CRÍTICA DE MÚSICA
Volviendo poco a poco
No diremos que el director no puso todo de su parte, ya que parecía increíble que a su edad dirigiera con tal vigor y entrega

'Volviendo poco a poco'
- Ciclo: 'Gran Sinfónico' 11
- Programa: 'Sinfonía nº 3' en Re menor de Mahler.
- Intérpretes: Astrid Nordstad, mezzosoprano. Mujeres del Coro de la Maestranza. Escolanía de Los Palacios. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
- Director: Marc Soustrot.
- Lugar: Teatro de la Maestranza.
- Fecha: 02/06/2023
Previamente a este concierto, se presentó por la mañana en el Maestranza la próxima temporada de la ROSS, acto en el que su director artístico, Marc Soustrot, procuró acercar posturas, limar asperezas e incluso hacer suyas algunas reivindicaciones de la orquesta. Por su parte, la ... directora-gerente María Marí-Pérez fue sobrevolando, como un hada, como la nube mágica que acompañaba el video de presentación de la temporada, sobre algunos de los espinosos temas que surgieron a partir de las algunas declaraciones de Soustrot, sin 'engancharse' en ninguna ni evitar su respuesta, puntualizando o contestando también las preguntas de la prensa. Igualmente quiso detallar la contestación a quienes preguntamos sobre el coste total de la huelga, que hicimos para que quedara constancia de lo que tres meses de paro han costado a los sevillanos (Ayuntamiento) y a los andaluces (Junta). Las cifras que nos ofreció, así como todo lo que se habló en la presentación las ofreció ayer Andrés González-Barba en estas páginas con todo lujo de detalles. Igualmente recoge la actitud de algunos abonados que renunciaron a la devolución del importe de los conciertos cancelados para no ahondar aún más la deuda. De traca.
Claro que cuando se programó la 'Tercera' de Mahler no se sabía lo de la huelga, porque a lo mejor se hubiese escogido otra obra para la 'rentrée'. No decimos que no hubo trabajo, porque sólo levantar la ciclópea sinfonía ya supone un gran esfuerzo intelectual y físico, pero nos pareció que los músicos salían como esos jugadores que durante un tiempo han entrenado y que, por lo que sea, terminan sin salir al campo: el desgaste, la tensión, la responsabilidad frente a un público no es igual que cuando se sabe que no se va a jugar o, a lo sumo, que no se va a pasar de una pachanguita.
Las dimensiones reales de la orquesta se podían comprobar sabiendo que había ocho trompas, encargadas de entonar el tema trascendente y que, aunque bien afinadas, ya mostraban una heterogeneidad tanto en las entradas como en el sonido de conjunto. Y creemos que fue algo que compartieron otras muchas secciones, que igualmente se habían aumentado al doble: los vientos a 4 (los clarinetes a 5) y la cuerda con los contrabajos a 8 (8/10/12/14/16). El muy extenso y complejo primer movimiento ya daba cuenta de esto, así como de la más obvia de las dificultades: casar todas estas secciones, con sus intrincadas texturas, y parecer que todo fuera un mismo organismo dotado de diferentes extensiones o miembros.
Cuando el tramado se simplificaba y los tiempos se regularizaban (principio del segundo movimiento, por ejemplo) las texturas clarificadas podían coincidir más fácilmente en esa recreación campestre sin discordancias, en un movimiento cuya protagonista es la naturaleza, elemento casi imprescindible en los compositores germanos. Sin embargo, hacia el final unas rápidas escalas aparecían fugazmente y hacían aparecer nubes en la soleada primavera, resoluciones algo reiterativas en diversos pasajes de la sinfonía.
Este ambiente bucólico continuó en el tercer movimiento, empezando por unos onomatopéyicos cantos de pájaros a cargo, naturalmente, de las flautas, aunque no todo fue candor, por lo que algunas escenas requerían distinto tratamiento -como el animal sobre su presa- y otros ambientes, algo que multiplicaba los requerimientos expresivos de la orquesta. La trompa de postillón añadió su delicado granito de arena -y de color-desde fuera de escena.
No diremos que el director no puso todo de su parte, ya que parecía increíble que a su edad dirigiera con tal vigor y entrega y, aún, nos parecía que miraba poco la partitura (nos podía recordar a un Abbado de 74 años dirigiendo de memoria esta monumental sinfonía -todavía en youtube-). Pero sí le pasó factura, porque cuando en el cuarto movimiento aparecieron la escolanía y el coro femenino aprovechó para sentarse en la silla de la contralto hasta que llegó esta.
Por cierto ¿dónde ha estado esta mujer hasta ahora? ¿por qué ocultarnos la belleza de su canto? En una voz de naturaleza grave, sin imposturas, su registro brilla con el atractivo de una soprano y su terciopelo la recorre de arriba a abajo sin atisbo de cambio de color, ni tampoco de rigidez alguna; es más, muy al contrario, sólo encontramos flexibilidad, precioso color, expresividad, perfecta dicción… Y volvemos a lo de siempre: el músico ha que buscar siempre la mejor adecuación de su voz o instrumento al tipo de música que más le conviene, quizá el factor más importante en un intérprete porque determina el nivel de 'credibilidad', de veracidad de su interpretación, al sentirse 'enguantado' en esa música.
También estuvieron sensacionales la Escolanía de Los Palacios y el coro femenino del Maestranza en el V movimiento, perfectamente conjuntados con la contralto y los festivos instrumentos de percusión, sobre todo en las campanas de la mañana con los niños y la interacción de estos igualmente con el coro de mujeres.
El final es un movimiento lento de extensión casi tan grande como el primero, inusual para terminar una sinfonía, pero más que apropiado si sabemos que se plantea como la culminación del amor divino al que se llega mediante su impresionante 'crescendo' final.
Extrañó un público más numeroso de lo habitual para una obra muy larga y de contadas concesiones a cualquier neófito. Se aplaudió prácticamente cada movimiento y en especial el final majestuoso del primero, sin reparar en que no había más que una obra y que solemos aplaudir cuando se termina; o a lo mejor creyeron que ya había acabado a la media hora de empezar. Incluso al final un 'espontáneo' 'jaleó' la actuación. O bien que ya había terminado la obra, quién sabe.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete