Poesía
Juan Bonilla: «La poesía es el peldaño más alto de todas las disciplinas de la literatura»
El flamante ganador del Premio Nacional de Narrativa regresa con nuevo libro de poemas: ‘Horizonte de sucesos’

Como una lotería para la que no has comprado boleto. Así define Juan Bonilla (Jerez, 1966) la sensación de haberse llevado el pasado octubre el Nacional de Narrativa de 2020 por la muy recomendable ‘Totalidad sexual del cosmos’ .

El premio se ... suma a una reconocida carrera que incluye también el Biblioteca Breve y el Bienal Mario Vargas Llosa , que hablan por sí solos del éxito como novelista de un autor que se prodiga en múltiples géneros , entre los que destaca como uno de los imprescindibles cuentistas españoles de la actualidad y como un poeta con una voz reconocible en una obra vital, sin artificios, de línea clara, a veces grave, a veces irónica, en lucha continua con el tiempo y la muerte.
El autor, residente desde hace años en Mairena del Aljarafe, ahonda en estos temas en ‘Horizonte de sucesos’ (Renacimiento), un poemario en el que hay lugar también para el relato autobiográfico, el diario literario, la aproximación a la canción y el amor.
El poemario lo abre con un esbozo de autobiografía, hay pasajes como los recogidos en la sección de Punta Umbría que pueden leerse como un diario poético y vuelve sobre dos temas recurrentes de su poesía, el paso del tiempo y la muerte, ¿este libro podría condensar toda su poesía?
Es muy difícil escapar de lo que uno es, si es que es algo. Los temas vienen más o menos a ahondar en cosas que forman parte de mi repertorio, por hablar en folklórico. El libro comienza con una prosa larga. En ‘Poemas pequeño burgueses’ (2016) incluí un poema largo, ‘El día de regalo’, que más o menos tenía el mismo cariz. En cuanto a la forma, sí creo que hay un modo distinto, hasta donde se puede ser distinto, con un mayor uso de la rima, de la canción y del poema musical, con cierto costumbrismo andaluz. Se ve que estoy volviendo a casa.
Pero la muerte y el tiempo siguen siendo su grandes temas.
Sí, pero en realidad tengo con eso una sensación paradójica. Tengo la sensación de escribir poemas de celebración, aunque hay personas cercanas que me dicen que no. Hay una frase de Paco Brines sobre que la elegía es en el fondo un canto a la vida, a pesar de ser una composición que nace por motivos fúnebres, porque quiere mantener vivo un poco más al que ha muerto. La muerte está presente como una certidumbre inesquivable, pero también vista con mucha perplejidad y de no creerse que pueda estar ahí. Esos poemas nacen de la perplejidad por esos dos monstruos: el tiempo y la muerte. Pero en ningún caso hay aceptación, sino que están escritos con ansias de combate. El poema es una huella contra el tiempo. Lo que importa de un poema no es cuando se ha escrito, sino cuando se lee. Los poemas son juegos para aplazar la muerte.
«El poema es una huella contra el tiempo. Lo que importa de un poema no es cuando se ha escrito, sino cuando se lee»
Es cierto que se aprecia ese vitalismo frente al tiempo en, por ejemplo, ‘La alegría de la tarde’, un luminoso poema con Sevilla al fondo.
Ese poema es sobre un día que vas por la Avenida de la Constitución, escuchas música, cruzas el puente, ves niños en el parque y quedas para tomar unos vinos. Y termina el poema «Y no quiero morirme. Y eso es todo».
También dedica una sección completa a poemas de amor.
Escribo contra el paso del tiempo y contra la muerte, como presencias enemigas, y todo lo que me ayude a combatirlo, como el amor, es un aliado. En realidad, son los temas de mi poesía porque son enemigos que me encuentro, así que canto a cualquier cosa que sea cómplice contra ellos, como la amistad, el amor, la alegría, la belleza...
«Los relatos y novelas de Nabokov están llenos de una poesía que no encuentro en cientos de libros de versos»
El combate es importante. En poemas anteriores definió la poesía como «un arte marcial» o la forma de «pronunciar una verdad intolerable».
La verdad, tampoco es tan intolerable y es tan vulgar que no merece la pena... Total, nos vamos a morir y nos van a quitar hasta lo bailao, pero mientras nos lo quitan se trata de sacarle partido a la perplejidad de estar aquí y cantar lo que merezca ser cantado. Los días se repiten, pero todavía se puede esperar algo inesperado y para cualquiera eso es la vida. En ese sentido, la poesía es un arte marcial, no solo como arte de combate sino como homenaje al epigramista latino Marcial.
No es cuestión de género
¿En la poesía se muestra su ‘yo’ literario más personal’ ¿Qué lugar ocupa dentro de su obra?
Teniendo en cuenta que en mis novelas y mis relatos hay poesía, le diría que la poesía ocupa un lugar central en mi obra, entendiéndola no solo como versos. Trato que en mis relatos y novelas haya poesía, que es la columna vertebral de todo lo que hago. Yo, sinceramente, lo que más quiero ser, por decirlo casi en parvulario, es ser poeta. Me parece el peldaño más alto de las distintas disciplinas que componen la literatura. Pero también porque entiendo que la poesía puede estar en muchos sitios. Si dos de mis autores son Nabokov y Borges es porque en ellos veo una poesía que no siempre está en sus versos. Los relatos y novelas de Nabokov están llenos de una poesía que no encuentro en cientos de libros de versos. No es tanto una cuestión de género, como de alcance.
¿Cómo se quedó cuando le dijeron que había ganado el Nacional?
Es como si te toca la lotería pero sin llevar billete. No sabía que estuviera con posibilidades, ni siquiera sabía que se fallaba. Una mañana, con solecito en el patio de mi casa, sonó el teléfono y era el ministro de Cultura para decírmelo. La cosa fue alucinante y, naturalmente, piensas que es una broma.
Su nombre no sonaba en las quinielas, ¿cree que en eso influye el hecho de que viva en provincias, lejos de los centros de poder y literarios?
Ni siquiera sabía que hubiera quinielas, pero es una sensación que puedo entender que se tenga. La verdad es que, en cuanto a lo laboral, cuando vivía en Madrid no había semana que no tuviera peticiones de colaboraciones y desde que me volví a instalar en Sevilla menos, lo que puede ser una tontería en tiempos digitales, pero imagino que hay un componente psicológico de estar o no estar. Todo es muy raro y lo mejor es casi ni pensárselo. Esta novela salió en abril de 2019 y fue premiada en noviembre de 2020.Apenas recibió mucha atención, como suele pasar con la mayoría de los libros hoy por el maremoto de novedades. Y, de repente, un año y medio después recibe el galardón, lo que le da nueva vida...
«Quiero reivindicar a García Calvo y que se lea. Su ‘Registro de recuerdos’ es de los mejores libros en español de los últimos años»
¿Esto último puede ser verdadero premio para la novela?
Después del Nacional se ha editado en Colombia y en México, ese es el verdadero premio. Pero la sensación es de cierta perplejidad, porque uno sabe que los libros no son caballos de carreras... Se tiene que dar una conjunción de cosas para que te toque una lotería para la que no sabías que llevabas boleto. Pero tiene una cosa estupenda, que es que el premio es a una obra publicada, que es inesperado y, como se canta en ‘Horizonte de sucesos’, es ahí donde se esconde la vida... Este es un premio muy azaroso, como el Cervantes, que se lo han dado a Paco Brines este año, quince años después de que escribiera su último libro. Es incomprensible, tenía que haberlo ganado hace quince años.
Experimentación literaria
Imagino que seguirá con su novela sobre Agustín García Calvo.
Es un personaje que se me escapa por todas partes. García Calvo es muy difícil de meter en un novela, no sé si es el género adecuado. Yo lo que quiero es reivindicarlo y que se le lea. ‘Registro de recuerdos’, por ejemplo, me parece de los mejores libros que se han escrito en español en los últimos años. En principio, mi novela es sobre sus años sevillanos, porque ahí se da un cambio que explica todo lo que viene después. Pero, bueno, las cosas salen o no salen, y se me está resistiendo. Hasta que no suene el click y encuentre la voz, como me pasó con Mayakovski y Nahui Olin... no me voy a dar ninguna prisa.
Lo siguiente, por tanto, serán las reediciones de ‘El mejor escritor de su generación’, de la mano de El Paseo, y la reescritura de ‘Nadie conoce a nadie’, en Seix Barral.
Eso me hace mucha ilusión, porque son experimentos narrativos. El primero, salió en 1999 y es un jolgorio que me gusta mucho. En Seix Barral se publicará una nueva versión de ‘Nadie conoce a nadie’, que es una reescritura completa de la novela . En 2017, cuando la empecé, me pregunté cómo sería mi primera novela si la escribiera hoy de nuevo. Volví a escribirla sin mirar la primera edición. No sé si hay algún caso en la historia de la literatura en que un autor haya reescrito un libro antiguo, así que me lo propuse hacer, un experimento narrativo. Saldrá en otoño. Ambos son libros de otro yo, del que era en los años 90, con el que yo estoy muy a gusto, pero me temo que él conmigo no lo estaría. Se sentiría bastante decepcionado.
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