Hazte premium Hazte premium

Novela

Gustavo Faverón Patriau: «La imaginación no llega a ser tan terrible como es la sociedad»

El escritor peruano ha publicado «Vivir abajo», una de las grandes novelas latinoamericanas del pasado año

El escritor Gustavo Faverón Patriau en un restaurante de Sevilla J. M. Serrano

Jesús Morillo

El peruano Gustavo Faverón Patriau ha publicado una de las grandes novelas latinoamericanas que han visto luz en España el último año: «Vivir abajo» (Candaya), con la que quedó finalista en la última edición del Premio Bienal de novela Mario Vargas Llosa . Una obra que recupera la idea de «novela total» que desarrolló el Boom latinoamericano y que, tras entrar en decadencia, recuperó Roberto Bolaño con «2666» o «Los detectives salvajes» .

La referencia no es casual, porque como señaló el escritor y columnista de ABC F ernando Iwasaki cuando presentó «Vivir abajo» en Sevilla , esta es «una novela escrita por un discípulo de Bolaño que además es fanático de Borges ».

Faverón Patriau reconoce que en su novela trata de «recuperar la idea de la novela total de la época del Boom, que dejó de la lado la siguiente generación, conocida como el Crack y a la que se adscriben escritores como Jorge Volpi , Edmundo Paz Soldán, el propio escritor peruano y Bolaño.

En ese sentido, «2666» es «importante porque es de las primera novelas post-Boom en la que un escritor afirma que no hay que tenerle miedo a la novela total, aunque no tratando de controlarlo todo, sino dejando agujeros, misterios , cosas no explicadas y que sea el lector quien las una».

«La idea era escribir la novela total y fallar. Novelas como ‘La guerra del fin del mundo’ son simultáneamente novelas históricas, políticas, eróticas, familiares... y cuentan la historia de un mundo desde su creación hasta su desaparición. Hoy somos más escépticos frente al mundo y ante la idea de que un escritor pueda explicarlo todo».

«Vivir abajo» narra, sobre todo, las vidas de dos George Benett , padre e hijo, el primero, un torturador y experto en la construcción de cárceles secretas para regímenes dictatoriales latinoamericanos; y el segundo, un director de cine ‘underground’ que sigue las huellas de su padre por el continente. Aunque esto es solo una de las múltiples líneas argumentales de una novela que observa la realidad desde múltiples puntos de vista y difumina adscripciones genéricas.

«La idea era recuperar la novela total de la época del Boom y fallar»

Así, la novela plantea un recorrido de medio siglo por la historia negra de Latinoamérica , desde la dictadura de Stroessner en Paraguay al Perú de Sendero Luminoso , en un camino de torturas , desapariciones y asesinatos indiscriminados, donde los personajes inventados se confunden con los reales.

Lo subterráneo

«Si tratas de imaginar la historia de lo negativo de una sociedad es muy probable que tu imaginación no llegue a ser tan terrible como es la sociedad en realidad y América Latina en particular. Los dos ejes principales son el padre torturador y el hijo cineasta y con la idea de lo subterráneo se traza un viaje del segundo por América Latina tratando de descubrir si en realidad el padre es el monstruo que parece. La primera parada es Paraguay».

«En ese país el padre construye cárceles como espacios de tortura y permanece allí como instructor de torturadores. Hace un mes un periodista del diario británico The Guardian, que trabaja sobre el régimen de Stroessner, me mandó un correo electrónico preguntándome dónde había conseguido información sobre el coronel Thierry . Alguien que puede ser el personaje del padre de mi novela, hasta coincidiendo con las fechas. Creé ese personaje tratando de imaginarme el peor monstruo y ahí está el personaje real, que si ahondara en él encontraría cosas que serían más terribles de las que pudiera imaginar».

Pero si algo interesaba a este autor con esta novela era «escribir una ficción que no tenga con el lector un solo pacto de lectura , esto es, lo que el libro me están dando y la forma en que lo voy a leer. Esta es una novela en la que se rompe el pacto cada veinte o cuarenta páginas y, definitivamente, lo rompe el paso de cada una de las partes que la forman a otra. Para mí era importante acostumbrar al lector a una lectura comprensiva de lo narrado, llena de incertidumbres y que comiencen a aparecer las cosas inexplicables ».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación