«Back soon» gana el Giraldillo de Oro en un Festival caracterizado por las ausencias
No partía como favorita entre las quinielas, pero la islandesa «Back soon» de Solveig Anspach, ganadora del Giraldillo de Oro, agradó por su sentido del humor y su frescura, algo que por lo que se ve pesó mucho en la decisión del jurado. Quizás para compensar, el Giraldillo de Plata recayó en la dramática «Katia´s sister», para muchos la mejor del festival y que encandiló por la sensibilidad de su directora, Mijke de Jong al retratar a una familia desestructurada. Ya es más discutible que el Premio Especial del Jurado recaiga en «Gomorra», una película que no convence. También ha otorgado un premio especial a Andrzej Wajda por su larga y fecunda trayectoria. El Jurado de la sección Eurodoc concedió el Giraldillo de oro a «La madre» mientras que el Premio Eurimages fue a «Il Divo», el magnífico retrato sobre Giulio Andreotti que contiene algunos de los mejores diálogos oídos en el festival. Finalmente, el premio del público fue para «Bienvenidos al Norte», una, a ratos divertida comedia que en Francia ha causado furor.
A modo de balance
Dadas las circunstancias con las que se gestó esta quinta edición y la falta de tiempo para sacarlo adelante (apenas seis meses) lo mejor que se puede decir es que no se ha notado esta premura por el buen hacer de todo el equipo (desde su director hasta el equipo de producción, pasando por los entusiastas voluntarios).
Sólo se ha resentido la programación que contenía menos títulos y sesiones (las matinales del fin de semana en Nervión se eliminaron), compensadas con la novedad de las proyecciones para los colegios.
El maquillaje en el cine es fundamental para embellecer lo sencillo o esconder imperfecciones. Es tal su importancia que incluso los festivales cada vez recurren más al maquillaje. Hace unos años en un certamen de exigua vida (sólo un añito) era tal el caos organizativo que no tuvieron mejor idea que llevar a la rueda de prensa de un actor americano a un numeroso grupo de niños; en el balance final los contabilizaron como periodistas. Por desgracia este tipo de extrañas operaciones son cada vez más comunes, como llenar autobuses de jubilados o repartir entradas y abonos para que las salas no ofrezcan un desolador vacío. Aquí no han llegado aún estas maniobras tan descaradas pero se ven algunos síntomas, y este año la obsesión por superar a las ediciones previas en espectadores era bien patente.
Israel y Turquía no están físicamente en Europa, pero en otros aspectos, sí. Sin embargo, la ausencia de estas cinematografías (a excepción de un solo título) ha sido muy significativa en una edición que contaba con el apoyo de la Fundación Tres Culturas y que nos ha privado de ver historias sobre árabes, palestinos y judíos (¿es casualidad que la única película israelí ofrezca una imagen de intransigencia de los ortodoxos?) En la sección de Eurodoc estaba previsto un interesante documental sobre el éxodo de judíos, pero a última hora cayó.
Es lamentable esta doble ausencia porque se ha desaprovechado una magnífica oportunidad, máxime cuando Manolo Grosso ya había realizado gestiones para dedicar esta edición al cine turco, y el israelí vive momentos gloriosos. El magnífico documental «Waltz with Bashir» maravilló en Cannes, suena ya para los Oscar, ha logrado situarse entre los favoritos para los premios del Cine Europeo, pero no se ha traído. Si hace años fue un acierto rotundo traer «La vida de los otros», este año el gran error ha sido olvidar este demoledor documental, ferozmente autocrítico con la complicidad del ejército israelí en la matanza de Sabra y Chatila en Líbano y que sobrecoge a los espectadores israelíes.
Mucho se ha hablado de darle carácter popular al festival con algunos ciclos más apropiados para un cine-club que para un festival, pero donde se habría constatado la popularidad del festival es con la asistencia de actores y directores conocidos que este año han brillado por su ausencia (vinieron más cineastas europeos de prestigio en la última edición del extinto festival de cine y deporte que en éste). Basta ver los nombres de los invitados en las sesiones de inauguración y clausura para constatarlo con nitidez, y aquí sí que no caben maquillajes.
Sí ha sido muy positiva la amplia presencia que el audiovisual andaluz ha tenido en esta edición, pero sin embargo, el cine español no ha estado presente en la sección oficial. Sí se aprecian los esfuerzos por lograr el apoyo de la industria, pero también resulta sintomático que dos productores, ambos miembros del consejo asesor del festival, hayan optado por presentar sus últimos trabajos tres semanas antes en la Seminci de Valladolid o bien directamente estrenarla sin presentarla previamente en Sevilla.
Sólo cabe desear una vez más lo mejor en el futuro para este festival porque la ciudad, los cinéfilos y los profesionales que han dado lo mejor de sí durante estos días se lo merecen.
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