entrevista
Antonio Orozco: «Mi vida artística empieza con la guitarra flamenca, acompañando al cante y el baile en las peñas de Cataluña»
El popular cantautor actúa este domingo en el Pabellón de Deportes San Pablo de Sevilla ante cerca de 8.000 personas
Con más de 1.500.000 discos vendidos, un disco de diamante, nueve discos de platino y numerosos de oro, Antonio Orozco es uno de los artistas más laureados y queridos del panorama musical español. Su sensibilidad a la hora de escribir es ... admirada a uno y otro lado del charco, como lo demuestra el hecho de haber sido nominado a los Latin Grammy entre los mejores compositores del mundo por su éxito «Estoy hecho de pedacitos de ti». Este próximo domingo llega a Sevilla para mostrar las canciones de 'Aviónica', su disco más reciente y con el que lleva casi dos años girando con enorme éxito.
Su esperadísima cita hispalense, para la que aún quedan algunas entradas, tendrá lugar en el Pabellón de Deportes San Pablo, un espacio que se ha elegido como alternativa al Auditorio Rocío Jurado, donde estaba previsto celebrarse el concierto el pasado 14 de octubre pero que no fue posible debido a los contenciosos judiciales que arrastra el recinto de la Cartuja.
Pocas veces un artista tan consagrado en el panorama musical se muestra tan cercano y lleno de humildad en las distancias cortas con un periodista como lo hace Antonio Orozco. En este sentido, se nota a la legua cuando hay impostación y cuando no, y en este caso está claro que no la hay. El autor de 'Devuélveme la vida' es transparente y sincero, se le ven los engranajes girando y las marchas y también la luz, una buena luz verdadera. El catalán repasa en esta entrevista sus orígenes, su vínculo con el flamenco, su idilio con Sevilla y, por supuesto, habla de su concierto de este domingo.
¿Cómo afronta este regreso a Sevilla?
Para mí volver después de dos años y medio largos es muy importante. El hecho de no poder tocar en el Auditorio Rocío Jurado por problemas ajenos a nosotros, cuando ya se habían vendido miles de entradas, lo trastocó todo, pero hemos hecho todo lo que está en nuestras manos para no estar otro año sin tocar en esta ciudad tan increíble y con la que guardo un vínculo muy especial.
Pero es consciente de que no es el lugar idóneo para un artista de su nivel, ¿verdad?
Por supuesto. Además, tocamos un domingo cuatro de diciembre, que además es una fecha muy importante para los andaluces, por lo que nos la jugamos por partida doble: por el día y por el sitio. Pero era nuestra mejor opción. Era esto o no venir, y llevaba un tiempo sin hacer un recinto grande en esta tierra y ya lo echaba de menos. Sabemos varear con los pabellones, hemos hecho muchísimos, seguro que vamos a disfrutar una barbaridad de este encuentro.
El final de gira es en recinto mucho más grandes que la mayoría de la gira: Sevilla, Wizink Center de Madrid, Palau Sant Jordi de Barcelona. ¿Qué diferencias hay en el show respecto al resto de la gira? O, dicho de otra manera, ¿Qué les espera a los sevillanos que vayan a verle este domingo?
Vamos a darlo todo, es nuestro penúltimo concierto de este año. Adaptamos el repertorio al formato del recinto, por lo que la propuesta escénica es distinta, todo cambia. Desde el principio hasta el final es diferente.
Hay algo en Antonio Orozco que evoca a Andalucía.
Es normal. Mis padres son de Osuna, aunque emigraron a Cataluña con apenas quince o dieciséis años, y desde que nací me inculcaron todo lo de aquí. Mi vida está construida en torno a muchas de las costumbres andaluzas, por ejemplo, de pequeño comíamos puchero (risas). Me siento catalán, pero somos tantos de aquí –andaluces– que es una sensación súper curiosa.
Incluso se hacen imitaciones de feria.
A ver, cualquiera que te escuche se puede disgustar muchísimo (risas). Tenemos nuestra feria, nuestro Rocío. Todo igual pero más pequeño, aunque el espíritu es el mismo.
¿Qué significa Sevilla para Antonio Orozco?
Esta bendita ciudad lo ha sido todo para mí durante muchos años. Ha sido el abrazo del oso que necesitaba y ya no sabía dónde buscarlo cuando las cosas venían de canto y no daba ni una, en ese momento aparecía de repente Sevilla y me decía «ven 'pacá'». Además, siempre me ha atraído porque es una ciudad con un movimiento cultural bestial.
La capital andaluza también protagoniza un episodio vital en sus inicios más primigenios con la música, desde el punto de vista de querer dedicarse a ella.
Así es. Fue en 1987, recuerdo que era Semana Santa. Nosotros, mis padres y hermanos, viajábamos desde Hospitalet en los autobuses de línea que ponía el Ayuntamiento. Veníamos miles de sevillanos sin recursos a disfrutar de la Semana Santa de Sevilla. El autobús, que paraba en todos los pueblos, podía tardar perfectamente 32 horas en llegar a Osuna. Cuando llegamos a Sevilla, mis padres me llevaron a la calle Betis, donde aluciné al ver por primera vez todos esos callejones de Triana y el río Guadalquivir, para que me comprara una guitarra. Yo aquel año había estado trabajando en una tapicería por las tardes, cuando salía de clase, me daban 500 pesetas a la semana y había conseguido ahorrar 14.500. Lo recuerdo perfectamente, tenía 15 años recién cumplidos y me faltaban 200 pesetas, que mi hermano pequeño me dio. Allí me compré mi primera guitarra, que es con la que he compuesto todas las canciones de mi vida. Se llama Sevilla.
¿Y qué pasó?
Pues que en la misma puerta de la casa de guitarras había dos chavales que estaban tocando. Me llevé toda la mañana escuchándolos, de hecho, me hubiese llevado toda la semana allí disfrutando de ver cómo tocaban por Pata Negra. ¿Imaginas que era el mismísimo Rafael Amador el que estaba allí? Mi vida ha ido lenta, pero aquella mañana fue todo muy rápido. En aquel viaje algo cambió para mí, fue realmente cuando descubrí qué es lo que quería hacer. Desde ese mismo momento empiezo a escribir canciones, temas que luego han sido importantísimos en mi carrera.
«Todos los acordes de 'Pedacitos de ti' son una taranta»
Aparte de todo esto, también ha tenido mucho vínculo con el flamenco. Hábleme un poco ello. Su tío era cantaor, ¿verdad?
Mi tío era José Ferrol, un grandísimo cantaor natural de Osuna. Mi vida artística empieza con la guitarra flamenca, tocando en las peñas de Cataluña donde me dejaban hacerlo. Me dediqué durante mucho tiempo a tocar acompañando al cante y el baile. Estaba muy rodado, acostumbrado a tocar por malagueñas, por levante, por fiestas, y al final todo eso se ha ido reflejando en mí a la hora de escribir canciones. Sin ir más lejos, todos los acordes de 'Pedacitos de ti' son una taranta.
Por último, quería preguntarle por su experiencia como compositor y productor del disco 'El Oripandó', de José Mercé.
Ha sido el trabajo más importante de mi vida. He pasado tres años sumergido en la vida de otra persona. Me sé la vida de José Mercé mucho mejor que la de mi padre, de lo cual no creas que me siento especialmente orgulloso. Muchas horas de profundas conversaciones, muchas confesiones…He visto a un hombre más joven que nunca, que atreve con todo y que canta a la perfección. Estoy convencido de que El Oripandó se convertirá en un disco de referencia, si es que no lo es ya.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
SuscribeteEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete