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Fernanda Osborne: «He vuelto a la pintura, no hay marcha atrás»

La pintora sevillana expone sus obras en el Convento de Santo Domingo con el patrocinio de la Real Maestranza de Ronda

La pintora Fernanda Osborne ABC

MARTA CARRASCO

sevilla

La pintora Fernanda Osborne (Sevilla, 1945), vuelve a exponer sus cuadros esta vez en la Sala de Exposiciones del Convento Santo de Domingo, en una muestra organizada por la Real Maestranza de Caballería de Ronda. La exposición está comisariada por David Seaton y Georgina Richmond.

En la sala se muestran casi medio centenar de obras, en su mayoría lienzos y dibujos, con variada temática, que hacen un recorrido por la trayectoria artística de la pintora desde 1975 a la actualidad .

Fernanda Osborne es de formación autodidacta. En los años 70 del pasado siglo hace su primera exposición en Barcelona, y posteriormente en 1977 en Sevilla en la desaparecida galería Melchor, para continuar en la galería Rafael Ortiz en 1983.

«No pintaba desde hacía mucho, la verdad, por lo menos 18 años, ni tampoco exponía y la Maestranza de Ronda que me ofreció hacerlo, tenían obras mías antiguas, y me lo ofreció y acepté. Me he encerrado y he retomado el hilo después de tantísimo tiempo. Había empezado veinte veces a pintar, pero lo dejaba. Cuando he visto la obra colgada me he quedado muy satisfecha».

Fernanda Osborne dejó de pintar tras el fallecimiento de su marido, y confiesa que también «por falta de entusiamo. Pensé que no tenía nada que decir. Pero desde hace dos o tres años estaba queriendo volver, y esta propuesta de Ronda ha sido como un milagro, una segunda vida».

A lo largo de su trayectoria ha realizado muchos retratos, así como una exposición que se gestó en México con un lenguaje abstracto, «eran como unas calderas». También expone en Ronda dibujos y algunos paisajes que ha realizado en los últimos tiempos.

Uno de los retratos es de su madre, «ella se pasó la vida diciéndome que porqué no pintaba más pero ya se sabe, una lleva la contraria siempre a sus padres cuando se es joven».

Bellas Artes

Quiso hacer Bellas Artes con catorce años, pero «no me dejaron y estudié otras cosas, aunque a mi me gustaba todo. Soy de fácil conformar, y sí fui a clases a Bellas Artes a aprender a dibujar con don Ramón Monsalves, y me apunté a otros cursos. Y después del tercer hijo puse un estudio con Marina Díaz Velázquez y Begoña Medina. Aprendimos pintando y sobre todo, teniendo amigos que venían a ver nuestra obra, y de esas conversaciones surgió nuestra formación. Cuando se disolvió el estudio, seguí por mi cuenta y no paré hasta hace 18 años».

En este tiempo ha hecho un par de retratos, «pero cuando he retomado los pinceles he seguido pintando igual que entonces, esto es como montar en bicicleta, no se olvida. Sí siento ahora que mi pintura es más suave, sobre todo en los paisajes, creo que se ha vuelto muy dulce. Mi pintura ha sido muy dura, con colores fuertes y agresivos y esta últimas son menos definidas, más suelta y menos amarrada». Afirma con rotundidad que, «estoy decidida a quedarme en la pintura, hasta he recuperado mi antiguo estudio. Ya no hay marcha atrás».

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