Iniciativa cultural
Genalguacil combate la despoblación con arte contemporáneo
Los Encuentros de Arte que surgieron hace veinticinco años movilizan todos los veranos esta localidad malagueña de cuatrocientos habitantes
Unas bicicletas pintadas de blanco componen un arco en lo alto de una calle entre dos casas, mientras en uno de los tejados del pueblo el dibujo de un buitre negro convierte las tejas en algo sobrenatural. No es un cuento, es una realidad. Se trata de Genalguacil , un pueblo de apenas cuatrocientos habitantes del valle malagueño del Genal.
Desde hace veinticinco años se celebran en esta localidad los Encuentros de Arte , una iniciativa que pone en el mapa a este pueblo que, con la complicidad de los vecinos, alberga la creación contemporánea más rabiosa.
Se le conoce como Genalguacil Pueblo Museo , y cada año se celebra el Encuentro de Arte (en años pares) y la iniciativa Arte Vivo (en impares) , que comenzó en 2011. Además, tienen un museo de arte contemporáneo que antaño abría a petición del visitante, la vecina colindante Antonia Herrera. Hoy una sala del museo lleva su nombre.
El éxito es tal que en la pasada edición de los Encuentros recibieron más de 219 proyectos, de los que tan sólo se pudieron seleccionar siete. «Miguel Ángel Herrera, actual alcalde, crea Arte Vivo para generar una programación, y abre el museo de manera regular con una programación», dice Juan Francisco Rueda, comisario de Arte Vivo desde 2017 . La muestra de este año se llama ‘De ley’, donde se hace dialogar la obra de Rosell Meseguer con la de Pablo Capitán del Río .
Meseguer ha hecho un políptico de nueve papeles pintados con el color del pigmento de los nueve minerales de la minería de Genalguacil. Son pinturas monocromas. «Además ha intervenido en algunos libros contables del ayuntamiento del pueblo de los años 50 del pasado siglo».
Asimismo ha trabajado con el herrero de Benarrabá. «Queremos poner en contacto a artistas y artesanos para que todo se haga en el entorno». La artista ha hecho una tabla periódica gigantesta situada cerca del colegio del pueblo, en la que sólo aparecen los seis elementos que se encuentran en el pueblo, cobre, hierro, azufre, wolframio, plata y oro. Es una estructura muy potente en hierro negro que dialoga con la yesería popular.
Por su parte, Pablo Capitán del Río ha hecho un proyecto más poético. «Ha trabajado con los metales transformándolos —el aluminio, el latón y el cobre—, creando un espacio envolvente en las que aparecen formas geométricas muy antiguas que están en las vidrieras, en los cabeceros de las camas... Toda la obra tiene un guiño porque a Pablo le interesa mucho la idea del morterete, ese ojo que hicieron los fenicios en la roca , que se repite por los pueblos del Valle del Genal . Eran minas explotadas en todos los pueblos que entraron en declive en el XIX. Por eso es una manera de recuperar la historia».
Este artista ha intervenido también en un mirador abandonado de Genalguacil , haciendo a mano un nuevo suelo hidráulico. «Lo curioso es que ha usado como pigmentos quelato de hierro que aparece en algunos fertilizantes, por lo que con el tiempo nutrirá a la tierra y surgirá la vegetación alrededor. Se ha plantado un níspero para que de sombra en el futuro».
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