Lo que esconden las modelos de Julio Romero de Torres
María Teresa López, a la izquierda y como «La chiquita piconera» a la derecha - abc

Lo que esconden las modelos de Julio Romero de Torres

Te desvelamos las historias que hay detrás de la florista apodada «Carasucia», La Bella Otero o la jovencísima «chiquita piconera»

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Te desvelamos las historias que hay detrás de la florista apodada «Carasucia», La Bella Otero o la jovencísima «chiquita piconera»

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  1. María Teresa López: La obsesión del pintor

    María Teresa López, a la izquierda y como «La chiquita piconera» a la derecha
    María Teresa López, a la izquierda y como «La chiquita piconera» a la derecha - abc

    María Teresa López fue una de las modelos más famosas de Julio Romero de Torres. Vivió toda su vida desmintiendo ser la amante del pintor, para quien comenzó a posar cuando aún era una niña. La protagonista de «La chiquita piconera» era hija de un matrimonio cordobés que emigró a Argentina, regresando cuando ella contaba con siete años de edad. Vivían cerca de la residencia de Romero de Torres, quien no tardó en sentirse atraído por su esbelta figura, sus grandes ojos y su negra melena. La imagen de María Teresa López como «La chiquita piconera» ilustró los billetes de cien pesetas entre 1953 y 1978. Falleció en 2003 a los 89 años.

  2. Carasucia: La florista que engordó demasiado

    La cordobesa Ana López vendía flores por los cabarés de la ciudad. El pintor, asiduo de esos ambientes, le ofreció diez reales a cambio de posar para él. Carasucia le trajo suerte, pues su desnudo de «La Musa gitana» le valió la primera medalla en la Exposición Nacional de 1908. Sus bonitas proporciones inspiraron al pintor para otros cuadros como «Carmen» o «Vividoras del amor». Irónicamente, la vida acomodada que la modelo comenzó a disfrutar tras los éxitos posando para Romero de Torres le costaron su carrera, ya que el buen comer le hizo engordar.

  3. Daniela Gómez: La segoviana con peinado «a lo garçon»

    Daniela, a los 95 años en 2007
    Daniela, a los 95 años en 2007 - DE SAN BERNARDO

    Se dice que el pintor paró el coche de caballos en el que iba montado para pedirle que posara para él. Los profundos ojos negros de Daniela, su mirada enigmática y su peinado «a lo garçon» impactaron a Romero de Torres, quien la inmortalizaría en cuadros como «La niña del candil» o «Fuensanta».

  4. Elena Pardo: La vicetiple delgada y sofisticada

    «Tristeza andaluza» y retrato de Elena Pardo
    «Tristeza andaluza» y retrato de Elena Pardo

    Hasta diecisiete veces la representó el pintor en sus lienzos. Elena Pardo era vicetiple del Teatro Romea de Madrid y fue una de las modelos más representadas por Romero de Torres en los años 20. Era una mujer fina y sofisticada, alejada del prototipo de belleza andaluza con moño o larga melena.

  5. Las famosas de la época

    Pastora Imperio, Raquel Meller y La Bella Otero
    Pastora Imperio, Raquel Meller y La Bella Otero

    A lo largo de la carrera de Julio Romero de Torres fueron numerosos los rostros conocidos que plasmó en sus cuadros. Cantantes, cupletistas y hasta escritoras posaron para él. A la bailaora sevillana Pastora Imperio la retrató con vestido de lunares y guitarra o de negro y con mantilla; a Raquel Meller -cantante, cupletista y actriz de cine- la pintó al estilo de las venus de Tiziano en «Venus de la poesía». También inmortalizó a la bailarina y cortesana La Bella Otero, a la cantaora La Niña de los peines o a la actriz y realizadora francesa Musidora.

  6. También fue rechazado

    Anita Delgado, en 1910
    Anita Delgado, en 1910

    Pero pese a la fama de conquistador y mujeriego de Julio Romero de Torres, muchas fueron las féminas que rechazaron posar (y tal vez algo más) para el pintor. Entre ellas destaca Anita Delgado, cuya belleza hizo que a los dieciséis años el pintor se fijara en ella. Más tarde se convertiría en la esposa del Maharajá de Kapurthala y el artista se conformaría con retratar a su hermana Victoria.

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