Poesía
Carmelo Guillén Acosta: «En la actual poesía sevillana cada uno va por su lado»
El poeta y director de la colección Adonáis ha recopilado sus últimos versos 'En estado de gracia'

Carmelo Guillén Acosta (Sevilla, 1955) no se aplica a su quehacer poético la conocida máxima de Antonio Machado , aquella que decía que «se canta lo que se pierde». Porque este poeta y director de Adonáis , la colección que el pasado ... año cumplió 75 años, es incapaz de hilvanar unos versos sobre algo que ha perdido, ya que la chispa que puede encender su poesía se encuentra en el trato humano que, por ejemplo, puede surgir de algo aparentemente tan intrascendente como una charla en torno a un café. «Cualquier relación humana es clave en la poesía», afirma.
Ese humanismo , en el caso de este poeta de raíz cristiana , es el que anima la obra de Carmelo Guillén Acosta, que acaba de publicar 'En estado de gracia' en la colección Calle del Aire de la editorial Renacimiento . Casi medio centenar de poemas que aúnan brevedad y estilo coloquial para celebrar la vida, la alegría del presente y el amor intenso, pero también el dolor y el momento de enfrentarse a la muerte. Un estado de gracia que resumen versos como: «Ahora, en que me he hecho a la vida por fin;/ en un momento así, nada más importante/que vivir este instante como si fuera eterno».
'En estado de gracia' es el décimo poemario escrito por un autor que inició su obra con 'Envés del existir' , que se llevaría en 1977 el accésit del Premio Adonáis , la veterana colección de poesía que dirige desde 2003 y que le ha permitido convertirse en un privilegiado observador de la evolución del género en España. Para este autor, la gracia a la que hace referencia el título de su nuevo poemario es una forma de estar en el mundo o, como él mismo la describe, «un estado de limpieza, de nitidez, de brillantez dentro del mundo, descubriendo que todo lo que hay es bueno para el bien de ti mismo. Una aceptación alegre de la vida ».
«Siempre he sido un poeta muy gozoso. Escribo desde la alegría, desde la satisfacción y en este libro queda muy presente»
Guillén Acosta explica, en ese sentido, que «yo siempre he sido un poeta muy gozoso . Siempre he escrito desde la alegría, desde la satisfacción y aquí queda muy presente. Incluso cuando llega el dolor, que lo he tenido tan cerca estos últimos años, para mí es una manera de sentir la vida. Para mí el libro es una celebración en todo su conjunto, del presente , del mundo, del instante... con todo lo que implica la vida, pero también del dolor y del sufrimiento. Todo eso lo asumo porque forma parte de ese contraste que tiene el cuadro que es tan hermoso».
Celebración de la vida
La celebración de la vida que transpira este poemario muestra el momento vital que atraviesa Carmelo Guillén Acosta, que llega tras 'La vida es lo secreto' (2009), «escrito de un tirón a raíz del fallecimiento de mi madre, a la que estuve cuidando», y 'Las redenciones' (2017). «Mis dos últimos libros son como una continuación de aquel y este, en concreto, me ha salido de manera muy suelta, muy ligera, muy fácil... Siempre hay un trabajo detrás, una intensidad, pero son poemas que cuando yo los leo me da la impresión de que han salido solos, por efecto de la gracia».
Levedad y gracia frutos de un depurado proceso de corrección , y a las que contribuye también la elección de un estilo directo y despojado que busca la comunicación con el lector. Sobre lo primero, el autor reconoce que «el poema es algo que me viene, no me puedo poner como en un taller de poesía a escribir ahora de tal tema. Luego hay un trabajo de mucha corrección, pero el poema ya está escrito». Y en relación al lenguaje poético, hay una a puesta por la oralidad que se remonta a su primer poemario. «Entonces ya trabajaba mucho el lenguaje conversacional en una época en la que nadie lo trabajaba».
Todos estos elementos configuran una poesía en la que pueden encontrarse ecos de la plenitud del último Juan Ramón Jiménez , aunque quizás, como confiesa Carmelo Guillén Acosta, por la devoción común de ambos por San Juan de la Cruz . «Él tiene un poema que conocemos todos que dice: 'Mil gracias derramando, pasó por estos sotos con presura...' Creo que mi poemario va por ahí, por esas 'mil gracias derramando'. Yo no creo que todo sea Dios, creo que Dios está en todo, que es distinto».
«La poesía que se está escribiendo ahora en España me parece que está al mismo nivel de la que se hacía en los años cincuenta»
Más allá de su poemario, es inevitable preguntarle al director de la colección Adonáis por el estado actual de la poesía española , que, en su opinión, es bastante saludable. «La poesía que se está escribiendo en estos momentos en toda España a mí me parece que está al mismo nivel que la poesía que se hacía en los años cincuenta , cuando aparecieron Claudio Rodríguez, José Manuel Caballero Bonald ... Qué ocurre, que luego muchos se van a perder como sucedió en aquella época, pero creo que se está haciendo una poesía como aquella otra».
Otras tradiciones
Sobre las tendencias que animan al género actualmente, es complicado señalar alguna por el mosaico tan fragmentario que componen las diferentes voces. Con todo, este autor puede destacar una tendencia de « poesía social , no como la de los años cincuenta y sesenta, como la que hacían José Hierro o Blas de Otero , sino una poesía social reivindicando el momento actual, que para muchos jóvenes es un tiempo sin futuro, sin posibilidad de tener una casa, un hogar...».
También destaca Guillén Acosta el predominio del «lenguaje conversacional» y la difusión a través de las redes sociales, pero también «poca lectura de poesía tradicional española», en un momento en que los jóvenes poetas parecen estar más pendientes de las literaturas en otras lenguas. «Hay más atención a la poesía de fuera y entre la que escriben ellos. No trabajan la obra de Góngora, Quevedo o Calderón . La Generación del 27 tiene un poso en ellos, pero como mucho llegan a Bécquer, Machado o Juan Ramón, pero lo que es madurar, beber de las fuentes de la poesía clásica... Ese poso no se tiene, se tiene más de literatura de fuera», explica.
Por ese motivo, mantiene, «la música de la tradición española no es la música de la poesía actual, que parece que proviene de traducciones de otros autores, tiene otra musicalidad distinta . Con eso no digo que sea mala, solo que es distinta».
En este contexto creativo, a diferencia de lo que sucedía en los años cincuenta, no hay una poesía que por sus características o temática se pueda identificar como andaluza, considera Guillén Acosta. «No hay nada que haga que leas un poema y digas esto lo ha escrito un poeta andaluz. Pero en Sevilla sí hay unos poetas que siguen una misma línea, como mi amigo Víctor Jiménez, Juan Lamillar, Lutgardo García o José María Jurado , pese a mantener entre ellos enormes diferencias. Esos poetas están como teniendo una poesía casi con el mismo tipo de funcionamiento, pero, en general, en la poesía sevillana cada uno va por su lado. Solamente veo una cercanía entre ese grupo».
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