Más de la mitad de la energía en Andalucía aún viene del petróleo

Según el documento en cuestión, aún en fase de borrador, Andalucía emplea el petróleo sobre todo en el transporte, sector donde, además, más crece el consumo en los últimos años . Y esto no parece que vaya a mejorar en breve puesto que la implantación de los vehículos que funcionan con otras fuentes de energía solo suponen uno por cada mil habitantes. Por poner en contexto este dato, la media de España es de casi el doble.

El segundo sector que más petróleo consume es el de la construcción y la vivienda. Sin embargo, «el consumo residencial de energía final per cápita es inferior en Andalucía al de España y al de la media de la Unión Europea» , señalan el informe de la Junta.

En medio de la polémica sobre la subida de la factura de la luz y las nuevas tarifas por tramos impuestas por el Gobierno central, Andalucía se plantea cómo hacer más ‘verde’ su mix energético para poder reducir el impacto de su consumo en el planeta . Y, aunque por ahora aún primen los combustibles fósiles, el camino recorrido desde 2006 apunta hacia las energías ‘verdes’. Tanto que, indican desde la Junta, ese año las renovables eran el 5 por ciento del total de la energía consumida en Andalucía. En 2018 había subido al 18 por ciento, más del triple.

El consumo de energías renovables es la gran apuesta andaluza . Y eso se refleja no solo en cómo se consume sino también en qué energía se produce. Ahora mismo, señalan desde la Junta, la comunidad tiene un 38,8 por ciento de la potencia instalada en energía verde.

Según datos de 2018 -el último al que hace referencia el plan andaluz por el clima -, la comunidad sobre todo apuesta por la energía eólica (el 54 por ciento de las renovables); termosolar (el 16 por ciento) ; fotovoltaica (14,6 por ciento); hidráulica (10 por ciento); biomasa (3,7); biogás (0,5); y oceanotérmica (0,08 por ciento del total de las energías verdes que se usan en Andalucía).

Dentro del análisis de la situación que hace la Junta sobre el consumo energético de la comunidad, destacan que Andalucía tiene « una elevada dependencia, superior al 80 por ciento » ya que debe importar mucho de lo que consume. Es el peaje de consumir tanto petróleo. En el lado opuesto a esta mala noticia está el «alto interés de promotores y de la Junta» con las energías renovables que la sitúa « en una posición preferente para el desarrollo de proyectos » de esta índole, señalan desde el Gobierno andaluz.

Dentro del plan sobre el cambio climático en el que trabaja el Gobierno andaluz, el objetivo prioritario es « el abandono de los combustibles fósiles y la transición gradual hacia una economía neutra en carbono, garantizando el suministro de energía», según las directrices marcadas por la Junta este mismo año. ¿Cómo se traduce eso? En que en el año 2050, el Ejecutivo andaluz proyecta tener un modelo energético neutro en carbono.

Pero, en lo concreto, ¿qué plan tiene Andalucía para alcanzar ese equilibrio climático con su gasto energético? Según explican desde la Agencia Andaluza de la Energía (AAE), hay medidas muy tangibles que se pueden poner en marcha. Una, por ejemplo, pasa por mejorar las construcciones que hay en la comunidad. «Andalucía dispone d e 4,3 millones de viviendas con más de 40 años », indican desde la AAE. Son casas muy poco eficientes. Por eso plantean un programa de rehabilitación energética, que además es una oportunidad para las empresas de construcción .

Más medidas: siguiendo directrices de la Unión Europea, la Junta plantea eliminar la dependencia de la comunidad del petróleo en el transporte. ¿Cómo? Facilitando el acceso a vehículos eléctricos, poniendo a disposición de los andaluces puntos de carga de hidrógeno, gas o electricidad, o implantando planes de movilidad en los centros de trabajo.

En el plan del Gobierno andaluz tiene también relevancia la bioeconomía , es decir, proyectos económicos basados en la biomasa que, calculan desde la Junta, podría cubrir la quinta parte de la demanda de energía total de la región y del que «en la actualidad solo se utiliza el 30 por ciento».