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EDUCACIÓN

El Plan de Igualdad de Género de la Junta irrita a «profesores y profesoras»

Los sindicatos ANPE, CSIF y APIA muestran su disconformidad con la imposición de un lenguaje que entra en contradicción con la Academia

Adelaida de la Calle, consejera de Educación RAÚL DOBLADO

JOSÉ CEJUDO

El II Plan Estratégico de Igualdad de Género en Educación 2016-2021 auspiciado por la Consejería de Educación y en el que se incluyen todo tipo de normas para erradicar el lenguaje supuestamente sexista, hasta rayar el absurdo para evitar el masculino genérico, ha tenido la virtud de soliviantar a los sindicatos del sector de la Educación. Estas organizaciones entienden que no se puede imponer un lenguaje en las aulas que a la postre entra en contradicción con las normas que dicta la Real Academia Española (RAE), institución que también ha puesto en solfa las instrucciones de la Junta que exigen sustituir «ciudadanos» por «ciudadanía» o «los coordinadores» por «coordinación». Así pues, «papeleo inútil», «tontería» y «mayor presión» para el profesorado, al tener que dar cuanta al cuerpo de inspectores educativos, son algunas de las opiniones vertidas sobre el documento emanado del departamento de la consejera Adelaida de la Calle.

María del Amo, presidenta del sindicato de profesores ANPE en Málaga entiende que la igualdad de género es una meta social «a la que la Educación tiene que contribuir, y es un aspecto que debe estar contemplado en la planificación educativa. Hasta ahí, bien. Pero este tratamiento del lenguaje dada la casuística que tenemos en los hábitos en España, es muy difícil de cambiar. Lo que no podemos es complicar o dificultar la comunicación».

Según Del Amo, se olvida que para llegar a buen puerto con ese Plan, primero hay que contar con los representantes sindicales del profesorado, «cosa que no se ha hecho». Y tampoco se ha tenido en cuenta, insiste, en que para llevarlo a cabo hace falta algo tan importante como «invertir en la educación para la igualdad y para otros muchos temas. Tiene que reforzar medios, equipamientos, profesorado... No vale decir vamos a hacer un plan y cargamos toda la responsabilidad en el profesorado. Porque el tratamiento del lenguaje tiene que ser también compartido con la familia. Si no, es papeleo inútil». Y en cuanto a los inspectores, encargados de supervisar el cumplimiento del Plan, considera que será un motivo más de «presión al profesorado», inspectores que a veces en lugar de ayudar «entorpecen».

En nombre de CSIF-A, su responsable de Educación, Francisco Hidalgo, asegura que como idea y como principio, el Plan de Igualdad es importante e interesante para contribuir a evitar la violencia de género. Lo que ocurre es que tales iniciativas, que tienen un recorrido de seis años, «genera un trabajo importante y una burocracia considerable a base de reuniones, elaboración de documentos, evaluaciones... y la verdad es que los centros educativos ya tienen, y lo venimos denunciando sindicalmente, una excesiva burocratización. En gran parte el profesor ha pasado de enseñar a los alumnos a rellenar papeles. Y una cosa es trabajar en favor de la igualdad y otra cosa son las imposiciones, que para los centros educativos no es lo más aconsejable. Y en el lenguaje todo lo que sea ir a los extremos es negativo. Lo deseable es el equilibrio».

Pablo Quesada, del sindicato de profesores APIA, mantiene una posición «radicalmente contraria al Plan. Si la Consejería nos da a elegir entre su lenguaje de carácter político y las normas de la Academia, nosotros como profesores elegimos la parte académica». Sobre el papel de los inspectores opina que desde hace tiempo la Consejería intenta reconvertir la Inspección en un «instrumento político». Según Quesada, con todos los problemas que tiene el sistema educativo, «nos sorprendería mucho que los inspectores se centren en este tipo de tonterías».

Motivos para la polémica: El Plan de Igualdad de Género en Educación se ajusta, en su redacción, al manual del lenguaje no sexista y sigue al pie de la letra las directrices para evitar el uso del masculino genérico.

Profesores. Para la Junta es sexista hablar de «Profesores no asociados». Para que no sea sexista, lo correcto sería «Profesoras y profesores no asociados» o también «Profesorado no asociado».

Alumnos. A la hora de referirse a los estudiantes, la Administración andaluza considera sexista el término «Alumnos». La alternativa no sexista es «Los alumnos y alumnas» o «El alumnado».

Becarios. «Becarios» es una expresión sexista. Por tanto, se insta a cambiar esa palabra por «Las personas becarias», «Los becarios y/o becarias» o también «Quienes sean titulares de las becas» .

Candidatos. Aquí el lenguaje riza el rizo. Decir «Los candidatos» es sexista. Por tanto, hay tres frases no sexistas: «Las personas candidatas», «Quienes opten» y «Quienes concurran».

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