Arte
Andrés Aparicio, fascinado por la historia y la ‘vandalizada’ ciudad de Palermo
Primera exposición individual del pintor onubense en la galería Birimbao con más de cuarenta obras
Luis Gordillo: «Si se analiza mi obra soy un pintor torpe porque no doy con el truco»
Obras de Andrés Aparicio en la sevillana galería Birimbao, en su primera exposición individual
Cuando en una exposición individual el público adquiere casi el noventa por ciento de las obras tras la inauguración, el hecho da muchas pistas sobre cómo es la calidad del artista y su proyección futura.
Esto es lo que le ha ocurrido al pintora ... Andrés Aparicio, (Villarrasa. Huelva, 1989), tras su primera exposición individual en la galería Birimbao con el título de ‘Prohibido fijar carteles’ .
El artista estudió diseño y luego Bellas Artes en Sevilla conservación y restauración, y confiesa que la pintura no fue la primera opción: «No puedo decir que fue amor a primera vista, pero me tocó un profesor que le tengo muchísimo cariño, David Serrano, que era profesor de Dibujo. Él lo tuvo claro, yo no, y me decía que no, restauración no, pintor, te veo más pintor. Se salió con la suya y se lo tuve que reconocer».
La exposición en la galería Birimbao responde a una beca Erasmus que el pintor realizó en la ciudad de Palermo (Italia). «Soy de un pueblo pequeño, y cuando llegué a esa ciudad, caótica y desordenada, vandalizada, me llamó mucho la atención y comencé a buscar puntos en la ciudad con los que conecté en seguida».
En la exposición, con alrededor de cuarenta obras , se puede ver el cuadro de una puerta de una gran casa palermitana: «Era una puerta nueva. Aquí en Sevilla, cuando tú colocas una cosa nueva lo menos que quieres es que se vandalice, se arañe o alguien ponga un graffiti. Yo vi en Palermo colocar una puerta nueva en un edificio, y automáticamente el dueño la vandalizaba de puño y letra, y con una brocha escribía: ‘Prohibido aparcar, sale un coche’. Y lo hacen para no pagar y saltarse un impuesto. Esa fue mi primera imagen de la ciudad».
Los mercados también fueron fuente de su inspiración. «En España son más ordenados, con los puestos casi todos iguales, pero cada uno en su género. En Palermo, no. Cada puesto usa colores y sonidos propios». No quiso vivir en la ciudad como un turista. «No quería ser un villarrasero en Palermo, quería ser una extensión de la ciudad».
Un setenta por ciento la exposición es Palermo y el resto de otras ciudades como Sevilla, Madrid o Córdoba. Tras esta experiencia en breve regresará a Palmero a un espacio denominado ‘Paréntesis’ donde producirá una pieza que luego se exhibirá el próximo mes de julio.
Sus referencias
El artista ha bebido de la pintura sevillana: «El padre es Luis Gordillo, pero pasando por Rubén Guerrero, Miki Leal, Norberto Gil, Ana Barriga, Patricio Cabrera, Juan José Fuentes …, son como mis padres. Estuve trabajando como asistente de Ana Barriga durante año y medio y me marcó mucho. De cada uno he cogido la mejor parte y hacer un poquito mío».
Trabaja en óleo sobre papel montado en bastidores que él mismo fabrica. En la muestra destacan tres espacios diferentes, con una pieza para la que se da al público una ‘invitación’, y de no usarla no se puede acceder a la misma. «Algunos no la usan y la guardan. Va a ser una buena experiencia».
Comenta casi con asombro que en la galería Birimbao «exponen artistas que yo admiro, como Cristóbal Quintero o Ana Barriga , y yo decía después de estas dos fieras: '¿Cómo voy a exponer?'. Para nada me imaginaba esto. Lo de las ventas está muy bien porque, como decía Gala, tenemos que vivir de lo que hacemos. Vender viene muy bien, ya que así puedo seguir produciendo obra. Pero lo importante son los comentarios. Vino Paco Lara Barranco, un artista al que admiro, y poder compartir con compañeros míos mi obra es estupendo. Yo casi me siento aún estudiante de la facultad», dice.