Literatura
‘Fuegos y juegos’, el adiós a la poesía de Aquilino Duque
El sevillano llegó a ver su último libro, en el que recupera sobre todo poemas de juventud, publicado días antes de su fallecimiento

El recientemente desaparecido Aquilino Duque practicó los más diversos géneros literarios, de la novela a las memorias , pero siempre situó a la poesía el corazón de su producción literaria porque para este sevillano la poesía no fue nunca un ... género, sino «un don o una vocación ». Los caprichos del destino han querido que el último libro que vio publicado este autor — esencial en el panorama literario sevillano del último medio siglo — fuera, precisamente, una colección de poemas, aunque, quizás, no sea tan casual en alguien que se definía, sobre todo, como poeta .

‘Fuegos y juegos’ , número 206 de la estupenda colección Calle del Aire de Renacimiento , se publicó días antes del fallecimiento del escritor el pasado 18 de septiembre. El volumen presenta, agrupados en tres secciones, poemas que quedaron fuera de los ocho poemarios que dio a imprenta entre 1958 y 2009, entre el deslumbrante ‘Calle de la luna ’ y ‘Entreluces’ , con aquellos versos en los recordaba que «Yo nací junto a un cine de verano en Triana/entre fraguas y alfares».
Las razones por las que no publicó estos poemas las resumía Aquilino Duque en el prólogo. Los más recientes, a partir de 1980, porque «no encajaban en mis últimos poemarios», y los anteriores a 1960, la mayor parte de los incluidos en el libro por «tratarse de tentativas frustradas, de juegos de aprendizaje, de pecados de juventud », que al volver sobre ellos, «he procurado mejorarlos».
Los toros
Estas palabras del autor, sin embargo, no indican que el lector vaya a encontrarse con una colección de descartes en estos ‘Fuegos y juegos’, ya que en sus páginas se pueden encontrar algunos que merecerían figurar en antologías de su obra .
Uno de ellos podría ser el que dedicó a la memoria de Pepe Luis Vázquez , fechado en San Lorenzo del Escorial en 2017, un ejemplo más de la pasión por la tauromaquia del autor, presente también en esta recopilación en una ‘Oda a la plaza de toros de Ronda’ y otro poema en recuerdo de Álvaro Domecq .
Pero es, quizás, en los poemas de juventud recopilados en este volumen donde mejor se reconozca el lector habitual de Aquilino Duque que admira poemas tan certeros como «Reloj de arena, tu cuerpo./Te estrecharé la cintura/para que no pase el tiempo».
Porque a ese neopopularismo tan de raigambre andaluza, tan heredero de Rafael Alberti como de Juan Ramón Jiménez que caracteriza sus comienzos, responden todos los incluidos en la primera sección, ‘Fuegos’, dominados por la temática amorosa y fechados alrededor de sus dos primeros poemarios, el citado ‘La calle de la luna’ y el no menos recomendable ‘El campo de la verdad’ (1958).
La mayor parte de los poemas de la sección ‘Juegos’, anteriores a 1960, también responden a ese culto popularismo y se pueden encontrar referencias a palos del flamenco como la seguiriya y las alegrías, pero también tentativas de haikus (’Japonerías’) y dedicatorias a un poeta como Francisco Brines , también desaparecido este año tras obtener el Cervantes .
Culturalismo
Otros versos de esta sección, como ‘El nombre de Elena’, parecen anticipar la evolución de la poesía de Aquilino Duque hacia terrenos más cosmopolitas y culturalistas , evidentes ya en ‘De palabra en palabra’ (1968).
Su última producción se agrupa en la breve sección ‘Entre fuegos’, con poemas en memoria de las víctimas de Atocha y de los religiosos que muertos a manos de los republicanos en la Guerra Civil , pero sobre todo con composiciones que, sobre todo, evidencian la ideología reaccionaria del autor.
Pero es en poemas como ‘Qasida’ donde Aquilino Duque condensa con sencillez y profundidad algunas de sus mayores virtudes como poeta. Ante versos como «Los dos lunares que vi/dibujados en tu pierna/ahora los tengo en mi cara/convertidos en ojeras» no se puede añadir nada más.
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