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Juan Manuel Bonet: «Me arrepiento de no haber comprado la primera edición de 'Libro de poemas' de Lorca»
El crítico y poeta ha inaugurado este jueves la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Sevilla con un pregón en el Círculo Mercantil
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Los recuerdos de los libreros de viejo de París y Madrid se han convertido en el leitmotiv de la conferencia que ha pronunciado este jueves Juan Manuel Bonet durante el pregón de apertura de la 46 Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Sevilla ... en un acto que se ha celebrado, como viene siendo tradicional, en el Círculo Mercantil.
Momentos antes de la charla, este crítico de arte y literatura ha hablado con ABC y ha comentado la importancia de París porque «es mi ciudad natal, y en ella es donde compré, siendo adolescente, mis primeros libros antiguos. Íbamos siempre en Navidades, y cerca del que había sido mi primer domicilio infantil, había una librería con saldos estupendos, como el de una edición en tapas rosas de 'Venises', de Paul Morand, libro que años después mi madre traduciría al español.
Respecto a las librerías que más le han influido a lo largo de su vida, el que fuera director del Instituto Cervantes ha dicho que «me marcó mucho, en su momento, Herminia Allanegui, cuya librería de viejo, entonces una de las mejores de Madrid, estaba detrás del Prado. También Miguel Miranda, Pepe Blas Vega, y José Fernández Berchi, librero de Moyano y fundador de la Feria del Libro Antiguo de Recoletos». Posteriormente, Bonet fue asiduo de librerías parisinas como «la de Bernard Loliée o la de Bernard Gaugain, y las de dos poetas-libreros, el 'fantaisiste' Philippe Chabaneix ('Le Divan') y Marcel Béalu ('Le Pont Traversé'). Todo esto es puro pasado. En este pregón he optado por la clave elegiaca, y hablar sólo de muertos. Me he restringido a París y Madrid, porque la lista mundial hubiera sido excesiva…».
Durante su discurso, Bonet ha destacado alguna que otra anécdota, como la del valiosísimo ejemplar que consiguió del libro 'Hélices', de Guillermo de Torre -originariamente publicado en 1923-, que incluía una mancha de grasa. «Fue en una librería de Madrid que estaba en la calle de Segovia y se llamaba 5005. Era un cuchitril abarrotado, cutrísimo. Ahí caí con ese ejemplar, y el dueño me dijo: 'Ah, te llevas un libro de mecánica…' La mancha ha terminado por encantarme, ya no concibo 'Hélices' sin ella».
Como buen cazador de libros de viejo, el presidente del Patronato de la Fundación Colección ABC se topó un día con otra gran joya literaria, en este caso el ensayo que Ramón Gómez de la Serna escribió para el catálogo de la exposición de 'Los pintores íntegros', celebrada en Madrid en 1915 y que reunió a grandes artistas como Diego Rivera, Luis Bagaría, María Gutiérrez Blanchard y Agustín 'El Choco' . «Fue en una librería de la madrileña calle de San Vicente Ferrer. Recuerdo el entusiasmo que provocó el descubrimiento en el historiador mexicano Ramón Fabela, el gran especialista en Diego Rivera, uno de los participantes. Él no había logrado dar con ese texto ramoniano, que empezó a circular a partir de mi ejemplar, aunque ahora sé de alguno más».
Por otra parte, Juan Ramón Bonet confiesa haberse arrepentido de no haber comprado cuando le ofrecieron el 'Libro de poemas' de Federico García Lorca. «Claro que me arrepentí. Era la primera edición de 1921, impresa por Gabriel García Maroto. Es la única vez que la he tenido más o menos a tiro, en García Rico. Una pena no haberme lanzado a por él».
En su pregón, este colaborador de ABC ha mencionado a Andrés Trapiello, tal vez uno de los más grandes biblíofilos españoles junto al también narrador y poeta Juan Bonilla. «Trapiello es un bibliófilo que dice que no lo es. Casi todos los domingos recorremos juntos el Rastro. Ya hemos realizado varios diálogos públicos al respecto, y en ellos nos sale bastante bien un número un poco a lo Tip y Coll. Bonilla ha logrado un libro maravilloso novelando sus correrías librescas por el Nuevo Mundo. Los tres tenemos una desiderata bastante compartida, aunque luego cada cual tenga excursos sólo suyos».
Recuerdos de la librería Trueque y de Abelardo Linares
En su intervención, Juan Manuel Bonet ha hecho referencia igualmente a Sevilla y en especial a la librería Trueque, que regentó durante treinta y tres años Rebecca Buffuna, fallecida en febrero de 2022. El pregonero confiesa durante la entrevista «enterarme ahora de su nombre, que suena de lo más novelesco». Sobre esta librera norteamericana, dice que «era una librera muy cosmopolita. El cosmopolitismo es siempre, en literatura, oxígeno. Me encantaba la mezcla, el batiburrillo que había ahí. Siempre compraba algo, sobre todo poesía, y catálogos de exposiciones. Por ese mismo lado fue el descubrimiento de unos libros norteamericanos, entre otros de Carl van Vechten, un escritor (y fotógrafo) muy del gusto de Morand, en el almacén que Luis, el librero de El Desván, tenía en la Alameda». Igualmente preguntado por el papel que Becky desempeñó en Sevilla, este crítico literario dice que «habría que preguntárselo a los sevillanos. Yo aunque aquí me siento como en casa, no dejo de ser un forastero».
Otra de las personas que han salido mencionadas durante el pregón ha sido el poeta, editor y librero Abelardo Linares. ¿Cómo resultó esa primera vez que visitó su librería Renacimiento y la posterior visita a su casa? Bonet recuerda que «vi un escaparate con cosas maravillosas, y cuando entré di con dos títulos de Rafael Lasso de la Vega, un personaje y un poeta que ya me fascinaba. Me advirtió de que eran caros, y le dije que ya me había dado cuenta. Me pasó lo mismo en Lisboa, en una librería de nuevo, la Buchholz, donde al poner sobre el mostrador las 'Obras Completas' de Valery Larbaud de La Pléiade, debió verme cara de no tener dinero para pagar lo que costaba el volumen. Ningún sitio mejor que Lisboa para comprar algo de Larbaud, que tanto amaba esa ciudad». «En cuanto a la casa de Abelardo, entonces casi a la sombra de la Giralda —prosigue—, albergaba una biblioteca ya considerable. Me fijé en el acto como objetivo el conseguir algo parecido. Con los años lo he conseguido».
Confiesa también este poeta que la relación con Linares «ha sido siempre muy buena. Somos de la misma quinta, pero en materia libresca me llevaba varios años de ventaja. Me he encontrado con su huella en muchos rincones de Latinoamérica. En México, en Botas, cuando pregunté si podía subir al piso de arriba, me advirtieron de que ya había pasado un librero sevillano. Estuve a punto de no subir, pero hubiera hecho mal, porque aunque casi todos los anaqueles estaban desoladoramente vacíos, algo se había dejado».
Preguntado finalmente por la labor que ha hecho durante décadas la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla para mantener viva casi cincuenta años después la Feria del Libro Antiguo —incluso en años tan complicados como los de la pandemia—, Juan Manuel Bonet asegura que «me parece excelente que los libreros de viejo Sevilla persistan en su empeño cultural. Ya participé en alguna actividad en ese marco, pero ahora estoy encantado de me hayan honrado con la invitación a pronunciar el pregón».
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