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CULTURA

El Mes de Danza se clausuró revelando el misterio de un montaje secreto que conmemoraba los 25 años

La edición del Festival sevillano concluyó con el tradicional «Ahora bailo yo» en las Setas de la Encarnación

Uno de los espectáculos callejero del Mes de la Danza Luis Castilla

Marta Carrasco

La 25 edición del Mes de Danza ha concluido . El domingo día 11 con el tradicional « Ahora bailo yo », este año celebrado en las Setas, se clausuró una edición que ha apostado por la renovación y la evolución, y que ha dado paso al encuentro entre jóvenes y veteranos bailarines y coreógrafos y ha seguido apostando por la calle con espectáculos que han llenado calles y plazas de la ciudad. Un total de 25 compañías han llevado a cabo 50 funciones , además de una decena de actividades paralelas como cursos, talleres etc.

Pero uno de los misterios de este año era el montaje titulado « 25 years is nothing » de la bailarina y coreógrafa Teresa Navarrete y el músico y showman, según sus propias palabras, Miguel Marín .

Durante cinco días consecutivos veintidós personas eran concentrados junto al puente de la Barqueta , sin saber ni qué iban a ver ni tampoco cómo iba a transcurrir la noche. La fe mueve montañas, como dijo uno de los organizadores. Incluso se hacía firmar al público un documento para guardar la confidencialidad de lo que iba a ocurrir y no estropear la sorpresa a sucesivos espectadores.

Ahora, finiquitado el Mes puede revelarse sin miedo. El público, una vez concentrado y firmado el documento, era introducido en un microbús donde el músico Miguel Marín entre risas, bromas e incluso un cameo del mismo conductor, iba revelando el misterio . De momento hacía dos equipos, uno de baile, camisetas verdes, otro de música, camisetas naranjas. Y los «incoloros», es decir, ni lo uno ni lo otro, «sólo mirones».

Tras unos previos ensayos musicales por parte de los camisetas naranjas, llegábamos al hotel Alcora y se nos transportaba a una de las suites con vistas a la ciudad, en la que se nos recibía con champán y donde Teresa Navarrete yacía en el suelo sin respuesta, por más que Marín la moviera y espoleara con la palabra.

Los camisetas verdes, el baile, trasladaba a Navarrete hasta una cama donde por fin se movía, y ahí empezaba una especie de ceremonia iniciática que continuaba en una bañera , donde los espectadores, cuan baño sanador, ayudaban a la bailarina no sólo en el agua, sino luego la vestían e incluso maquillaban. (La participación ha sido cada día diferente, incluso en uno de las sesiones los hombres, minoría en el público, se salieron del momento agua).

Al final, baile y música sin fin para acabar bailarina y músico confundidos con el público que también se había sumado al espectáculo como un ejecutor más.

Espectacular el baile y la música de ambos en esta performance participativa con la que el Mes de Danza ha querido conmemorar estos 25 años de manera muy original. Y ya pensando en el 26 festival.

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