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Entrevista

Ana Villagómez: «Los narcos se crecieron porque no había medios para combatirlos»

La Fiscalía coloca a uno de sus miembros al frente de la lucha contra esta lacra a nivel andaluz debido a la envergadura que ha tomado el problema

Ana Villagómez, Fiscal Antidroga de Andalucía Antonio Vázquez

Silvia Tubio

Andalucía es desde este pasado lunes la primera comunidad autónoma con un fiscal coordinador antidroga. El BOE publicaba la designación de Ana Villagómez, actual responsable de esta materia en Cádiz, tras ganar el concurso interno en el que se midió con su compañero de Málaga. Este nombramiento responde a la dimensión más que preocupante que ha adquirido el narcotráfico en tierras andaluzas. El 80% de la droga que se interviene en España se incauta en Andalucía. La comarca del Campo de Gibraltar, con localidades como La Línea, es el fiel reflejo del precio que se paga cuando el problema no se ataca a tiempo. La presión que se está ejerciendo ahora en ese punto está provocando un desvío de rutas hacia otros itinerarios, como ocurre con el río Guadalquivir. Las mafias de la droga saltan de una provincia a otra, se asocian o ceden su terreno a cambio de una comisión, lo que obliga a enfrentarse a ellas desde una perspectiva más amplia.

¿Por qué ahora un fiscal antidroga a nivel andaluz? ¿La situación del Campo de Gibraltar ha mandado?

Sí, ésa ha sido la principal causa. Se ha valorado la gran cantidad de asuntos que hay. También se ha tenido en cuenta la creación de grupos especiales para luchar contra el narcotráfico como el Ocon-sur de la Guardia Civil, que no limita sus investigaciones al Campo de Gibraltar sino que se extiende a otras provincias. Es necesario coordinar y supervisar esas investigaciones.

Un instante de la entrevista con la Fiscal Antidroga de Andalucía Antonio Vázquez

¿Qué radiografía hace de la situación actual del narcotráfico en Andalucía?

Almería tiene un problema similar al que presenta las provincias de Cádiz y de Málaga con el tráfico de hachís. En Sevilla, la actividad está siendo preocupante en el río Guadalquivir. Y en Granada están las plantaciones de marihuana, que han proliferado muchísimo y han dado lugar a problemas de seguridad con incendios provocados por las instalaciones para engancharse ilegalmente a la luz. Por ese motivo se ha pedido un fiscal delegado para esa provincia, que está pendiente de nombramiento por parte del ministerio. Y Cádiz, por su condición de frontera, es la que soporta más presión. Ahora con la operación «Paso del Estrecho» estamos en un momento de alto riesgo.

En cuanto a las plantaciones de marihuana, ¿cómo se explica ese crecimiento tan rápido?

Con los cultivos transgénicos se consiguen hasta cuatro cultivos al año. No hay que esperar como antes a que la planta crezca. A los tres meses ya pueden recoger la cosecha y con ese nivel de producción se puede hacer dinero incluso con plantaciones en sitios pequeños. Además, la marihuana se está pagando en Europa muy cara. Los traficantes se han dado cuenta que es más fácil y rentable cultivar aquí que traer la droga desde Marruecos. Quitas intermediarios, abaratas costes... Es un negocio.

Un negocio que ya está en manos de mafias, ¿no?

Hay mafias, sí. Ya se han detectado grupos que contratan a expertos en cultivos, en electricidad para hacer los enganches ilegales, un tipo de profesional que trabaja para varias plantaciones. Aquí en Cádiz nos hemos encontrado con una organización que tenía cinco chalés en buenas urbanizaciones donde escondían los cultivos. Se ha producido un efecto llamada porque es relativamente fácil hacer mucho dinero.

¿Y es más lucrativo que el hachís?

Sin duda porque en el tráfico de hachís necesitas tener una infraestructura, unos intermediarios y aquí con tener unas cuantas personas que te monten y te vigilen la plantación es suficiente.

¿La legalización de la marihuana puede ser la solución para expulsar a las mafias como defienden algunos colectivos?

Pues no lo sé la verdad, es una cuestión muy complicada. Tendría que ser una solución global y no una reforma de un único estado.

¿El riesgo sería que España se convirtiera en el gran fumadero de Europa?

Como pasa en Holanda. Allí al final, la droga que se consume se adquiere ilegalmente en otros países porque nadie puede venderles de manera legal. Además, cuidado porque la marihuana que se vende ahora, como el hachís, tiene un principio psicoactivo más elevado. Las cosechas están siendo modificadas para que la sustancia resultante sea más potente y tenga un poder mayor de adicción. Si antes, en el caso del hachís, el porcentaje de THC (tetrahidrocannabinol) era del 8 ó el 10%, ahora está por encima del 30%. Y en la marihuana, lo habitual es que antes ese porcentaje estuviera por debajo del 4% y ahora supera el 20% Con lo cual eso genera un daño mayor a la salud.

Ana Villagómez Antonio Vázquez

¿Hasta dónde está llegando ese efecto tsunami que provoca un desvío de rutas hacia la parte más occidental y oriental de Andalucía por la presión que se está ejerciendo en Cádiz?

Tenemos informaciones de que una semirrígida cargada llegó a atravesar Sevilla por el río Guadalquivir. Pero ese desvío de rutas no es nuevo, en anteriores ocasiones ha ocurrido. Se presiona en algún sitio y ellos buscan hueco por otros puntos de la costa.

¿Qué pasó para que La Línea haya terminado siendo una pequeña Colombia?

No hemos llegado al punto de Colombia porque no hay cárteles como tales. Pero la situación actual se debe a que no hubo una reacción a lo que se venía encima. Los narcos se fueron haciendo fuertes y no encontraron oposición. Hubo una falta de medios para actuar en el momento. Ahora se han invertido, pero cuando la situación ya ha explotado.

¿Los recortes en medios policiales con la crisis fueron decisivos?

Cuando se quitan medios, como el grupo Greco que retiraron en la provincia de Cádiz, o no se ponen los que hacen falta, tiene sus consecuencias. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado eran conscientes de que estaba entrando mucha droga, con lanchas a diario, pero estaban frustrados porque no podían hacer frente. Después llegaba el verano y tenían que priorizar en las pateras y el auxilio de personas. Esto lo sabían los narcotraficantes.

En el último año han caído 15 guardias civiles que supuestamente se pasaron al lado oscuro. La detención más preocupante ha sido la del jefe de la Policía Judicial de Algeciras. ¿El narco está corrompiendo el sistema?

Siempre ha habido ese tipo de corrupción, pero es cierto que cuanto más grupos organizados hay, crecen las posibilidades de comprar agentes. Sigo creyendo que son casos puntuales y hay que destacar cómo los propios cuerpos policiales van a por ellos cuando tienen la más mínima sospecha.

La impunidad ha sido fundamental para que enraizara con fuerza el narcotráfico en localidades como La Línea. Narcos que se graban mientras alijan, que protagonizan videoclips... Parece muy complicado acabar con ese sentimiento de orgullo.

Y a los niños los educan en eso. No ocultan su actividad a sus hijos. Por eso defiendo que la represión y el derecho son la última posibilidad. Antes hay que invertir mucho en educación y en intentar que la gente no acabe en ese negocio. Parece que la lucha antidroga es policial y judicial, pero eso es un error. Debe empezar mucho antes.

¿Pero cómo se convence a un hijo que eso que hace su padre está mal?

Es cierto que llegados a este punto es muy difícil. Creo que tenemos una generación perdida.

El acuerdo para que el Messi del hachís se entregara fue muy cuestionado y no sentó nada bien en los cuerpos policiales. Ahora que se ha fugado, ¿defiende la decisión que tomó entonces el fiscal jefe de Algeciras?

Estaba de baja y nadie me consultó. Se dieron unas circunstancias muy concretas porque el fiscal antidroga de Algeciras se acababa de marchar a la Audiencia Nacional y el fiscal jefe creyó que era una buena solución porque llevaba tiempo en busca y captura. Ahora, a toro pasado, es fácil analizarlo.

Que el fiscal jefe no sea especialista en la materia y no conozca bien ese tipo de delincuentes, ¿pudo influir en la decisión?

Tanto la fiscal delegada de Algeciras como yo tenemos un principio de actuación: quien quiera entregarse voluntariamente que se entregue sin condiciones. Nunca pactamos una entrega para después ponerle una fianza. Eso fue una excepción.

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