danza
Sol Picó: «El mundo de la escena es cruel con las mujeres de más de cincuenta años»
La galardonada bailarina y coreógrafa estrena en el teatro Lope de Vega 'Malditas plumas'
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Sol Picó recibió en el año 2016 el Premio Nacional de Danza, y atesora diez premios Max, además de otros galardones, tanto como coreógrafa como en su calidad de bailarina. Ahora, a los cincuenta y cinco años, la artista continúa imponiéndose ... retos e introduciéndose en nuevos territorios, como con el espectáculo que presenta este viernes en el teatro Lope de Vega con el título de 'Malditas plumas'.
La obra, que define su creadora como un 'cabaret futurista', es el particular homenaje de Sol Picó a ese canto de libertad que fue el Paralelo barcelonés de los años veinte del pasado siglo, donde confluían infinidad de teatros, cafés, cabarés y otras salas de espectáculos en las que se entremezclaban los géneros más frívolos con la crítica social, reuniendo entre el público a obreros y trabajadores con marineros y burgueses. Picó interpreta a una vedette para mostrarnos diferentes episodios de su vida en un viaje que transita entre la ternura y la decadencia a través de sus recuerdos, experiencias y vivencias.
«La verdad es que este espectáculo me está dando unas alegrías curiosas. Yo estoy muy bien en mi vida, me están pasando cosas muy buenas. Pensaba que después de la pandemia se iba a relajar todo, y qué va, empezamos a actuar sin parar y tengo compromisos hasta finales del 2024. Además los teatros están llenos. Esto es maravilloso».
Sobre 'Malditas plumas', dice su autora que, «bajo la apariencia de un cabaret y de una locura y casi un despropósito, en realidad se muestra una obra muy profunda que intenta reflexionar sobre los sueños no cumplidos. Es el momento en la vida en que te das cuenta de que tus sueños no se van a cumplir, y también reflexiona sobre la decadencia cuando todo se va acabando. Y todo bajo una apariencia muy vistosa, porque me inspiré en el mundo de las vedettes del Paralelo, de esas mujeres repletas de lentejuelas llenas de plumas y luminosidad. Y detrás de eso también hay un mundo oscuro lleno de sombras y tristeza, y sueños no cumplidos».
El montaje cabalga entre la ficción y la realidad, con textos realizados por la escritora granadina Cristina Morales. «Ella es bailarina también y correteaba por mi espacio La Piconera de Barcelona y le pedí que me ayudara a generar un texto para una pieza que quiero investigar para moverla. Y se puso conmigo». Confiesa igualmente que en el espectáculo también hay partes de su vida: «Cuenta una historia de una niña que quería ser una cosa y luego fue otra, y también una historia real que ocurrió en Barcelona sobre unas niñas que querían presentarse a un concurso para escoger a Vivian Leigh de 'Lo que el viento se llevó' y que acabó siendo una gran pelea en el Paralelo. A partir de ahí, Cristina ha desarrollado una historia que yo voy contando».
Asimismo, dice sentirse bien con la narración del texto y reconoce que le está funcionando muy bien, «mucha danza y mucho texto». Acompañada en escena del músico actor, Miquel Malirach, éste se convierte también en partenaire, cuidador, un personaje que va desde un lugar esperpéntico a otro más realista.
Sol Picó siempre es una artista arriesgada, «me gusta buscar lugares donde no he estado. El texto es complejo. Me ha ayudado Carme Portaceli, y dije: 'Venga, voy a salirme de mi zona de confort'. Además, como no tengo límites con mis expectativas, siempre tengo una ambición sana, pero sí, debo decir que iba un poco a ciegas. Este espectáculo se iba a estrenar la semana después de cuando nos encerraron. Fue algo muy difícil al principio y pensé que no iba a despegar, pero qué va, empezó a despegar y me estoy recorriendo España entera. El público se reconforta con la danza, y al haber texto, tiene su punto y la gente se lo pasa muy bien. No es nada fácil llenar teatros, de verdad, no lo es».
«El público se reconforta con la danza, y al haber texto, tiene su punto y la gente se lo pasa muy bien. No es nada fácil llenar teatros, de verdad, no lo es»
Sol Picó
Dice la artista que el público está muy receptivo. «Los teatros están llenos. A lo mejor me aplauden porque creen que me queda poco (se ríe). No, no es así, pero es verdad que una tiene una edad, aunque tengo 55 años y me siento muy bien. Y sí, sigo haciendo esas barbaridades en puntas, no como cuando tenía 30 años, pero me sigo moviendo muy bien. Mis rodillas funcionan y lo único que voy con más tiento. No me queda poco, no. Además mi cabeza va a doscientos».
Sin embargo reconoce que «el mundo de la escena es cruel con las mujeres de más de cincuenta. El teatro, la danza, el cine.... Hay que reivindicar que seguimos aquí, que no somos invisibles, y yo quiero decirlo muy alto. Aquí estoy yo, y me da igual todo, estamos aquí, aquí».
Desde 1994, año en el que estrenó 'Peve, espectacular dance peomato', ha puesto en escena treinta y cuatro espectáculos. Ha bailado con excavadoras o ha formado por ejemplo pareja con Israel Galván en la obra 'Encuentro'. «Bailo con quien haga falta, me encanta investigar y buscar en otros mundos, todavía hay mucho para explorar. Me da pena no tener tiempo para investigar más cosas».
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