novedad editorial
Francisco Gallardo: «A Julio Cortázar lo buscaba por las esquinas del Barrio Latino cuando iba a París. Nunca apareció»
El médico y escritor acaba de publicar su primera novela, 'El rock de la calle Feria', (Algaida) en una edición conmemorativa del quince aniversario
Francisco Gallardo: «El escritor debe posicionarse y denunciar temas como el de los malos tratos»

En el año 2008, el médico Francisco Gallardo (Sevilla, 1958) se estrenó en el mundo literario con una excelente novela, 'El rock de la calle Feria'. Se trataba de un relato iniciático que plasmaba de forma magistral la Sevilla de la Transición. Quince ... años más tarde, la editorial Algaida la ha reeditado incluyendo textos de destacados escritores y amigos del escritor.
—Echando la mirada atrás, ¿cómo ve 'El rock de la calle Feria' tras revisarla para una nueva edición que ha salido quince años después de la primera?
—En un primer momento pensé en hacer una revisión profunda de la novela temiendo que se hubiera quedado anticuada. Empecé a releerla, quince años después, y deseché la idea. Dos tiempos de escritura no hubieran funcionado. Además la novela, para bien o para mal, creo que no ha perdido frescura.
—Siempre se ha dicho que esta era una novela iniciática, una especie de 'On the road' sevillano ambientado en esa España de 1978 que estaba viviendo unos cambios muy vertiginosos.
—Con esa intención la escribí. Esta novela surge, efectivamente, de un tiempo vertiginoso en el que los cambios sociales y políticos se sucedían con mucha rapidez. Llegaba la democracia sin manual de instrucciones y eso provocó más de un estrago en mi generación.
—Un viaje a Ámsterdam para asistir a un concierto de Bob Marley parece una mera anécdota que después irá desencadenando todos los acontecimientos posteriores.
—Sí es una anécdota. Realmente fui a un concierto de Bob Marley en Amsterdam. Impresionante, por cierto. Pero las circunstancias fueron muy diferentes y los personajes también. Es lo más interesante para mí de la ficción, que juega con el pasado y la realidad. Ahora bien, la literatura cuenta muchas mentiras pero no puede mentir.
—¿Cuáles fueron sus referentes literarios principales para escribir una primera novela tan personal en la que destacaba el estilo por lo cuidado del lenguaje?
—Julio Cortázar y Albert Camus sin duda. En mi juventud devoraba los relatos y las novelas de Julio Cortázar. Lo buscaba por las esquinas del Barrio Latino cuando iba a París. Nunca apareció. Albert Camus, por otro lado, me parece el escritor más insobornable, moralmente, que conozco.
—Hábleme de los textos de muchos amigos que acompañan esta nueva edición que ha hecho Algaida y que enriquecen, mucho más si cabe, una novela excepcional.
—Son cuarenta y nueve epílogos que en realidad constituye una visión poliédrica de la Sevilla de finales de los 70. El epílogo que iba a ser el número cincuenta era de Jesús Quintero pero no se pudo concretar. Imposible enumerarlos a todos y a todas, escritores y escritoras de calidad. Estoy muy agradecido. Nadie me dijo que no. Sin duda alguna sus magníficos textos enriquecen a la novela convirtiéndose en un libro testimonial de aquella época.
«Recuerdo conciertos de Silvio, de Lole y Manuel y por supuesto de Triana, banda sonora de mi juventud»
Francisco Gallardo
Escritor
—La novela retrata magistralmente la Sevilla de los bares y de los conciertos de rock, aquella ciudad donde se podía disfrutar de recitales de Triana y de Lole y Manuel, de la contracultura…
—La novela la escribí tirando de memoria. Sin contrastar datos en periódicos u otras fuentes de información. Y efectivamente los bares y los conciertos de rock son esenciales en la reconstrucción de aquella época tan pujante. Muchos de ellos han desparecido como el Morapio en Triana, con sus fabulosas pringás, o el Blanco Cerrillo en la Casa de la Moneda con su máquina de discos. Recuerdo conciertos de Silvio, de Lole y Manuel, de Imán Califato independiente, de muchos grupos de calidad. Y por supuesto Triana, banda sonora de mi juventud, a los que se homenajea en el libro.

—¿Qué me podría decir de Lola y Camus?
—Los dos personajes de la novela, Lola y Camus, son dos trasuntos literarios de la Maga y Oliveira, protagonistas de la prodigiosa historia de amor que hay en 'Rayuela' de Cortázar. Me han preguntado muchas veces si existieron en realidad. Nunca lo desvelaré.
—Esta novela es sobre todo un gran homenaje a la literatura de un escritor que antes de publicar había sido, y sigue siendo, un ávido lector.
—Muchas gracias. Tiene toda la razón. Antes que escribir prefiero leer. A mí lo que me gusta de verdad es leer. Desde que aprendí a descifrar las palabras, muy niño, con una edición infantil del Quijote, no he parado de sumergirme en la magia que los demás escriben. No sólo literatura. También he leído, y sigo leyendo, muchos libros científicos, de Medicina.
—¿Qué le debe Francisco Gallardo a esta novela que significó tanto para su futura carrera literaria?
—Con esta novela perdí el pudor a publicar, a exponerme. Tuve la suerte de que quedó finalista de un premio muy prestigioso, el Tigre Juan de Oviedo, con un jurado muy riguroso que presidía, creo recordar, Luis Mateo Díez. Me dio seguridad. Con una primera novela anda uno muy desorientado.
—Aparte de la literatura y la medicina, el baloncesto ha sido su otra gran pasión. ¿Cómo ha influido eso en su vida?
—Sin duda. Para mí el baloncesto ha sido mucho más que un simple juego. He disfrutado mucho como jugador de baloncesto y como médico de baloncesto. He conocido mucha gente maravillosa gracias a este deporte. Dice Mick Jagger que es sólo rock and roll pero le gusta. Pues eso mismo digo. Es sólo baloncesto pero me gusta.
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