, que dejó mucha agua en la comunidad.
En todo caso, señalaron desde la CHG, las medidas restrictivas que se puedan poner en marcha no afectarán, por ahora, al consumo humano. De momento, solo habrá recortes en el agua que se destina a la agricultura, sobre todo en el caso del regadío, cultivos que ocupan 895.000 hectáreas de la comunidad. De esas, la mayoría son de olivar —500.000—, arroz —31.000 hectáreas— y fresa y frutos rojos en Huelva —20.000 hectáreas—.
Así, según indicó Paéz, la intención para afrontar la sequía es recortar en el agua que se da a los agricultores, limitación que ya en 2020 llegó al 50 por ciento del tope que vienen recibiendo en cada cultivo y que puede aumentar en este año hídrico.
Ya está sobre la mesa es la reserva de 400 hectómetros cúbicos que sirvan para garantizar el consumo humano así como la limitación de uso de agua en el sector industrial.
Entre otras medidas «extraordinarias», según el presidente de la Confederación Hidrográfica, Joaquín Paéz, cabe buscar nuevos pozos, revisar las infraestructuras o restringir el riego solo a la supervivencia de ciertas especies, no a su cultivo. Lo que ya está sobre la mesa es la reserva de 400 hectómetros cúbicos que sirvan para garantizar el consumo humano así como la limitación de uso de agua en el sector industrial.
Aunque no esté comprometido el abastecimiento a los hogares, Paéz subrayó ayer la necesidad de cuidar dicho consumo y ser precavidos en el gasto de agua que se pueda hacer en este ámbito. Porque, reconoció el presidente del CHG, hay agua para los ciudadanos de forma general pero en los próximos meses puede producirse «algún tipo de problema en localidades pequeñas que se abastecen de manantiales o aguas subterráneas».
La situación, en todo caso, es grave. Hay agua para consumo humano dos años «pero si este año no llueve, la cosa se puede complicar», reconocieron desde la CHG. Y, ¿qué perspectiva hay para este año hidrológico en Andalucía? Malas. Sin paliativos. Desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya advirtieron al final del verano que los meses de otoño iban a ser menos lluviosos que la media, como está ocurriendo.
Prueba de ello es el hecho de que en octubre ha llovido en la comunidad solo 40 litros por metro cuadrado, muy por debajo de los 71 de la media anual que registra Andalucía en ese mes. La comunidad tiene ahora mismo un déficit de 1.665 hectómetros cúbicos de agua. Eso es lo que necesitarían los embalses, que lloviese para compensar la situación de sequía , algo que se antoja casi imposible.
Además de la declaración de la situación de sequía, Paéz anunció ayer el acuerdo del organismo que preside para pedir al Gobierno central la aprobación de un Real Decreto para paliar los efectos de la sequía donde, señaló el presidente del CHG, podría haber incluidas ayudas a los agricultores. Dicho decreto, señaló Paéz, no estará antes de final de año porque, indicó, tiene intención primero de consultar al sector sus «inquietudes».
Además, ayer se supo que, para la gestión esta situación de sequía, la Confederación constituirá una comisión permanente donde estén representados tanto la CHG como las comunidades autónomas, entidades locales, regantes, sector industrial, sindicatos, empresarios y organizaciones ambientales.
Agua en trenes
Si la situación pasada es mala en los embalses andaluces, a futuro tampoco pinta bien. Así lo explica el director de la Aemet en Andalucía, Luis Fernando López Cotín , quien señala que el cambio climático afecta de lleno a la comunidad, donde las lluvias se han ido reduciendo de forma sostenida en las últimas décadas.
«Eso no quiere decir que a futuro no vaya a llover, pero sí que es muy posible que las precipitaciones queden por debajo de lo valores medios a los que está acostumbrada Andalucía», puntualiza López Cotín.
Este meteorólogo pone el acento no tanto sobre lo que puede pasar en el futuro como en la tendencia en la que está inmersa la comunidad. Así, señala que si bien en el último mes ha llovido algo en Andalucía occidental, si se observa el histórico de lo que ha ocurrido en los últimos tres años se comprueba cómo el valle del Guadalquivir es un punto negro de precipitaciones cuyo epicentro estaría más o menos en Sevilla, según los mapas de la Aemet.
¿Quiere esto decir que la comunidad se encamina hacia una situación como la de los años 90 con cortes de agua en las ciudades? No lo ve así López Cotín, que señala que, desde entonces, hay más infraestructuras como el embalse de Melonares. «Entonces se habló incluso de traer agua con trenes desde Galicia», recuerda el meteorólogo. «No es la situación de ahora», zanja.
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