Cuando Falla eligió Sevilla como capital de la vanguardia musical
Se cumple un siglo del estreno en el teatro San Fernando de 'El retablo de Maese Pedro', de Manuel de Falla
La representación fue el origen de la mítica Orquesta Bética de Cámara que revolucionó la escena española
Falla revive con 'El amor brujo' interpretado por la Bética y Argentina

«Por aquellas fechas, disertaban en la cátedra del Ateneo don José Ortega y Gasset y don Eugenio d'Ors. Falla dirigía los ensayos del 'Amor brujo', Bacarisas pintaba para la Ópera de Estocolmo». Así definió Joaquín Romero Murube la atmósfera de la Sevilla ... de los años veinte, un momento de la historia en la que la ciudad se incorpora a la modernidad y experimenta una tímida pero audaz revolución cultural. Son los años en los que la ciudad entra definitivamente en el siglo XX con los preparativos de la Exposición Iberoamericana de 1929. Y además una brillante generación de escritores crea 'Mediodía', una de las míticas revistas del 27; se impulsa el Cine-Club de Sevilla, y Manuel de Falla convierte a la ciudad en capital de la nueva música con la creación de la Orquesta Bética de Cámara.
El año que viene se cumplirá el centenario de la fundación de esta orquesta, pero hay una fecha clave que será definitiva en el destino de esta institución musical que incluyó a Sevilla como referencia de la música de vanguardia: el estreno en marzo de 1923 de 'El retablo de Maese Pedro', de Manuel de Falla. Aprovechando esta efeméride la Orquesta Bética de Cámara dedicó un homenaje a Falla el pasado viernes en el Espacio Turina.
Manuel de Falla eligió Sevilla tras comprobar el ambiente musical de la ciudad en un viaje realizado con García Lorca en 1922
Habría que imaginar el estreno el 23 de marzo en el teatro San Fernando ante un público poco acostumbrado a la nueva música, pero al mismo tiempo ávido de novedades. En aquella Sevilla existía una gran curiosidad musical y, por ejemplo, la visión de algunos instrumentos sobre el escenario como el clave sorprendieron gratamente. También sorprendió la curiosa y ascética escenografía para acoger este capítulo lírico de 'El Quijote' que Falla había acogido para mostrar la nueva estética. La creación de la atmósfera del escenario de época había sido idea de Federico García Lorca. El poeta prefirió prescindir de una iluminación a base de focos y optó por crear una penumbra a base de quinqués antiguos. El público quedó sobrecogido.
Sevilla acogió el estreno de 'El retablo de Maese Pedro' en su versión de concierto, aunque en realidad el estreno absoluto de la obra tuvo lugar meses más tarde en París. Fue el 13 de noviembre de 1923 en la residencia de la princesa de Polignac, Winnaretta Singer, la famosa mecenas y heredera del imperio de las máquinas de coser.
Edad de Plata
El estreno fue todo un acontecimiento musical, aunque discreto, como todos aquellos acontecimientos culturales que tuvieron lugar en esa época. Por entonces pasaron casi desapercibidos, pero supusieron grandes avances que contemplados con la perspectiva del tiempo nos hacen comprender la relevancia de lo ocurrido durante la famosa Edad de Plata.
Sólo un año más tarde —el 24 de junio de 1924— Manuel de Falla fundaba la Orquesta Bética de Cámara con la colaboración de Ernesto Halffter; Eduardo Torres, maestro de Capilla de la catedral de Sevilla, y el chelista Segismundo Romero. La creación de esta orquesta asombró más allá de las fronteras españolas por varias razones. El investigador Eduardo González-Barba Capote, autor del revelador estudio 'Manuel de Falla y la Orquesta Bética de Cámara' (Ayuntamiento de Sevilla) analizó lo que tuvo de novedoso en la España de la época: «Fue una formación reducida de solistas concebida únicamente para divulgar las joyas musicales de dos estilos concretos: el antiguo y el moderno. Restituyó a la música antigua la fisionomía orquestal para la que fue creada, e interpretó, con sutiles matices que sólo una orquesta reducida podía lograr, el nuevo repertorio de vanguardia».

Efectivamente, la Orquesta Bética de Cámara interpretó la música de Saint-Saëns, Fauré, Debussy, Satie, Roussel, Ravel, Cools, Migot, Roland-Manuel o Stravinsky. Como asegura el historiador Ramón María Serrera, reconocido crítico musical: «La Bética se convirtió así en un mito, en una leyenda, en un referente de la vida musical que todavía hoy sigue despertando la admiración del estudioso y del aficionado. Sin duda, Sevilla llegó a ser la capital musical de España».
La formación sevillana provocó recelos de otras orquestas mucho más favorecidas económicamente y respaldadas por un público acostumbrado a los parámetros de la música de vanguardia como ocurría con la Sinfónica de Madrid, la Filarmónica de Pérez Casas o la Pau Casals de Barcelona.
Y todo comenzó hace cien años. En realidad, en 1922 con un viaje de Falla a Sevilla. La decisión del compositor gaditano para elegir Sevilla como lugar de estreno de su obra surgió al comprobar el buen ambiente musical que existía en la ciudad. Manuel de Falla había viajado a Sevilla para asistir al tradicional 'Miserere' de Eslava. Hizo el viaje con los hermanos Lorca —Federico y Francisco— y con el escritor mexicano Alfonso Reyes. Parece que la intención era rescatar saetas antiguas con vistas al Festival de Cante Jondo que estaban preparando en Granada.
Existen muchas anécdotas de aquel revelador viaje de Federico y Falla a la Semana Santa de Sevilla, pero más allá de esas historias algo sucedió que cambió definitivamente la visión del maestro con respecto a Sevilla.
Sin duda, también fue muy especial la relación con Eduardo Torres, maestro de capilla de la Catedral. En un viaje que Torres realiza a Granada consigue convencer a Falla para que Sevilla acoja el estreno de la obra que estaba preparando en ese momento: 'El retablo de Maese Pedro'.
Falla guardaba un excelente recuerdo de su visita a la ciudad. El compromiso de la Sociedad Sevillana de Conciertos para financiar el estreno fue otro detalle determinante. Eduardo González-Barba Capote en su libro sobre la Orquesta Bética de Cámara rescató el intercambio epistolar entre Falla y Eduardo Torres. Se trata de un relato de vértigo, una secuencia trepidante de lucha contra la adversidad y contra el tiempo.
Los ensayos se iban haciendo por partes y con muchos problemas porque Falla aún estaba revisando los arreglos musicales de la obra. De hecho, a poco más de un mes del estreno, la orquesta aún no tenía la partitura completa. La edición de la partitura tuvo que hacerse a mano por falta de tiempo con el riesgo que eso suponía por los errores que se podían cometer a la hora de transcribir las notas tergiversando así partes de la obra.
Los ensayos se hicieron sin apenas tiempo y con la partitura llegando por partes porque el compositor aún estaba revisando la obra
También fue muy delicada la elección de los cantantes que interpretarían a los personajes de la escena quijotesca: un barítono que sería don Quijote, un tenor que daría vida a Maese Pedro y un niño que interpretaba el personaje del Trujamán y que finalmente realizó un niño seise de la catedral.
'El retablo de Maese Pedro', después de su estreno en versión concierto en Sevilla y su estreno absoluto en París, tuvo varias representaciones como la gira de la propia Orquesta Bética de Cámara por España con la escenografía completa del teatrillo. Y ya en 1934 en Sevilla con arreglo de los títeres por parte del artista Pablo Sebastián, que pertenecía a la revista 'Mediodía'.
Precisamente, 'Mediodía' organizó en 1932 un concierto para ayudar a la orquesta para salvarla del problema que sufrió a lo largo de toda su historia: los malos balances económicos. A pesar de eso, la formación resistió con altibajos y reconversiones en orquesta sinfónica. Hoy sigue siendo una realidad en la actual Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla, que dirige el maestro Michael Thomas. Su historia tiene mucho de leyenda y de una hermosa odisea cultural.
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