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Un nuevo cuerpo policial europeo controlará las pateras en 2021

La costa andaluza recibirá parte de los 10.000 agentes de la nueva fuerza comunitaria de control de inmigración del espacio europeo

Inmigrantes, llegan al a costa andaluza tras ser rescatados por Salvamento Marítimo EFE

M. Moguer

Con 10.000 efectivos y un presupuesto de 34.900 millones de euros, la Unión Europea quiere formar un cuerpo policial para proteger sus fronteras exteriores de la inmigración ilegal y «hacer frente a los restos del futuro en el ámbito de la migración» , además de luchar contra los desafíos de «movilidad y de seguridad». Y entre esas fronteras, unas de las prioritarias son las andaluces, que reciben gran parte de los flujos de migración desde África hasta Europa.

La «Guardia Europea de Fronteras y Costas», que así se llamará el cuerpo de seguridad, es una evolución del sistema que ya existe en la UE para asistir a los estados miembros ante crisis en sus fronteras y una petición que ya hizo Jean-Claude Juncker , el presidente de la Comisión Europea, el pasado año en el Debate del Estado de la Unión cuando indicó que la institución que dirige quiere «fortalecer nuestras fronteras exteriores» con «10.000 agentes de fronteras para 2020».

La diferencia con el sistema actual, según recoge el borrador del proyecto que se ha debatido esta semana en el Pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo y que se votará el mes próximo para su aprobación definitiva, es que el nuevo servicio de protección, además de triplicar el presupuesto, tendrá personal fijo, algo con lo que antes no contaba, puesto que dependía de los efectivos de los países que solicitaban su asistencia.

Europa contará en Andalucía con personal de seguridad complementario al de los países miembros

Así, con este cuerpo de defensa de fronteras, Europa se dota «colectivamente de las capacidades necesarias para proteger sus fronteras exteriores, prevenir los movimientos secundarios y aplicar efectivamente los retornos de los migrantes irregulares», según el proyecto que estudian el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo .

Es decir, Europa contará en Andalucía —y el resto de fronteras exteriores de la UE— con personal de seguridad complementario al de los países miembros, y además, estas fuerzas de seguridad tendrán capacidad para repeler y expulsar a los inmigrantes que llegan de forma irregular a Europa, una realidad de la que Andalucía es muy consciente.

De esta forma, «la Guardia Europea de Fronteras actuará como una auténtica policía para garantizar la protección de las fronteras exteriores de la UE, gestionará eficazmente los flujos migratorios y contribuirá a garantizar un alto nivel de seguridad en la Unión Europea», indica el informe que manejan los políticos europeos, «clave para preservar el espacio Schegen», añaden.

Explica el informe de la UE que el sistema que hasta ahora ponía en marcha Europa para proteger las fronteras era un «contingente de reacción rápida de 1.500 guardias de fronteras» que solo puede activarse «para intervenciones fronterizas rápidas», pero no para el control ordinario y sostenido de los flujos de personas en las fronteras de la Unión Europea.

La creación de este cuerpo europeo para gestionar la inmigración y otros flujos en las fronteras le afecta muy directamente a Andalucía. Sobre todo porque la comunidad es uno de los principales receptores de inmigrantes de Europa. Solo en 2018 los servicio de rescate tuvieron que asistir en el Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán a 53.451 inmigrantes, es decir, el 90 por ciento de la llegada inmigrantes a España y el 40 por ciento del total que llegó a la costa mediterránea. De quienes llegaron a las costas andaluzas, el 72 por ciento fueron el año pasado de origen subsahariano y el 26 por ciento, marroquí, según datos aportados por el teniente coronel Miguel Ángel Sánchez Guerrero, director del Centro de Coordinación para la Inmigración.

Menores inmigrantes

El problema de la inmigración irregular no es solo cosa de adultos. Según explicó ayer el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, el año pasado llegaron a la comunidad un total de 7.783 menores extranjeros no acompañados (conocidos como «menas»), que fueron ingresados en los centros de acogida de Andalucía.

Según destacó Maeztu, la inmensa mayoría fueron niños —7.386— y el resto niñas —397—. Según indican los datos del Sistema Estadístico de Menores Extranjeros No Acompañados (Sime), que desgranó el Defensor del Pueblo, «estos menores fueron atendidos en recursos de primera acogida o en dispositivos de emergencia habilitados para la primera acogida».

Maeztu quiso dejar claro que las cifras que se dan sobre los menores inmigrantes que llegan a Andalucía pueden confundirse puesto que no es lo mismo, afirmó, hablar de menores que llegan, de menores que son atendidos o de menores que son ingresados. De esta forma, no todos los menas que desembarcan en Andalucía llegan a ser ingresados en un centro y muchos de los que sí lo hacen se marchan para seguir su camino.

Así, unos 9.149 menores —8.592 niños y 557 niñas— pasaron en 2018 en algún momento por el Sistema de Protección de Menores, independientemente de la duración de su atención. Por último, un total de 3.488 menores —3.197 chicos y 291 chicas — se encontraban en algunos de los centros de protección de menores o en acogimiento familiar a finales del pasado año.

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