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Política

Los partidos abren la precampaña entre primarias y enfrentamientos

Los líderes andaluces buscan despejar el camino de adversarios internos y miden sus apoyos de cara al más que previsible adelanto electoral de otoño

Los líderes andaluces miden sus apoyos ante el posible adelanto electoral ABC

Juan J. Borrero

Parece casualidad, si no fuera porque eso no existe y menos en política, pero todos los partidos políticos andaluces andan enfrascados en procesos de primarias o en asuntos internos. Cualquiera diría que las elecciones serán en otoño. Los grupos políticos se adentran en la precampaña en diferentes circunstancias pendientes, sobre todo, de las marejadas que puedan depararles sus líderes nacionales en una comprometida coyuntura política. PSOE y la confluencia de Podemos e IU tienen serias diferencias con sus ejecutivas y estructuras nacionales . El PPestá a la espera del desenlace del proceso de primarias de los días 20 y 21 y sólo Ciudadanos parece tener allanado el camino si nadie se cruza en el de Juan Marín para revalidar su liderazgo en las primarias exprés que ha convocado para el próximo fin de semana.

En el PSOE preocupa el enfrentamiento irredento de la presidenta Susana Díaz y el presidente Pedro Sánchez , tras las primarias socialistas de 2017. Al líder de la oposición Juanma Moreno el retraso que supone la lucha por la sucesión de Mariano Rajoy. Al otro lado del arco parlamentario, el proceso de convergencia de Podemos e Izquierda Unidad en Andalucía se ve con recelos por el secretario general de la formación morada, Pablo Echenique, que no oculta su oposición a Teresa Rodríguez. Sólo Juan Marín, que se sepa de momento, parece contar con el apoyo de la cúpula nacional de Ciudadanos y quiere poner tierra de por medio en una carrera electoral cuyos tempos los marcará Susana Díaz, aunque Marín, como buen relojero, sabe que se puede retrasar o adelantar. Todos los partidos se preparan para una cita con las urnas en otoño.

Duelo de gobiernos

Precisamente, la difícil convivencia de dos gobiernos del mismo signo político como el andaluz y el que lidera Pedro Sánchez desde La Moncloa, se antoja como uno de los principales desencadenantes del adelanto electoral. La elección de los ministros, la del delegado del Gobierno, en la persona de un reconocible adversario local de la presidenta Susana Díaz, y la ausencia de negociación con las ejecutivas del partido para designar a los subdelegados del Gobierno en cada provincia ha dejado muy claro –hipocresía protocolaria aparte–, que las relaciones entre Moncloa y San Telmo son las de dos enemigos íntimos. Ante la ubicación de peones sanchistas en el tablero socialista andaluz, Susana Díaz debe remarcar su poder orgánico y nada mejor que hacerlo tensionando al partido cuanto antes de cara a unas elecciones en las que el PSOE se arriesga a perder su más fiel bastión, un precio que ni siquiera el adanismo de Pedro Sánchez puede permitirse.

Susana Díaz, que tantas veces desmintió el adelanto electoral, tiene ahora prisas para aprovechar la coyuntura del efecto novedad del Gobierno de Madrid antes de que sus comprometidas decisiones, forzadas por los compromisos con populistas y nacionalistas y tan alejadas al catecismo político del socialismo andaluz, afecten a la marca PSOE.

Hay muchos más factores a favor de la convocatoria anticipada . Pero el de las relaciones con el nuevo Ejecutivo nacional es de los más destacados. Si atendemos a la premisa de todas las convocatorias de elecciones contemporáneas: «todo puede empeorar», para Díaz va a ser prioritario abordar con Ferraz una entente cordiale electoral, aunque sea a costa de repetir en versión política el chiste del dentista: «No nos haremos daño».

Estreno de primarias

Quien más se ha afanado en augurar elecciones anticipadas es el presidente del PP andaluz. Juan Moreno lleva meses anunciando el inicio de su campaña en medio de una sucesión de catastróficas desdichas que ha puesto seriamente a prueba su sonrisa de cartel electoral. Si el asunto Cifuentes le reventó el congreso de la consagración de abril, la salida del Gobierno Rajoy le ha mojado la agenda. Ahora está pendiente del final de las primeras primarias del PP, una competición que de momento le ha dado buenas noticias. Moreno apostó públicamente por Soraya Sáenz de Santamaría. Causó sorpresa que asumiera el riesgo, aunque nadie dudara de cuál era la opción que prefería. Ahora, gracias a que lo hizo público, puede presumir de que Andalucía ha sido determinante en la victoria de la ex vicepresidenta. Los buenos resultados de la candidata permiten a Juanma Moreno atemperar las dudas sobre su capacidad de liderazgo, aunque siga sin poder zafarse de la sempiterna sombra de Javier Arenas, juramentado contra Cospedal, al que se le atribuye parte del mérito de la movilización sorayista. Animales políticos de compañía aparte, está claro que un resultado distinto, con Cospedal en la cumbre, hubiera sido letal para las aspiraciones de Moreno . Ahora queda cobrar la apuesta en la final del proceso el 21 de julio. Le vale todo lo que no sea que Cospedal mantenga algo de poder. Juanma Moreno prefiere una lista de integración con su amigo Casado para que las luchas internas no lastren más al partido y así poder reactivar el ritmo de precampaña, alentado por su principal mentora, Soraya Saénz de Santamaría. Si esta accede a la presidencia, Moreno contará con el total apoyo de la estructura de Génova en el objetivo histórico de desbancar al PSOE del Gobierno andaluz.

El poder en Podemos

Si las primarias son como bicicletas para el verano, Podemos no va a ser menos. Entre el 10 y el 16 de julio, por circunscripción provincial y a través del sistema «Dowdall» que divide el voto realizado a un candidato en función del lugar que ocupa en la lista, la formación morada deberá decidir sus listas y el liderazgo de Teresa Rodríguez en medio de un proceso de convergencia andaluza con Izquierda Unida que ha desautorizado el secretario general, Pablo Echenique. En Madrid no se han fiado nunca del bloque andaluz que comanda el sector anticapitalista, pero ahora menos con esa estrategia autónoma de pactar una marca andaluza con IU. Echenique no oculta su oposición al proyecto «Adelante Andalucía» aunque asegura no conocer qué quiere plantear para la organización. La división es total y se evidenció la pasada semana, cuando la dirección andaluza no acudió a un acto convocado por Echenique de la que no fue informada. Todo un alivio, teniendo en cuenta que la convocatoria era para el primer sábado de julio con el sol en todo lo alto de Sevilla y el partido de octavos de la selección española en la agenda. Ni la colocación de una pantalla gigante le salvó de un petardazo impropio de un secretario general.

A Teresa Rodríguez le ha salido una alternativa en Isabel Franco .La diputada onubense, afín a Pablo Iglesias, ya ha recibido el apoyo peculiar de un antiguo aliado de Rodríguez, el siempre controvertido Diego Cañamero, además del que le prestará el aparato del partido desde Madrid, al que no le emocionan las disidencias.

Calma naranja

Con todos los antecedentes mencionados puede decirse que Juan Marín es un privilegiado. El portavoz parlamentario de Ciudadanos encara sin oposición previsible las primarias de la formación naranja en Andalucía . Un proceso exprés con la excusa de un previsible adelanto electoral que en parte va a depender de cuánto quiera desestabilizar Ciudadanos el hasta ahora plácido pacto de investidura que ha permitido al PSOEmantener el gobierno de la Junta sin sobresaltos. Sin apenas tiempo para montar una alternativa, los militantes podrán refrendar el liderazgo de Marín en un proceso telemático. Marín ha ido laminando a los críticos que han surgido, si bien solo uno trasciende como tal, el diputado granadino Luis Salvador que no parece decidido a dar guerra.

De las primarias saldrán los cabezas de lista provinciales, a las que ya se apunta en Málaga Javier Imbroda, ex seleccionador nacional de baloncesto, un ejemplo del perfil que busca la dirección de Cs para sus listas. Salvado el trámite de las primarias, Marín tiene tiempo para desarrollar una estrategia con la que recuperar la tendencia que le daban las encuestas antes de la zapatiesta de la moción de censura en Madrid. Sabe que su peor enemigo es el bipartidismo y sin embargo se alimentará de esa dualidad para mantener todas sus opciones:formar el primer gobierno de alternancia con el PP o conseguir el mayor número de consejerías en otro gobierno socialista.

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