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Festival de Música Antigua de Sevilla

Fahmi Alqhai: «Queremos llegar a un acuerdo con el Maestranza para hacer ópera barroca en Sevilla»

El festival inaugura su XXXVI el sábado consolidado como una de las grandes citas de la música antigua del Sur de Europa

Fahmi Alqhai en el Espacio Turina, que acoge la mayoría de conciertos del FeMAS Juan Flores

Jesús Morillo

Este sábado el Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS) alzará el telón de su XXXVI edición convertido en el certamen más valorado de España en la interpretación historicista y uno de los de referencia del Sur de Europa .

De ello, da prueba una edición que inaugurará este sábado Le Poème Harmonique y que cerrará el Sábado de Pasión The Sixteen . Dos grandes y prestigiosas formaciones de Francia y el Reino Unido, que pondrán en escena sendos oratorios, «Il Terremoto», de Antonio Draghi ; e «Israel en Egipto», de Georg Friedrich Händel .

A ellos se suman otras citas, de la Orquesta Barroca de Sevilla con Asier Polo a Stile Antico , de Sandrine Piau a Concerto 1700 , que configuran una programación marcada por el Barroco , pero donde también tendrá peso la música medieval y renacentista, sin olvidar las aproximaciones a otros estilos, como el jazz de la mano de Jorge Pardo , o la composición contemporánea, con el estreno de una pieza encargada a César Camarero .

El responsable de todo esto es Fahmi Alqhai (Sevilla, 1976), director del FeMÀS y de la Accademia del Piacere , también presente con un programa con sabor francés.

Desde su llegada al festival hace una década, este no ha dejado de crecer tanto en público como en ambición, aunque el certamen, opina, puede ir a mucho más, lo que pasa imprescindiblemente por profundizar en las alianzas actuales — Teatro de la Maestranza y Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) — y aumentar significativamente el presupuesto.

Un oratorio para abrir y otro para cerrar esta edición.

La había planteado con un gran principio y un gran final. Quería un oratorio grande, händeliano… y The Sixteen venían con «Israel en Egipto». La inauguración vino después. Quería programar una ópera en pequeño formato y coincidió con «Il Terremoto». Nos ha quedado como anillo al dedo.

De hecho, «Il Terremoto» es como un oratorio dramatizado, con los cantantes vestidos de hebreos.

A ese tipo de oratorio hay quien lo llamaba en la época ópera sacra. Realmente se enfocaba todo como si fuera una ópera. El concepto de música religiosa con todos vestidos de curas es una cosa más moderna.

El Barroco sigue siendo la base del FeMÀS, pero este año ganan un peso el Medievo y el Renacimiento.

Repasando las últimas ediciones, creí necesario dedicarle un ciclo al Medievo y enfocarlo en la península.

Una época, además, de esplendor de la música española.

Exactamente. Hay música maravillosa en la península y, a nivel cultural, una gran diversidad. Eso es una cosa que muchas veces se nos olvida a la gente de la música antigua, que parece que solo nos fijamos en la música de tradición clásica. Por eso, quería tener conciertos con música sefardí y andalusí.

Por el contrario, el clasicismo tiene contadas apariciones en esta edición.

Sí, poquito. Las orquestas son más grandes, todo es más complicado, es más caro.

Lo habitual en las últimas ediciones en el repertorio clásico era, de hecho, música de cámara.

Podríamos abordar un ciclo que roce el clasicismo, pero no hay olvidarse que este es un festival que no llega a los 400.000 euros de presupuesto. Muchas veces te dicen: «Queremos una ópera escenificada», claro, y yo, pero el dinero es el que hay, y hay que trabajar con esos presupuestos.

El nuevo director del Maestranza, Javier Menéndez, quiere hacer ópera barroca escenificada y contar para ello con la Barroca, ¿el FeMÀS debe ser la tercera pata de esta ecuación?

Sí, estamos pendientes de una reunión. Javier Menéndez acaba de aterrizar y nos hemos apuntado en la agenda hablar. La idea es llegar a un acuerdo para hacer ópera barroca escenificada. Creo que Menéndez es una persona muy abierta y muy decida para plantear un nuevo camino de relaciones. Creo que será una relación más fácil que en la época anterior.

Parece lógico es que si se hace una ópera, se haga dentro del FeMÀS.

El presupuesto es el que hay y podemos sumar. El FeMÀS empezó a tener una enjundia importante desde que empezamos a hacer las grandes alianzas. Es muy complicado con el presupuesto que se maneja a nivel artístico, que no llegamos a los 300.000 euros, hacer un festival de este calado. Eso nos pasa a nosotros, al Maestranza y todo el que esté programando.

Sería también lógico para ello una alianza de FeMÀS, teatro y Barroca.

Tener una orquesta barroca instalada en la ciudad y no aprovecharla para este tipo de cosas me parece un error.

La otra pata de colaboración que ha establecido el festival es con el CNDM, ¿van a seguir estrechando lazos, coproduciendo obras?

La intención es seguir trabajando en esa dirección y todo lo que venga, bienvenido sea, el festival va a crecer por ahí.

¿El festival mientras no se doble el presupuesto no puede dar un salto cualitativo?

Claro, si se quiere plantear cualquier tipo de proyecto grande. Una ópera escenificada o cualquier cosa grande a lo Mozart estamos hablando de un presupuesto de cerca de los 200.000 euros. Para una «Pasión según San Mateo» estamos hablando de un presupuesto en torno a los 100.000 euros.

¿La estructura actual del Icas permite plantear estas alianzas o administrativamente son inviables?

No es muy sencillo. Pero no es una cuestión de la estructura del Icas, que a mí me han llovido palos por todos lados cuando he hablado del tema administrativo. La administración es un problema para la cultura. Cualquier tipo de contratación y de relación con lo artístico es un gran escollo. Eso se tendría que solucionar. El delegado Antonio Muñoz siempre ha hablado de arreglar esto, porque realmente es un problema. Y lo sabe cualquiera que haya tenido relación con la cultura, y no hablo solo del Icas, sino de España en general. A menos que trabajes con fundaciones no te digo que sea imposible, pero es muy difícil trabajar con la administración.

Usted afirma que el FeMÀS es el mejor festival de música antigua del Sur de Europa, ¿le falta proyección? ¿presentar la programación antes?

Volvemos al problema administrativo. Aquí debería haber un equipo que trabajase todo el año. Eso es muy importante. No podemos estar que a un mes vista del festival, como sucede cada año, se ponga todo a correr.

También cada año reclama a la Junta que apoye económicamente al festival, ¿se ha reunido con el nuevo equipo de la Consejería de Cultura?

Todavía no. Todo es muy reciente. Vamos a ver, espero que en este mes comencemos a despejar un poco lo que será la edición de 2020. Tengo más o menos diseñado el proyecto, pero hay que sentarse con el Maestranza, el Ayuntamiento, y ver cómo se le puede apretar un poquito para que ese año tengamos una edición fuerte.

En la Consejería está, aunque no lleve directamente estos temas, Mar Sánchez Estrella, que había pedido la implicación de la Junta en su etapa como concejal de Cultura, ¿cree que habrá una mayor sensibilidad?

Es complicado. De entrada, lo tendría que aceptar el Ayuntamiento, porque es su festival, y después que sea una cosa que se justifique, que sume. Dependería de hasta dónde sería la colaboración de otra entidad como la Junta.

El público ha ido creciendo, con unas 7.000 personas en la última edición, ¿hay público para la música antigua en Sevilla? ¿puede crecer?

Creo que sí. El problema es estar pensando que hay un público que es de música antigua. El público es el público. Y lo que habría que trabajar es en tener más público que se acerque a la música antigua. Es verdad que tenemos un público fiel y que es bastante importante para el festival. La cosa es ampliarlo.

¿Sevilla podría optar por esa especialización en música antigua dentro de la escena nacional?

Yo creo que sí, pero volvemos a lo anterior. Eso necesita un trabajo durante todo el año y conexión con todos los actores. Cada año se incorporan unas 200 ó 400 personas a los conciertos, eso a la larga genera un movimiento muy importante. Lo que pasa es que aquí seguimos en el concepto de que las ediciones se piensan de un año para otro. Hay veces que te dicen: «En 2022 tal grupo va a estar girando con tal programa». A mí me encantaría la posibilidad de hacer un precontrato, pero no se puede hacer y pierdes la posibilidad y de hacerlo por mucho menos presupuesto. Con mi grupo, La Accademia del Piacere, me llaman de Japón y me cierran una fecha a dos años y medio vista. Y así, puedes contratar mucho mejor en todos los sentidos. No vas a tener problema de que los músicos puedan o no, el presupuesto va a ser bastante más bajo y vas a tener lo que realmente tú quieres y no te queden para programar las migajas de lo que queda en el mercado.

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