Exposición fotográfica de Ramón Corrales en el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla

La muestra fotográfica 'Aurigas', del notario de Los Barrios Ramón Corrales, estará expuesta hasta el 4 de enero en el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla, situado en la Calle Feria. Consiste en la selección de cuarenta fotografías de un total de 140 que recoge el libro 'Aurigas. The modernity of tradition', firmado por el autor y cuyos beneficios serán donados a las Hermanas de la Cruz de Ronda. Es el resultado de cinco años de trabajo reflejando el universo escondido en las 'Exhibiciones de Enganches' que cada año se celebran en las Reales Maestranzas de Caballería de Ronda y Sevilla, según la mirada especial de Corrales.

La exposición, que podrá visitarse de lunes a viernes de 12 a 14 y de 17 a 21 horas y sábados de 11 a 14 horas, reúne exclusivamente imágenes en blanco y negro, la pasión del autor, según confiesa. «No son fotos ni de coches ni de caballos, son fotos de personas. El protagonista es el elemento humano que rodea al mundo de los enganches». Según Ramón Corrales, el hecho de que 'Aurigas' haya sido la primera actividad cultural que acoja el Archivo ha sido un verdadero reto. «Ha supuesto un honor pero también un desafío, porque parto de un sitio donde nunca antes había habido una muestra semejante, con lo cual hemos tenido que resolver cuestiones tan básicas como la creación de los soportes físicos para colocar las fotografías o los problemas que planteaba la iluminación».

Son fotografías en gran formato, algunas de casi tres metros de ancho, adaptadas al imponente tamaño de la sala. «Agradezco enormemente al Colegio Notarial de Andalucía y a su personal que se hayan volcado conmigo, al igual que al Real Club de Enganches de Andalucia». En palabras del autor, las fotografías y el entorno que las acoge, un lugar tan especial como el Archivo de Protocolos, convierte la exposición en una experiencia distinta. «La crítica especializada ha calificado las fotografías de la muestra como un conjunto elegante y atemporal que trasciende lo digital y nos transporta a una época donde la fotografía era fruto de la reflexión y la paciencia», señala.

Esta exposición supone la puesta de largo como espacio expositivo del archivo, un enclave hasta ahora reservado a personal del colegio e investigadores puntuales y que podrá ser disfrutado por el público sevillano en diferentes acciones e iniciativas socioculturales benéficas. Hasta ahora, el Archivo de Protocolos estaba destinado a acoger las escrituras y documentos notariales con más de 25 años y menos de 100. Aunque hasta 1990, el edificio acogió todo el histórico de escrituras históricas de la ciudad, acumulando varios siglos de historia. «Este archivo es testigo escrito de las últimas décadas de esta ciudad y lo ha sido de los últimos siglos. Igual que el Archivo de Indias contiene un gran caudal de documentos de carácter público, que sirven sobre todo para el estudio de las bases políticas, económicas y sociales de la acción colonizadora de España en América, el Archivo de Protocolos conservaba hasta finales del siglo pasado toda la documentación privada que llegaba a Sevilla de la actividad comercial con América», asegura Manuel Seda, vicedecano del Colegio Notarial de Andalucía.

Para la actual Junta Directiva del CNA, el dar público conocimiento de los intangibles del Colegio en sus sedes de Sevilla y Granada es uno de sus objetivos, y por ello se explica esta apertura del Archivo para diferentes acciones: «Supone hacer una prolongación de lo que realmente es el notario en la sociedad en la que trabaja y a la que, además de dar seguridad y asesoramiento jurídico, queremos hacer partícipe de elementos que hasta ahora no habíamos puesto a su disposición, como es el caso del Archivo. Era una pena que sólo fuera conocido por los notarios», asegura Seda. «Hemos comenzado a hacerlo con esta brillante exposición del compañero Ramón Corrales, pero no va a ser el único ni el último evento. Queremos que el público sevillano conozca este activo que el Colegio Notarial adquirió hace ahora un siglo, en cuyo mantenimiento invertimos continuamente y que hemos rehabilitado no hace mucho», indica.

Según aclara el vicedecano, el Archivo de Protocolos tendrá sus puertas abiertas para la celebración, bajo petición previa, de iniciativas o actos que reúnan dos condiciones. «Primero, la seguridad; no podemos permitir actividades que pongan en riesgo los tomos de protocolo que alberga, que no son propiedad de los notarios sino del Estado. Segundo, que no represente un medio de lucro de terceros. No es un lugar de concurrencia turística, ni un museo. Así, es ideal para albergar conciertos de música clásica, exposiciones de pintura o fotografía, en la medida de lo posible que puedan tener un carácter benéfico, como lo tiene la exposición actual, pues lo que se recaude de la venta de los libros del autor será donado a las Hermanas de la Cruz de Ronda».

El edificio, declarado Conjunto Histórico de Sevilla en 1964, es el antiguo convento de Santa María de Monte-Sión, una iglesia desacralizada que acoge la sede del Archivo Histórico del Colegio Notarios desde 1927. La Iglesia pertenecía a la Orden de predicadores de Santo Domingo desde 1559, cuando doña Mencía Manuel de Guzmán, ante el notario Mateo de Almonacid, dona sus bienes, entre ellos la Iglesia de Montesión, a favor de fray Martín de Mendoza, Prior provincial de la Orden de predicadores de Santo Domingo. Usada por las tropas francesas durante la invasión de la ciudad en 1810 y víctima de una de las tres desamortizaciones del Siglo XIX y del abandono, es adquirida por el Colegio Notarial de Andalucía hace casi un siglo, en 1927. Previamente, los notarios sevillanos habían realizado un esfuerzo de tiempo y económico ímprobo por conservar la rica documentación que acumulaban en diferentes sedes, encontrando al fin en la Calle Feria un lugar fijo después de estar en otros puntos como la Iglesia de San José de Santa María la Blanca o San Laureano.

Afortunadamente, los representantes del Colegio Notarial adquirieron meses más tarde el edificio colindante para darle una entrada digna al Archivo, y eso fue lo que le salvó de que el grave incendio que destrozó la manzana en octubre de 1928 quemara toda la documentación. En caso contrario, se hubieran perdido documentos de valor incalculable, como la autoría del Gran Poder, del Cristo del Amor, los testamentos de Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz o el acta de entrega de los huesos de Cristóbal Colón al Monasterio de Santa María de las Cuevas, todos ellos descubiertos en el Archivo por investigadores en este último siglo. Otra muestra más de la inquietud y obstinación de los notarios en conservar en condiciones este legado por su importancia histórica.