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La hermana del vendedor ilegal dice que tenía la navaja en la mano para cortar el pan

Venta ilegal, okupa y antecedentes de malos tratos a su pareja, antecedentes del detenido

Imagen de archivo de la playa de El Portil Alberto Díaz

M. Moguer

Se llama Fernando y es un viejo conocido de Punta Umbría. Es el acusado de las tres puñaladas al jefe de la Policía Local de la localidad onubense del pasado miércoles, cuando los agentes de este cuerpo le requisaban las bebidas y comida que vendía sin permiso en la playa. Su imagen abalanzándose sobre Antonio Garrido, que así se llama el mando de la Policía de Punta Umbría, ha recorrido España de sur a norte y abierto telediarios.

En el momento de los hechos Fernando estaba junto a su hermano Maikel —también detenido— y otra hermana. Junto al resto de la familia viven en un chalé «okupado» en el centro de Punta Umbría, según fuentes del Consistorio. Allí es donde se les ve todas las mañanas preparando los carros con los que luego recorren las playas de la localidad vendiendo, sobre todo, latas de bebidas y comida envasada. «Despachan patatas fritas y cosas así. Chucherías y aperitivos», indica un vecino que prefiere no dar su nombre . «Hay otros que sí que venden dulces y otra comida, pero esta familia no», añade.

Vecinos de este pueblo aseguran además que en la puerta de la casa en la viven estaba aparcado estos días un vehículo de lujo, un Audi Q7, cuyo precio en el mercado, si se compra nuevo en un concesionario, ronda los 70.000 euros.

El acusado del intento de homicidio —delito por el que está imputado— ya sabe lo que es pasar por los calabozos de la Guardia Civil. Según fuentes de la Policía Local, Fernando tiene antecedentes por malos tratos a su pareja y también por agresión.

La competencia legal

Cuentan quienes conocen a esta familia que llevan años vendiendo sus productos en la playa. Al principio nadie se lo impidió, pero hace unos ocho años, el Ayuntamiento sacó una licitación que ganó «Bebidas y Snacks playa de Punta Umbría», que desde entonces se las ha tenido que ver con esta familia —original de la localidad onubense de Calañas— y otras que también acuden a vender a la playa sin licencia para ello.

Por su parte, la hermana del detenido por el intento de homicidio aseguró el pasado miércoles que Fernando no quiso apuñalar al agente. «Estábamos empezando a comer y mi hermano tenía un bocadillo en la mano. Estaba abriendo el pan, como es normal . Él no soltó la navaja y se acercó al municipal. No le iba a hacer daño. Fue a quitarlo. Una persona que te va a pinchar, te pincha, pero el municipal no tiene nada». Esta mujer asegura también que su hermano no atendió a los gritos de los agentes porque no les podía oír: «Tiene una minusvalía del 75 por ciento, no escucha», añadió. Otro hermano del acusado, Juan Manuel, acusó ayer a la Policía Local de darles «palizas» cuando los detienen.

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