Punta de Montijo: el centro de menas con acceso privado a la playa y piscina de hidromasaje
El chalet alquilado por la ONG Anide tiene una tarifa en temporada alta de 1.500 euros por un fin de semana
Montijo es un paraje idílico entre Chipiona y Sanlúcar de Barrameda. En su costa conviven segundas residencias de playa y pequeñas explotaciones agrícolas con huertas donde aprovechan el clima para hacer cultivos con invernaderos. Entre las primeras se encuentra una particular justo en la parte ... más extrema, que se anuncia en una web para alquilarla como Punta de Montijo . Desde principios de octubre del año pasado, en un enclave único, con piscina de hidromasaje y acceso privado a la playa, sirve de residencia para un centro de menores extranjeros no acompañados, más conocidos como menas. Los mismos que no han dado un solo problema importante.
La casa está rodeada en su mayor parte por el mar, con unas vistas de atardeceres increíbles, en una finca de unos dos mil metros cuadrados, como reza la publicidad que la anuncia. La entrada de la propiedad tiene una gran extensión de césped, con una zona amplia de aparcamientos. Imitando un antiguo cortijo andaluz, la casa cuenta con cinco habitaciones y tres estudios dispuestos alrededor de un patio. En la terraza principal se encuentra la piscina, una barbacoa, unas espectaculares vistas y lo que más llama la atención, el acceso privado a la playa por unas escaleras de madera coronadas por una pagoda del mismo material. En ella se pueden alojar diez personas, ampliables hasta 22 personas si se usan los tres estudios independientes.
El lugar es idóneo para dar largos paseos por los arenales con el coto de Doñana al fondo. Las carreras de caballos en la playa de Sanlúcar de Barrameda, un puerto deportivo cercano con todo tipo de actividades náuticas y dos campos de golf en un área de 15 kilómetros, hacen de este chalet un punto de referencia para el turismo de alto nivel. Sólo hay que ver los precios con los que se anuncia. En la temporada alta, durante el mes de agosto, el fin de semana sale a 1.500 euros por dos noches, que bajan a los 2.975 euros si es una semana completa. En la temporada baja se reducen considerablemente, quedándose en 900 y 1.575 euros respectivamente. No se menciona si el IVA está incluido o no. Es más, tampoco en la página web del ahora centro de menas tampoco aparece ni un número de teléfono ni un CIF; todo se contrata mediante una solicitud de correo electrónico.
«Dentro de los presupuestos»
María José Sánchez es la responsable de este centro de menas que se ve muy sorprendida por el interés informativo de este periódico, ya que no aprecia que exista alguno. «Hemos hecho un informe a la dirección general de Asuntos Sociales de la Junta porque así nos lo han pedido y no pienso darle más datos», contesta muy amablemente cuando ABC le pregunta cómo se llama su ONG que gestiona el centro, el número de menores extranjeros que hay en él y el de monitores. Sobre el precio que pagan por el alojamiento se niega también a dar una cifra: «Yo no lo sé, no llevo el tema de la contabilidad. Lo que sí le puedo asegurar es que está dentro de los presupuestos que han sido aprobados para este tipo de residencias y que no es fácil buscar una para la cantidad de personas que tenemos», aclara.
Cuando le preguntamos si es normal un chalet que en su página web se anuncia por tres mil euros a la semana en temporada alta, tiene acceso privado a la playa y en una zona tan turística, responde que «hay otro centro en Málaga cerca de la playa y nadie lo cuestiona» y vuelve a reiterar que no piensa hablar con la prensa porque no ve dónde hay noticia, que ellos no han hecho nada anormal . Lo que sí deja bien claro es que no están allí de forma provisional, sino permanente y que no piensan dejar el lugar cuando comience la temporada fuerte de turismo.

La Junta de Andalucía, a requerimiento de este periódico, informó que la ONG que lleva este centro de menas es Anide. El dato de la subvención que recibe no lo han podido conseguir, pero quisieron dejar bien claro que la Consejería de Asuntos Sociales abona el mismo coste por plaza a todas las entidades. Anide ya fue noticia en agosto del año pasado cuando la directora y dos monitoras del centro de menores inmigrantes situado en el hotel Ávila en Jerez de la Frontera fueron detenidas por un presunto delito de abandono de menores. A través de una nota la Policía Nacional informó de que tres trabajadoras habían sido detenidas por «desentenderse de los cuidados» de los menores inmigrantes y «obligarlos a viajar solos hacia otras provincias». Según algunas fuentes, la intención era deshacerse de los internos más conflictivos. Actualmente, la página de la ONG no se puede visitar porque está en mantenimiento.
Andalucía acogió 6.249 menores extranjeros no acompañados llegados a España, es decir casi la mitad de los 13.796 registrados según la Memoria 2018 de la Fiscalía General del Estado. El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) publicó la Orden de la Consejería de Igualdad por la que se convocaba para este ejercicio 2020 la concesión de subvenciones en régimen de concurrencia no competitiva por valor de 5.807.620 euros destinadas a 1.072 plazas para la atención, acogida e inserción social y laboral de menores extranjeros no acompañados. La distribución de las plazas por provincias se hacía de la siguiente manera: 208 plazas en Almería, 242 en Cádiz, 25 en Córdoba, 217 en Granada, 76 en Huelva, 81 en Málaga y 203 en Sevilla.
José Manuel Ahumada es el presidente de la comunidad de Valdeconejo , la zona donde se ubica el chalé de Anide. Cuando se le pregunta si existe una preocupación por la presencia de estos menores en la zona, matiza que no: «Algunos vecinos sí lo están un poco. Somos mil ciento y pico de socios, para que esté todo el mundo preocupado por algo es complicado». «Cuando llegaron allí me puse en contacto con Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Chipiona, pero me dijeron que no conocían ni les habían comunicado nada y que este tema es de la Junta de Andalucía», continúa Ahumada.
«La gente ve que tienen sus horarios de salida y con eso de que son unos chiquillos se asoman a cualquier sitio», afirma el presidente de la comunidad
«Nosotros intentamos mantener una reunión con los monitores que cuidan de los chavales y nos dijeron que sí, que estaban dispuestos a hacer una jornada de puertas abiertas para que los vecinos vieran lo que estaban haciendo allí, la forma de dar los cursillos, la inserción de los chavales y demás. Pero entonces salió lo del Covid y se fastidió todo», afirma el presidente de la comunidad. «La gente ve que tienen sus horarios de salida y con eso de que son unos chiquillos se asoman a cualquier sitio; con esto de que son extranjeros ya están todos mosqueados, porque aquí, la mayoría somos de campo, campo», se justifica al mismo tiempo que quita hierro al asunto. «Han venido algunos vecinos a decirme, es que miran por encima de mi tapia, y les pregunto pero te han hecho algo; no, pero me dan miedo , porque como yo vivo en Sevilla o en Mallorca o en Madrid…».

«Lo que sí que le digo que es un sitio malo para una reinserción de estos chavales, una zona muy alejada de la población donde difícilmente se puede encontrar un trabajo o algo. Yo sé que aquí hay algunos agricultores que los han llamado para que les recojan sandías o les hagan cuatro labores en el campo . Esto lo veo mal, porque si los van a contratar que lo hagan en condiciones. Yo como presidente de la comunidad, lo que le digo a la gente es, si tenéis algún problema, denunciarlo a la Guardia Civil o la Policía; lo que no pueden hacer los que viven cerca de la casa de Punta de Montijo es venir aquí a quejarse y luego no querer saber nada», manifiesta.
«Tres o cuatro mil euros»
En cuanto a la casa, considera que «también es verdad que el propietario de la finca dijo que esto era una cosa provisional, que en unos meses se iban. Pero la verdad es que si la Junta de Andalucía le está pagando tres o cuatro mil euros, pues serán más meses», concluye. A José Manuel Ahumada no le consta que haya denuncias formales contra los menas de Punta de Montijo. Sabe que ha habido algunos propietarios que se han dirigido a la Guardia Civil para quejarse de que fuman marihuana, pero que poco puede hacer ésta salvo darse una vuelta «y cuando los vean llegar apagarán el cigarro y lo volverán a encender en cuanto se vayan, como lo haría también un español, porque esto desgraciadamente está a la orden del día», concluye.
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