9. David Villa

David Villa fue el fichaje estrella con el que el Atlético sustituyó a Radamel Falcao. El club madrileño siguió así la tradición de contar con delanteros centro del máximo nivel mundial (Vieri, Torres, Forlán, Agüero, Hasselbaink, Baltazar, Hugo Sánchez o el propio Falcao). Su contratación fue una hábil maniobra de la directiva rojiblanco, ya que compró a precio de ganga a uno de los mejores atacantes de la historia de España.

Villa creció en la escuela de Mareo y debutó en el mundo profesional en el Sporting de Gijón. Pasó luego al Zaragoza y desde ahí dio el salto a la selección española, de donde no se ha bajado desde aquel 9 de febrero de 2005 de su debut. Lo fichó más tarde el Valencia, donde estalló a nivel internacional y se convirtió en un jugador franquicia. Llegó a encaramarse en el pedestal del club levantino como el quinto goleador más prolífico de su historia detrás de Mundo, Waldo, Kempes y Fernando Gómez. Fue traspasado en el verano de 2010 al Barcelona por una cifra contundente para un futbolista español, 40 millones de euros. Se unió al mejor Barça de la historia y consiguió goles y títulos, pero no se entendió con Leo Messi. Y las malas lenguas dicen que esa relación precipitó su salida después de la gravísima lesión de tibia y peroné que se produjo en la final del Mundial de clubes. El verano de 2013 fichó por el Atlético.

Es el máximo goleador en la historia de la selección y en los Mundiales. Lleva grapado el gen del gol a su juego. Vive de ello. Es el jugador del Atlético con mejor palmarés. Con el Zaragoza ganó la Copa del Rey y una Supercopa de España. Con el Valencia la Copa del Rey. Con el Barcelona, dos Ligas, una Copa del Rey, dos Supercopas de España, una Liga de Campeones, una Supercopa de Europa y un Mundial de clubes. Con la selección tiene la Eurocopa de Austria y Viena (2008) y el Mundial de Sudáfrica (2010).