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HISTORIA

La biografía ultramarina del almirante en las Indias López Pintado

Un estudio rescata la historia del marino, comerciante y terrateniente López Pintado en la Sevilla del siglo XVIII

Retrato del almirante López Pintado que se conserva en la Torre del Oro ABC

EVA DÍAZ PÉREZ

En su mirada se resumía los inmensos paisajes de un imperio ya en decadencia, pero que aún dominaba los mares. En un retrato que se encuentra en el museo naval de la Torre del Oro se descubre a un personaje que simboliza la Sevilla aún ultramarina del siglo XVIII: el almirante Manuel López Pintado (1677-1745), que además fue comerciante, hacendado, cargador a Indias y miembro destacado del Consulado sevillano. Al observar este lienzo parece que reviviera la animada atmósfera de aquella Sevilla que en el cercano Arenal preparaba las tripulaciones para las travesías comerciales por todo el mundo.

Es curiosa la escasa atención que la historiografía española ha dedicado a la figura de los grandes marinos de la Carrera de Indias en contraste con la labor realizada en otras potencias navales, como Inglaterra, Holanda o Francia.

Sin embargo, en los últimos meses han coincidido dos importantes trabajos sobre López Pintado, el realizado por el académico de la Real de la Historia Hugo O’Donnell y Duque de Estrada , que aborda el perfil más íntimo del personaje basándose en los archivos familiares, y el del capitán de navío y doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, Enrique Tapias Herrero , que analiza su perfil profesional como marino y comerciante.

«El Almirante López Pintado (1677-1745). El duro camino del éxito en la Carrera de Indias» , de Enrique Tapias y publicado por la Editorial Universidad de Sevilla , es una investigación que se convierte en una sorprendente travesía por una época de transición, la España que pasa de la monarquía de los Austria a finales del siglo XVII a la de los Borbones en la centuria siguiente en la que se modernizan las instituciones. Y también es un viaje por la Sevilla de ese tiempo de cambios y de los entresijos del comercio de Indias,la defensa naval, el contrabando, el fraude y las amplias redes de corrupción que existían en la Carrera de Indias.

«López Pintado es un ejemplo arquetípico de esa transición. Un marino-empresario como lo habían sido siglos atrás don Álvaro de Bazán o Pedro Menéndez de Avilés por los procedimientos de la vieja escuela. Con todo, su figura será una de las últimas de este tipo de marinos, dando paso a otro tipo de militar profesional con una mayor formación», asegura Enrique Tapias Herrero.

El libro se adentra en la sorprendente biografía de un hombre que se afinca en Sevilla procedente de Tembleque en Toledo y siendo un simple hidalgo se convierte en noble y consigue una considerable fortuna. «Para medrar hizo como tantos otros: valerse de contactos y cultivar amistades, utilizando instrumentos como la vecindad o el matrimonio. Así, pudo enlazar con una de las familias que dominaba el Consulado de Cargadores a Indias , el gremio de los grandes comerciantes trasatlánticos, que a su vez controlaba la Carrera de Indias», explica en el prólogo el catedrático Pablo E. Pérez-Mallaína, que ha investigado sobre los más de 400 generales y almirantes que mandaron las flotas de la Carrera desde 1543 a 1740.

López Pintado fue «maestre de plata» en algunas flotas encargándose de transportar y entregar a sus propietarios los cargamentos del preciado metal a cambio de una jugosa comisión. También viajó en navíos de su propiedad, pero en nombre y con título del rey e incluso fue comisionado para investigar un naufragio sucedido a cinco leguas de La Habana, cuyos caudales rescató. Además, fue importante su participación en la Guerra de Sucesión en el bloqueo del puerto de Barcelona y tuvo un destacado protagonismo en el conflicto Sevilla-Cádiz cuando el traslado de la Casa de la Contratacion en 1717.

De almirante irá ascendiendo hasta llegar a teniente general de la Armada . Con su fortuna comprará tierras en el Aljarafe para convertirse en terrateniente y obtener el marquesado de Torreblanca del Aljarafe . Su fabuloso palacio en Sevilla aún se levanta en calle Santiago, hoy llamado Palacio de Villapanés. Un lugar-refugio al que regresaba el marino después de sus largas travesías de ultramar.

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