Flamenco sincejilla
'Juanito cogió su sombrero', la audioserie de un maestro del flamenco
reportaje
La plataforma Sonora estrena un documental de diez episodios sobre Valderrama
Miércoles Santo en Sevilla, en directo: última hora del tiempo, itinerarios y hermandades de la Semana Santa 2025

Como público hemos de adaptarnos a las formas del nuevo contenido que se genera. Las audioseries asustan en un principio, aunque triunfaron al otro lado del charco y empiezan a hacerlo aquí. Sonora, una plataforma de audio en español de pago, acaba de estrenar 'Juanito ... cogió su sombrero'. La aventura se adentra en la vida y obra de uno de los artistas más notables del pasado siglo: Valderrama. Lo hace a través de diez episodios. Arranca el primero, cierro los ojos y por el oído se me cuela un pequeño pueblo, Torredelcampo, un niño con más dotes para la música que para la siega, viejos colmados, señoritos, luces y acción.
Juan Valderrama, su hijo, orienta el rumbo de la narración. Dolores Abril, Fosforito y otros tantos compañeros de viaje prestan su testimonio, trazando así con una urdimbre de cante, copla y vida. La forma en la que se disponen los acontecimientos son las propias de una hazaña a la que no le falta ningún atributo para resultar atractiva: lo que ocurrió entre el nacimiento y la muerte de una estrella que padeció el ocaso.
Nos acercamos por tanto a los encuentros y desencuentros con Pepe Marchena, su ídolo temprano. La llegada a Madrid y el regreso a Sevilla, donde ya triunfaba de joven sin él saberlo; por eso quedó impactado al ver la ciudad empapelada de carteles con su nombre y un Pepe Pinto en la puerta de la estación esperándolo en un coche de caballos. La experiencia en casa de los Pavón, su bachillerato artístico. Historias de cafés y amigos. El Niño Ricardo, la composición de 'El emigrante' y su interpretación frente a un Franco que lejos de ofenderse quedó entusiasmado. La vez que debutó con Concha Piquer y cuando se distanció de ella. Cómo domeñó repertorios amplísimos, como el de Levante, y se pasó después al cine y a la canción en busca de públicos mayoritarios. El amor, el encuentro y la ausencia. Su vida y su muerte. Su legado. Las complicaciones propias de un tipo enjuto de orígenes humildes que no deja de girar por el mundo y la incomprensión desde el mairenismo en adelante.
'Juanito cogió su sombrero' es un envite a descubrir varios mundos y épocas: guerras, familias, democracias nacientes, homenajes… Una Alameda que ya no existe, la madrileña plaza de Santa Ana, Villa Rosa y Los Gabrieles. Los viajes de antes. Las tournées. Lo poco que vale el dinero cuando se atraviesan asuntos del corazón en el bolsillo y los vaivenes de un destino que de todo nos tiene preparado. El primer capítulo se titula 'Tú para esto no vales', que eso le dijeron en una prueba. Unos linces, vaya, que no vieron que quedaban nueve capítulos más de aquella serie por hacer.
Rocío Márquez y Rosa Torres-Pardo, para oídos selectos
Los recursos expresivos que emplea Rocío Márquez al abordar las obras de Falla, Granados, Albéniz y Turina están al alcance de unos pocos. Este álbum, que se grabó en directo en la Fundación Juan March, pone en valor un repertorio histórico desde un nuevo prisma. Las variaciones rítmicas y armónicas, la exactitud en la afinación, la forma de modular fragmentando las escalas, la colocación de la voz en diferentes planos, su dicción perfecta, el paladeo del texto como si de dramaturgia se tratase y otros tantos atributos hacen de este recital un excelso mosaico de virtudes.

'La tarara', la salida del fandango de Manuel Vallejo para las 'Goyescas', el zorongo gitano rematado con emoción fuera de micrófono, aunque recogido desde esa distancia que nos recuerda lo vivo de la grabación. También la debla que se anuncia en 'Los tormentos de la muerte', de 'La Iberia', un tango de Gardel, el de 'Volver', piezas anónimas, danzas de Falla, tonadillas, 'El vito'… Todo va armando una noche que debía eternizarse en forma de disco.
No se trata, por tanto, de un trabajo flamenco, aunque posea multitud de detalles de esta cultura tanto en su interpretación como en su concepción. Nacionalismo musical del siglo XIX y XX, folclore, canción andaluza… El campo de la belleza que plantea la onubense no enfrenta cotas en el instrumento de Rosa Torres-Pardo, una de las pianistas más notables del universo clásico español. Intimismo, delicadeza y alta popularidad definen esta colección de fragmentos que no buscan multitudes, sino oídos selectos. Estoy seguro de que los encontrarán.
El flamenco, uno de los géneros musicales más indies
Pasada la última edición del festival Monkey Week entiendo que el flamenco necesita de las relaciones públicas para trabajar su imagen frente a otros sectores. Uno de ellos es el del indie, que hace propios algunos artistas, como Rocío Márquez, Perrate, Rycardo Moreno y Cristian de Moret, pero soslaya otros por motivos aparentemente arbitrarios. Diría que parte de lo más indie que se ha producido en suelo español tiene relación con el flamenco, tanto por su envoltura como por las condiciones en las que se orquesta. Sellos pequeños, cantes para minorías, sin concesiones, búsqueda de nuevas formas de expresión... Los citados han entrado en ese circuito de música alternativa con un público eminentemente más joven, pero es que Ezequiel Benítez con su trilogía cantaora es un indie de manual. También Pedro Sierra, guitarrista que produce álbumes para artistas que apenas suenan en solitario, como El Lele, El Ecijano o El Extremeño. El Perrete es tan indie como La Tremendita. El Granaíno es indie, como José Valencia y Rancapino Chico. Y los espacios de gestión privada que apuestan por el cante, como el Teatro de los Remedios, también. El flamenco, en este sentido, es uno de los más indies de todos los géneros musicales, pero la industria indie aún no lo ha descubierto. Unas gafas de pasta en cualquiera de estos artistas podrían valer de puerta de entrada.
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