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La Bienal de Flamenco de Sevilla de 2018

David Lagos, uvas nuevas y viejas

El cantaor jerezano presentó su álbum «Hodierno», una mirada personal a los cantes clásicos

David Lagos, durante su actuación en el Café Alameda Juan Flores

Luis Ybarra Ramírez

David Lagos estrenó su tercer álbum de estudio: «Hodierno», que presenta novedades con respecto a los anteriores. No es un paso adelante, sino hacia el lado. Podría considerarse un recital de corte clásico de no ser por las distorsiones y los arreglos que su compañero Artomático hace desde la mesa de mezclas. Todo parece envuelto por un velo que tiñe por momentos su eco. A veces lo tapa, pero otras lo encumbra y el sonido resulta descomunal . Su cante, además, tiene una profunda tradición. Entonces no cambia el fondo sino la mirada a esa fórmula que él lleva intrínseca. El foco. Y es que al cantar y al doler pocos le ganan. Por eso obtiene el éxito.

[ Consulta aquí el programa completo de la Bienal de Flamenco de Sevilla 2018 ]

Las sillas vacías del Café Alameda, por su parte, ruborizan a cualquiera. Que un cantaor con las condiciones y la trayectoria del jerezano venga al festival más importante del mundo y no llene al completo el aforo de un pequeño teatro da para hacer alguna reflexión sobre la afición en Sevilla . Con preguntarnos dónde está, de momento, es suficiente. Alfredo Lagos, su hermano, lo acompañó en su cita con La Bienal y el guitarrista Caracafé apareció como artista invitado. Los gañafones de ese gitano ennegrecido son una verdadera delicia.

«Hodierno» trajo el romance del Negro del Puerto para quebrar una garganta en mil pedazos, la caña con remate de rondeñas y unas malagueñas que empuñaron las insignias de Chacón, Morente y El Mellizo. Se bamboleó con gusto por el puente de barcas en la soleá y también interpretó cantiñas, tangos, la liviana, la mariana y unos pregones que merecen la entrada. Él no necesita aditivos porque le sobran recursos, pero ha decidido acoplar algunos a su repertorio para tratar de ofrecer algo diferente . Unos funcionan mejor que otros. Distorsiones, sonidos grabados, saxo. Al final no importa. Quien tiene las uvas nuevas y las viejas de su tierra las cambia como quiere. En David Lagos habita el cante y todo parte de él.

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