CRÍTICA DE MÚSICA
La familia y uno más
La Orquesta Barroca de Sevilla actúa por primera vez en el Palacio del Marqués de la Motilla con un brillante papel de sus músicos solistas
Deslumbrante brillo, refrescante sombra

No es hasta el Barroco cuando los instrumentos adquieren una estatus propio, abandonando el exclusivo papel observado hasta entonces de simples acompañantes, de doblar las voces o, a lo sumo, de interpretar las canciones asumiendo el protagonismo vocal, pudiendo recurrir frecuentemente a glosas o improvisaciones, ... acompañados por otros instrumentos. Pero ahora de lo que hablamos es de absoluta autonomía, debido al perfeccionamiento de muchos instrumentos, al surgimiento de otros nuevos o, caso del violín, a la asunción del protagonismo orquestal de un instrumento que había nacido en el siglo XVI. Poco a poco se crea una escritura específica para cada instrumento , porque se van a exprimir todas las posibilidades virtuosísticas de cada uno. Pero eso quiere decir también que no son extrapolables las partituras de uno a otro: si oímos los vivaces arpegios de las 'Estaciones' vivaldianas podremos observar que es el arco el que relampaguea mientras que la izquierda permanece mucho más estable, porque el compositor está pensando en la afinación de las cuerdas del instrumento y carga la dificultad en el arco; si ese mismo pasaje lo interpreta una viola, de afinación distinta, sería terrible, o el teclado, que debería recurrir a saltos tremendos. Y viceversa.
Viene esto a cuento de que la primera pieza de este programa, el 'Trío sonata' en Sol mayor BWV 1027 de Bach , presenta un planteamiento que se considera de un concepto 'abstracto', en tanto que interesa más la relación contrapuntística y armónica del sonido que el resultado tímbrico del conjunto. Ello hace que el mismo Bach ya hiciera versiones para diferentes instrumentos o que nuestros intérpretes pudieran hacer lo propio , sin que nuestro admirado compositor se removiese en su tumba.
Debemos consignar otra circunstancia no menor: nuestro concierto se celebró en el espectacular Palacio del Marqués de la Motilla , que se abría por primera vez al público -que sepamos-, debido a su venta reciente y antes de que los nuevos propietarios permitan o no este tipo de actos. Así que agradecemos a la familia esta oportunidad y rogamos que los que vengan respeten escrupulosamente una joya arquitectónica sevillana que, al parecer, no goza de protección institucional, y por ello el hotel podría derribar el palacio y hacer un edificio de los de cubos de cristales o que hiciese juego con las psicodélicas Setas. Organizaba la AAOBS, así que 200, de los casi 1000 socios que tienen (nos dicen que antes de la pandemia eran más), fueron los exclusivos invitados a este evento.
También esto viene a cuento de que el espacioso y deslumbrante patio no fuese ajeno a la ola de calor y humedad que estamos padeciendo, lo que afectó directamente a la estabilidad de la afinación, especialmente en los instrumentos de cuerdas de tripa. Ello hizo mella sobre todo en la viola 'da gamba' de Ventura Rico , a quien una de las siete cuerdas de su instrumento se resistía a mantenerse afinada, con lo que deslucía la melodía cada vez que pasaba por ella, obligando a nuestro temperamental violagambista a mantenerse un tanto en la sombra, al menos en esta primera obra.
Un ajuste de cuentas/cuerdas al terminar la obra y no tardamos en reconocer al Ventura expresivo, dialogante, intenso, al que su humildad lo lleva a acompañar con el contrabajo a los distintos protagonistas de la OBS , aunque de vez en cuando necesite expresarse por sí mismo en lo que mejor se le da: comunicar.
Los dos últimos conciertos de la temporada han sido conciertos 'familiares', incluyendo en el concepto a Alfonso Sebastián , que ha sido esta temporada director invitado de la orquesta; en esta ocasión el círculo familiar y de amistad se estrechaba aún más con Ruibérriz , no sólo flautista habitual, sino responsable de la gestión de la AAOBS; Casal , clavecinista de la OBS, y sobre todo la presentación en 'sociedad' de esta reunión de amigos de Irene Rico , violonchelista hija de nuestro venturoso fundador de la OBS, que en este concierto asumió la función de continuo, empeño que se tornó virtuosístico en el último movimiento de la 'Sonata para flauta y bajo continuo' BWV 1034. Si han visto actuar alguna vez a la OJA, la JONDE, la JOBS o cualquier otra orquesta juvenil, no les sería difícil reconocerla (sin saber quién es) por la pasión y el entusiasmo que pone en cuanto interpreta. De tal palo, tal astilla.
De Casal qué vamos a decir más. Acaso que ayer tuvo que desdoblarse al asumir simultáneamente el rol de solista y continuo (mano derecha e izquierda, respectivamente), como apuntaba Ruibérriz, y que su clave se oyó con una presencia, delicadeza y fluidez que no decimos que nos asombra, porque ya venimos asombrados y contamos con ella en cada concierto.
La flauta tuvo ayer también un papel destacado, y si hemos subrayado muchas veces la agilidad de los dedos de Ruibérriz, ayer nos llamó la atención especialmente su sonido hondo, profundo, penetrante en los movimientos lentos; y por otro lado, la interacción con Ventura, que fue tremenda. En la retórica barroca los instrumentos asumen un papel casi humano, en tanto que se interpelan, acuerdan, se enredan o conciertan como quienes mantienen una charla, en donde los dos no tienen por qué mantener ni el mismo tono ni la misma actitud; así que unas veces la voz de uno se eleva sobre la del otro y viceversa, 'disputan' o convienen. De verdad, después de tantos conciertos, pocas veces hemos podido sentir tanta 'humanidad' en la música .
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