Hazte premium Hazte premium

Locus amoenus

David Gistau, nazareno de la Canina

Cuando todo parecía preparado para que una turba de plumillas, letraheridos e incluso poetas hiciera su estación de penitencia con el Santo Entierro, la quebrantada salud de Vicente Tortajada nos dejó con el incienso en los labios

La Canina de la hermandad del Santo Entierro de Sevilla Juan Flores
Fernando Iwasaki

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El episodio que voy a narrar, circuló durante años como leyenda urbana o historia apócrifa por los ambientes cofrades de la «deep web». A saber, que una turba de plumillas, letraheridos e incluso poetas, solicitó a la Real Hermandad Sacramental del Santo Entierro y María ...

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación