Entrevista
Juan José Primo Jurado: «Medina Azahara era la imagen del poder»
Este historiador que ha sido subdelegado del Gobierno en Córdoba es un amante de esa sucesión de culturas que ha conformado el alma de Andalucía
¿Qué es Andalucía para usted?
Es una tierra protagonista de la historia de España de primer nivel, coincidiendo con las etapas más brillantes de la historia de España, y tiene una identidad propia.
¿Cuál es esa identidad?
Se basa en su geografía, en su pasado romano con la cultura romana como base, en el patrimonio andalusí, en la repoblación cristiana y en ser puerta de Europa para América.
Como historiador, ¿qué ha sentido al enterarse de que Medina Azahara es Patrimonio de la Humanidad?
Es un acto de justicia para la cultura andalusí y para el legado que Andalucía tiene de cara a la humanidad. Como cordobés, un orgullo y una responsabilidad.
¿Qué supone esa ciudad idílica en la historia de Andalucía?
Esa ciudad palatina supone el cenit del poder de los omeyas, y no es un referente árabe, sino una referencia de la identidad andalusí, que fue una mezcla de la cultura hispanorromana con la cultura árabe.
¿Qué queda de la ciudad original?
No hay que olvidar que fue destruida por la guerra civil que puso fin al califato, saqueada posteriormente, y queda un interesante yacimiento arqueológico, multitud de leyendas y una fascinante lección de historia.
¿Cómo se imagina la vida en aquel lugar de ensueño?
Poder, lujo, refinamiento e imagen. Se trataba de impresionar tanto a los habitantes del califato, como a las embajadas que venían de fuera. Refinamiento en el sentido de que era la expresión de la cultura omeya y andalusí.
¿Los cordobeses son herederos de los omeyas o castellanos como los de Valladolid?
Somos herederos de castellanos de sangre, porque Córdoba fue repoblada tras la Reconquista, pero eso no quita que nos sigamos emparentados con aquellos cordobeses que fueron andalusíes. Debemos amar su legado y respetarlo.
¿El senequismo cordobés es bueno o es malo?
Es bueno, porque da gravedad y señorío. Pero a veces se transforma en indiferencia y pasotismo ante los problemas de Córdoba, y eso es negativo.
¿Se ha mitificado la Córdoba de los califas o fue realmente así?
Hay un cierto mito, porque hubo tolerancia, pero fue relativa. Hubo mucho poder, pero lo que sí es cierto es que lo que vino después fue peor: la división de los taifas y el integrismo almorávide y almohade.
¿En Andalucía es moro todo lo que reluce?
Ante todo, Andalucía es heredera de las costumbres, de la lengua y de la cultura romanas.
¿Cómo cuida Andalucía el patrimonio artístico?
O lo cuida, o deja de ser Andalucía. Sumando todas las páginas brillantes de su historia, el patrimonio es lo que hace brillante Andalucía. Debemos preguntarnos si lo cuidamos y si lo conocemos. Aparte, hay que exigir a las administraciones públicas una implicación en su mantenimiento y en su proyección
¿Y esto lo hace la Junta así?
Creo que podría hacerlo mejor. A veces hace campañas de marketing que no se corresponden con las grandes competencias que tiene en materias culturales.
Los que levantaron Medina Azahara tenían sus antepasados al otro lado del Estrecho. ¿Sigue el tráfico de personas al cabo de los siglos, o esta inmigración es otra cosa?
Hace diez siglos llegaron árabes, sirios y bereberes. Cada uno de una raza y de una cultura distinta, unidos solo por la religión islámica. Actualmente siguen llegando inmigrantes musulmanes que sin duda deberían aprender del legado de aquellos que hicieron de Andalucía su verdadera tierra, y huir de cualquier tipo de extremismo y de falta de integración.
¿Esta inmigración enriquece la cultura andaluza?
Sí. Económicamente es necesaria. El enriquecimiento mutuo dependerá de la capacidad y voluntad de integración en nuestra cultura y nuestras leyes de los inmigrantes. Andalucía siempre ha sido tiempo de acogida generosa.
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