CRÍTICA DE MÚSICA
Beethoveniada
La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla ha completado este fin de semana la integral de conciertos para piano de Beethoven con los números 4 y 5
Todo un desafío

Concierto de la Real Sinfónica de Sevilla
- Ciclo: 'Gran Sinfónico' 2.
- Programa: Conciertos para piano nº 4 y 5 de Beethoven.
- Intérpretes: Lisa de la Salle, piano. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
- Director: Christoph Poppen.
- Lugar: Teatro de la Maestranza.
- Fecha: 08/10/2022.
En esta segunda cita asistíamos a los dos últimos conciertos para piano de Beethoven con sendos monumentos musicales del género pianístico, en un estilo más personal que los tres primeros, en los que la mano de Mozart se deja sentir de forma más manifiesta ... . Pero en el primer movimiento del 'Concierto nº 4' ya advertimos que la orquesta, excepto algunos solistas, había cambiado, y acaso por ello podía explicarse ciertos desajustes que pudimos observar en este 'Allegro' inicial. Lo que no había cambiado es la sensación de un conjunto instrumental macizo, sin muchos relieves, como detrás de un impenetrable y único muro, y en eso sólo podíamos pensar en la trabajo del director. De la Salle, que nos pareció de aspecto ligera y justificadamente cansado -se le escaparon algunas notas falsas durante la velada, algo que no advertimos en el primer encuentro-, y abordó con igual entrega y acierto el trabajo de todo el programa. De hecho, al llegar a la 'cadenza' consiguió transportarnos a un auténtico pianismo beethoveniano, pleno de sentimiento y hondura, sensación acentuada por la belleza prístina y evocadora del magnífico piano.
Si tuviésemos que destacar la mayor originalidad de este hermoso 'Cuarto' concierto sería la intensidad y carácter del 'Andante', muy distinto al de los otros cuatro. En sólo 72 compases, un 'tutti' al unísono presenta un tema en 'forte', de carácter lacerante, afilado y único, al que responde en diversas ocasiones un piano con melodías de delicadísima naturaleza acórdica, sutileza y refinamiento, y que van ganando poco a poco terreno hasta 'subyugar' el repetido tema de toda la orquesta. El carácter dialogante del breve pasaje exigía, ahora sí, una absoluta precisión en el juego de propuestas y réplicas para que el discurso resultara suficientemente fluido y con la 'teatralidad' que el mismo exige, algo que se consiguió.
Pero más todavía necesitaba el rondó final. De Mozart había tomado Beethoven la idea de fusionar la forma sonata y fundirla con la de ritornello, especialmente adecuada para la alternancia de solista y orquesta, y que aquí llega a ser bastante rápida y continua, estrechándose cada vez más, con lo que podemos medir en segundos el tiempo de cada sucesión entre ambos, a veces dando la impresión de que se cortan el paso uno a otro(s). De nuevo funcionaron muy bien los cambios entre piano y orquesta (si no, todo hubiera colapsado, dada la velocidad vertiginosa que lleva), deslumbrando el cuadro tímbrico y dinámico necesario para desplegar este rondó con toda claridad.
Bien fuese porque la primera parte había conseguido avenir a los 'contendientes', bien porque hubiese servido como muy intenso 'calentamiento' o acaso porque se haya tocado más veces que los demás (es una impresión, no una estadística fiable), lo cierto es que el concierto 'Emperador' superó los muchos escollosque pudiera presentar con bastante naturalidad y afinidad.
Necesitamos dejar constancia del sobreesfuerzo de la joven pianista al asumir no sólo lo que han hecho contados pianistas al ejecutar el ciclo completo en dos jornadas, sino que aquí ha sido doble, al tocarlo para los abonados del jueves (con repetición el sábado) y los del viernes (domingo); pero hemos de añadir además que los ensayos también han debido de ser dobles, al contar con dos plantillas diferentes dentro de la orquesta (no creemos que haya habido un ensayo con la orquesta al completo, porque no se hubiera podido ensayar la misma sonoridad, al resultar de ello una orquesta doble de grande de la que tocó cada día). Como seguramente su nombre lo habrá propuesto Soustrot, que conoce bien el panorama artístico francés, a él debemos felicitar porque esta joven seguramente en breve estará con alguna discográfica de referencia y no habrá quien pueda pagar su caché (todavía recordamos a los Capuçon).
De igual manera, agradecimiento enorme al maestro Poppen al haber asumido el ciclo con igual dosis de trabajo (no sabemos con cuánta antelación, pero ello no quita el mérito, ya que no es habitual su interpretación completa en dos días).
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